DIBUJO ARTÍSTICO.
Y dentro del amplio mundo del dibujo, una de las vertientes más atractivas es, sin duda, el dibujo artístico.
Esta rama del dibujo, incluso puede clasificarse en varios tipos que pueden reconocerse de alguna forma, aunque la división entre unos y otros a veces sea difusa. Pero primero, hay que intentar una definición para el concepto de dibujo artístico.
¿QUÉ ES DIBUJO ARTÍSTICO?
Dejando un poco de lado ella discusión filosófica sobre el concepto de “arte”, podemos estar de acuerdo en que el dibujo artístico es aquel que se halla destinado a cumplir una función únicamente estética.
Esto no quiere decir que la intención del dibujo artístico sea en todo momento decorativa; más bien apunta en el sentido de que el dibujo artístico persigue una emoción visual en el espectador.
El dibujo artístico suele guardar una profunda similitud con el arte de la pintura, aunque haya entre ambas artes una diferencia fundamental en los modos de trabajar: mientras que la pintura se basa en la creación de imágenes por medio de la difusión de pigmentos, el dibujo de concentra en el trazo para dar forma a las imágenes.
Esta diferencia permite que ambas artes se complementen, como cuando se ejecuta un dibujo artístico a lápiz o carboncillo, como base previa para crear la obra definitiva usando pinturas.
Dejando un poco de lado ella discusión filosófica sobre el concepto de “arte”, podemos estar de acuerdo en que el dibujo artístico es aquel que se halla destinado a cumplir una función únicamente estética.
Esto no quiere decir que la intención del dibujo artístico sea en todo momento decorativa; más bien apunta en el sentido de que el dibujo artístico persigue una emoción visual en el espectador.
El dibujo artístico suele guardar una profunda similitud con el arte de la pintura, aunque haya entre ambas artes una diferencia fundamental en los modos de trabajar: mientras que la pintura se basa en la creación de imágenes por medio de la difusión de pigmentos, el dibujo de concentra en el trazo para dar forma a las imágenes.
Esta diferencia permite que ambas artes se complementen, como cuando se ejecuta un dibujo artístico a lápiz o carboncillo, como base previa para crear la obra definitiva usando pinturas.
DIBUJO ARTÍSTICO Y TÉCNICO: CÓMO SE
COMPARAN.
El concepto expresado permite establecer diferencias importantes entre dibujo artístico y técnico: La principal es que el dibujo técnico persigue transmitir al espectador una información que debe conocer, sin importar lo que se opine de ella, el dibujo artístico busca causar una impresión, o provocar una emoción en el espectador.
El dibujo técnico es bastante riguroso en cuanto a las medidas y proporciones de los objetos representados; en tanto que el dibujo artístico se da más libertades en ese particular, ya que este tipo de libertades suele producir resultados que estimulan las emociones del público.
El otro apartado es el uso de símbolos: numerosos tipos de dibujo técnico usan símbolos como recurso, así como también el dibujo artístico puede emplear símbolos.
Pero mientras en el dibujo técnico los símbolos son convencionales y se usan de acuerdo a normas bien definidas, los símbolos en el dibujo artístico responden a nociones que pueden variar: la experiencia personal del autor, la cultura, el propio tipo de dibujo artístico, o incluso quedar a libre interpretación del espectador.
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HERMANOS Y HERMANAS
¿Cuáles son los factores que afectan la personalidad de su hijo y otros atributos? Acá entran a jugar dos influencias principales: naturaleza (factores genéticos, herencia) y crianza (experiencia). Estos interactúan entre sí en otras formas que son particulares para cada niño. Para entender mejor estas similitudes y diferencias entre hermanos, veamos ambos factores más de cerca.
Naturaleza
Debido a la herencia -las influencias biológicas o genéticas de los mismos dos padres de cada hijo- los padres esperan que sus hijos sean parecidos. Pero sobretodo, los niños solo tienen un cincuenta por ciento de probabilidad de desarrollar alguna característica heredada (apariencia física, personalidad, inteligencia, aptitudes, salud) e incluso cuando estas características están presentes, pueden variar.
Por ejemplo, los investigadores han encontrado que los hermanos tienden a ser más similares en sus características físicas que en su probabilidad de desarrollar las mismas enfermedades. Además, aunque los hermanos pueden parecerse entre sí en su capacidad intelectual y otras características psicológicas en los primeros años, estas similitudes generalmente disminuyen en la edad adulta, mientras que las diferencias se vuelven más pronunciadas. Incluso en la niñez, los hermanos que tienen niveles similares de inteligencia pueden diferir en su desempeño escolar, debido a que el éxito académico puede estar fuertemente afectado por las experiencias de la vida de cada niño.
Crianza
La crianza (o experiencia) se refiere a las influencias no hereditarias del desarrollo de su hijo. Estas incluyen factores sociales como las relaciones con hermanos, compañeros, padres y otros adultos, así como las influencias del entorno como las enfermedades, los accidentes, la nutrición y experiencias culturales. Intervienen también otras fuerzas, entre las que están las percepciones que su hijo tiene de sí mismo y de otros, experiencias pasadas, expectativas propias y las expectativas que otros tienen de él.
Los hermanos comparten algunas experiencias, pero tienen muchas otras que no son compartidas. Aunque las experiencias compartidas generalmente contribuyen a las similitudes, incluso una experiencia compartida puede afectar a cada niño de forma diferente. Y debido a que la mayoría de experiencias no son compartidas, estas también contribuyen a las diferencias entre los hijos.
En los primeros años de la escuela, por ejemplo, las cualidades como la inteligencia y los logros académicos están determinados en gran parte por la herencia y la experiencia compartida. Sin embargo, a medida que los niños crecen, tienen más experiencias no compartidas las cuales gradualmente ayudan a diferenciar a un hermano del otro. Los hermanos incluso perciben e interpretan los eventos compartidos de forma diferente, y estas percepciones diferentes pueden ser importantes para formar el desarrollo y la autoimagen de un hijo.
La crianza (o experiencia) se refiere a las influencias no hereditarias del desarrollo de su hijo. Estas incluyen factores sociales como las relaciones con hermanos, compañeros, padres y otros adultos, así como las influencias del entorno como las enfermedades, los accidentes, la nutrición y experiencias culturales. Intervienen también otras fuerzas, entre las que están las percepciones que su hijo tiene de sí mismo y de otros, experiencias pasadas, expectativas propias y las expectativas que otros tienen de él.
Los hermanos comparten algunas experiencias, pero tienen muchas otras que no son compartidas. Aunque las experiencias compartidas generalmente contribuyen a las similitudes, incluso una experiencia compartida puede afectar a cada niño de forma diferente. Y debido a que la mayoría de experiencias no son compartidas, estas también contribuyen a las diferencias entre los hijos.
En los primeros años de la escuela, por ejemplo, las cualidades como la inteligencia y los logros académicos están determinados en gran parte por la herencia y la experiencia compartida. Sin embargo, a medida que los niños crecen, tienen más experiencias no compartidas las cuales gradualmente ayudan a diferenciar a un hermano del otro. Los hermanos incluso perciben e interpretan los eventos compartidos de forma diferente, y estas percepciones diferentes pueden ser importantes para formar el desarrollo y la autoimagen de un hijo.
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AMOR POR LAS PLANTAS.
El amor y la dedicación que le colocas a tus plantas te convierten en una mujer con un brillo especial. Tu energía cambia, se siente diferente y te vuelves más atractiva gracias a que las virtudes que posees te hacen única.
Si eres de las que tiene como plan
perfecto pasar tiempo en casa cuidando a tus plantas de jardín o hablándole
lindo a tus flores cuando las pones al sol o las riegas, entonces debes saber
que tienes cualidades que te hacen irresistible y encantadora.
Por lo general, las mujeres que se toman la jardinería en serio cultivan la paciencia. Además, desarrollan visión, creatividad, sabiduría y amabilidad. Todas esas características las vuelven seres capaces de dar amor incondicional.
Por lo general, las mujeres que se toman la jardinería en serio cultivan la paciencia. Además, desarrollan visión, creatividad, sabiduría y amabilidad. Todas esas características las vuelven seres capaces de dar amor incondicional.
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HISTORIA DE UNA PRINCESA, SU PAPÁ Y
EL PRÍNCIPE KINOTO FUKASUKA
(Cuento: María Elena Walsh)
Esta es la historia de una princesa, su papá, una mariposa y el Príncipe Kinoto Fukasuka.
Sukimuki era una princesa japonesa. Vivía en la ciudad de Siu Kiu, hace como dos mil años, tres meses y media hora.
En esa época, las princesas todo lo que tenían que hacer era quedarse quietitas. Nada de ayudarle a la mamá a secar los platos. Nada de hacer mandados. Nada de bailar con abanico. Nada de tomar naranjada con pajita. Ni siquiera ir a la escuela. Ni siquiera sonarse la nariz. Ni siquiera pelar una ciruela. Ni siquiera cazar una lombriz. Nada, nada, nada. Todo lo hacían los sirvientes del palacio: vestirla, peinarla, estornudar por... –atchís–, por ella, abanicarla, pelarle las ciruelas. ¡Cómo se aburría la pobre Sukimuki!
Una tarde estaba, como siempre, sentada en el jardín papando moscas, cuando apareció una enorme Mariposa de todos colores. Y la Mariposa revoloteaba, y la pobre Sukimuki la miraba de reojo porque no le estaba permitido mover la cabeza.
–¡Qué linda mariposapa! –murmuró al fin Sukimuki, en correcto japonés.
Y la Mariposa contestó, también en correctísimo japonés:
–¡Qué linda Princesa! ¡Cómo me gustaría jugar a la mancha con usted, Princesa!
–Nopo puepedopo –le contestó la Princesa en japonés.
–¡Cómo me gustaría a jugar a escondidas, entonces!
–Nopo puepedopo –volvió a responder la Princesa haciendo pucheros.
–¡Cómo me gustaría bailar con usted, Princesa! –insistió la Mariposa.
–Eso tampococo puepedopo –contestó la pobre Princesa.
Y la Mariposa, ya un poco impaciente, le preguntó:
–¿Por qué usted no puede hacer nada?
–Porque mi papá, el Emperador, dice que si una Princesa no se queda quieta, quieta, quieta como una galleta, en el imperio habrá una pataleta.
–¿Y eso por qué? –preguntó la Mariposa.
–Porque sípi –contestó la Princesa–, porque las Princesas del Japonpón debemos estar quietitas sin hacer nada. Si no, no seríamos Princesas. Seríamos mucamas, colegialas, bailarinas o dentistas, ¿entiendes?
–Entiendo –dijo la Mariposa–, pero escápese un ratito y juguemos. He venido volando de muy lejos nada más que para jugar con usted. En mi isla, todo el mundo me hablaba de su belleza.
A la Princesa le gustó la idea y decidió, por una vez, desobedecer a su papá.
Salió a correr y bailar por el jardín con la Mariposa.
En eso se asomó el Emperador al balcón y al no ver a su hija armó un escándalo de mil demonios.
–¡Dónde está la Princesa! –chilló.
Y llegaron todos sus sirvientes, sus soldados, sus vigilantes, sus cocineros, sus lustrabotas y sus tías para ver qué le pasaba.
–¡Vayan todos a buscar a la Princesa! –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Y allá salieron todos corriendo y el Emperador se quedó solo en el salón.
–¡Dónde estará la Princesa! –repitió.
Y oyó una voz que respondía a sus espaldas:
–La Princesa está de jarana donde se le da la gana.
El Emperador se dio vuelta furioso y
no vio a nadie. Miró un poquito mejor, y no vio a nadie. Se puso tres pares de
anteojos y, entonces sí, vio a alguien. Vio a una mariposota sentada en su
propio trono.
–¿Quién eres? –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Y agarró un matamoscas, dispuesto a aplastar a la insolente Mariposa.
Pero no pudo.
¿Por qué?
Porque la Mariposa tuvo la ocurrencia de transformarse inmediatamente en un Príncipe. Un Príncipe buen mozo, simpático, inteligente, gordito, estudioso, valiente y con bigotito.
El Emperador casi se desmaya de rabia y de susto.
–¿Qué quieres? –le preguntó al Príncipe con voz de trueno y ojos de relámpago.
–Casarme con la Princesa –dijo el Príncipe valientemente.
–¿Pero de dónde diablos has salido con esas pretensiones?
–Me metí en tu jardín en forma de mariposa –dijo el Príncipe– y la Princesa jugó y bailó conmigo. Fue feliz por primera vez en su vida y ahora nos queremos casar.
–¡No lo permitiré! –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
–Si no lo permites, te declaro la guerra –dijo el Príncipe sacando la espada.
–¡Servidores, vigilantes, tías! –llamó el Emperador.
Y todos entraron corriendo, pero al ver al Príncipe empuñando la espada se pegaron un susto terrible.
A todo esto, la Princesa Sukimuki espiaba por la ventana.
–¡Echen a este Príncipe insolente de mi palacio! –ordenó el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Pero el Príncipe no se iba a dejar echar así nomás.
Peleó valientemente contra todos. Y los vigilantes se escaparon por una ventana. Y las tías se escondieron aterradas debajo de la alfombra. Y los cocineros se treparon a la lámpara.
Cuando el Príncipe los hubo vencido a todos, preguntó al Emperador:
–¿Me deja casar con su hija, sí o no?
–Está bien –dijo el Emperador con voz de laucha y ojos de lauchita–. Cásate, siempre que la Princesa no se oponga.
El Príncipe fue hasta la ventana y le preguntó a la Princesa:
–¿Quieres casarte conmigo, Princesa Sukimuki?
–Sípi –contestó la Princesa entusiasmada.
Y así fue como la Princesa dejó de estar quietita y se casó con el Príncipe Kinoto Fukasuka. Los dos llegaron al templo en monopatín y luego dieron una fiesta en el jardín.
–¿Quién eres? –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Y agarró un matamoscas, dispuesto a aplastar a la insolente Mariposa.
Pero no pudo.
¿Por qué?
Porque la Mariposa tuvo la ocurrencia de transformarse inmediatamente en un Príncipe. Un Príncipe buen mozo, simpático, inteligente, gordito, estudioso, valiente y con bigotito.
El Emperador casi se desmaya de rabia y de susto.
–¿Qué quieres? –le preguntó al Príncipe con voz de trueno y ojos de relámpago.
–Casarme con la Princesa –dijo el Príncipe valientemente.
–¿Pero de dónde diablos has salido con esas pretensiones?
–Me metí en tu jardín en forma de mariposa –dijo el Príncipe– y la Princesa jugó y bailó conmigo. Fue feliz por primera vez en su vida y ahora nos queremos casar.
–¡No lo permitiré! –rugió el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
–Si no lo permites, te declaro la guerra –dijo el Príncipe sacando la espada.
–¡Servidores, vigilantes, tías! –llamó el Emperador.
Y todos entraron corriendo, pero al ver al Príncipe empuñando la espada se pegaron un susto terrible.
A todo esto, la Princesa Sukimuki espiaba por la ventana.
–¡Echen a este Príncipe insolente de mi palacio! –ordenó el Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago.
Pero el Príncipe no se iba a dejar echar así nomás.
Peleó valientemente contra todos. Y los vigilantes se escaparon por una ventana. Y las tías se escondieron aterradas debajo de la alfombra. Y los cocineros se treparon a la lámpara.
Cuando el Príncipe los hubo vencido a todos, preguntó al Emperador:
–¿Me deja casar con su hija, sí o no?
–Está bien –dijo el Emperador con voz de laucha y ojos de lauchita–. Cásate, siempre que la Princesa no se oponga.
El Príncipe fue hasta la ventana y le preguntó a la Princesa:
–¿Quieres casarte conmigo, Princesa Sukimuki?
–Sípi –contestó la Princesa entusiasmada.
Y así fue como la Princesa dejó de estar quietita y se casó con el Príncipe Kinoto Fukasuka. Los dos llegaron al templo en monopatín y luego dieron una fiesta en el jardín.
FIN