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lunes, 23 de marzo de 2020

PESCA PREHISPÁNICA QUE SE CONSERVA.

LA PESCA ANCESTRAL EN HUACHACO, TRES PALOS, EL CHARCO Y EL BRUJO: CACICAZGOS DE CHIMÚ Y CHICAMA.

DATOS ETNOGRÁFICOS.

    Extensas playas y dilatados desiertos, dominados por cerros desnudos, tal es el paisaje de la costa peruana y sería desolador sino fuese por los ríos que, como torrentes bajan de las serranías y cortan, de tanto en tanto, la aridez reinante. En contraste con la hostilidad de la tierra que necesita del trabajo humano para volverse fértil, esta el mar que baña estas amplias costas; un mar que, por el hecho de arrasar una corriente de aguas fría, es un emporio de riquezas marinas, una fuente inagotable para el habitante de las orillas. 
    Pero no solo el océano fue un medio de vida por su extraordinaria fecundidad, sino también un camino para las migraciones que vinieron, en el transcurso de los tiempos, a afincarse en sus costas; y, por último, fue una ruta para los navegantes que se arriesgaban en sus balsas hacia puertos con el fin de intercambiar sus productos. Los mercaderes y los yungas de Huanchaco, Tres Palos, El Charco y E Brujo, eran expertos manejando sus balsas y sus “caballitos de totora”, conocían las corrientes y los vientos, las caletas seguras y las islas del litoral. Para los antiguos costeños el mar lo fue todo, y debió ocupar un lugar importante en sus vidas, sus costumbres mitos y leyendas. A diferencia de la sierra, la costa era autosuficiente en cuanto a conseguir productos alimenticios; especialmente del Mar.
    Las redes las confeccionaban de algodón, el cual era producido en los asentamientos ubicados en los valles, y los cuales se cambiaban por productos marinos u otros (trueque). Los anzuelos eran fabricados de choros y otras formas de moluscos, de huesos y de espinas de cactos.


LA CULTURA MOCHE.

    Reflejados en sus huacos podemos observar que la actividad pesquera estuvo siempre ligado a la vida Moche, los dibujos de caballitos de totora y demás embarcaciones así lo demuestran.    
  Según S. Santisteban (1984,64), la economía Mochica estuvo en gran manera reforzada con los productos del mar; pescaban con redes, anzuelos y arpones, a veces adentrándose en el mar sobre balsas o montados en caballitos de totora; también cazaban lobos marinos. Las balsas, los fabricaban con troncos de balsa (Ochroma pyramidale), que es un gran árbol de rápido crecimiento, hasta 30 m de altura y que se ataban con bejucos que son plantas trepadoras, las cuales se usaban como sogas. Para las velas, se usaban las confecciones hechas con algodón.        
    Poseían también naves de guerra que eran tripuladas por más de tres o cuatro tripulantes y que transportaban a grupos de militares o a los prisioneros vencidos en combates.

LA CULTURA CHIMÚ. 

     Seguidores de la tradición mochica, heredaron la habilidad pesquera de los moches; emplearon los caballitos de totora para proveerse de gran variedad de peces y mariscos. Asimismo, practicaban el comercio marítimo con los demás pueblos del litoral mediante sus embarcaciones.
     En cuanto a las técnicas de pescar, estos utilizaban grandes redes, anzuelos y aves como el guanay para pescar. Esta última técnica consistía en utilizar a esta ave, domesticada, a la que se le ponía un anillo en el cuello para evitar que se trague al pez, que era arrebatado por el pescador.
  Los antiguos pescadores, formaban grupos numerosos de la población yunga (costeña) y estaban diseminados a lo largo del litoral. En las lagunas pequeñas de Huanchaco, Tres Palos, El Charco y El Brujo, los pescadores cultivaban la totora (scipus).Esta noticia confirma la información recogida por Edwards (1965) para Huanchaco en Trujillo, en 1930.
    Con la conquista de los incas al imperio Chimú, denominaron el oficio de los pescadores yungas de este lado como: Challua hapic o Guaxme, mientras que la denominación de Challua camayoc, era para quienes hacían el trueque del producto, después de salarlo y llevarlo a la sierra o más al norte para hacer el trueque.
   El objeto de trueque más importante, que llevaban en sus balsas de totora, por ejemplo, con Puerto Viejo (Ecuador) fue el mullu (spondilus pictorum), que tenía carácter sagrado para el antiguo peruano. Era, de gran demanda, y solo se encontraba en aguas tibias. La segunda mercadería fue el cobre.
   Una buena información sobre los pescadores del distrito de Santiago de Cao, proviene del oidor del pueblo de Quilcay, en la región de Pachacámac. Estos le informaron que, faltando varones, las mujeres no se casaban con los campesinos del vecino pueblo de Lurín, sino que buscaban por maridos entre los pescadores de otras aldeas, algunas tan distantes como las que estaban en Santiago de Cao.
   En el Señorío de Chimú, cercanas a la capital Chan Chan existían varias aldeas de pescadores que incluían el Señorío de Chicama del cual formaban parte El Brujo, El Charco y Tres Palos; el Principal estaba en el Señorío Chimú y era Huanchaco, con su importante producción de pescado salado (AGI Justicia 456, fol. 1750)
Rostworwski, Etnia y Sociedad. Costa Peruana Prehispánica. I.E:P. Lima.
Rostworwski, La Región del Colesuyu. Revista Chungará No16-17, Octubre. 1986,127-135. Universidad de Tarapacá. Arica-Chile.
El ekeko de pescadores y tablistas (amuleto de la buena suerte)

Actualmente, a estos pescadores los vemos haciendo una actividad que empezó hace muchísimos años con el mismo empuje y ánimo por sacar a sus familias adelante. Es una actividad que se debe preservar.

viernes, 31 de enero de 2020

CULTURA PERUANA.

Marinera Norteña - PERÚ

Origen y Evolución:

          El baile nacional de la Marinera tiene su origen en un mestizaje hispano-indígena con posterior influencia de los aportes culturales traídos por el negro africano y caribeño. Fenómeno queda origen a la formación de una cultura autóctona, sobre lo cual no existen datos fehacientes en su totalidad que indiquen y marquen cómo se va a dar este fenómeno de mestizaje y autoctonismo que es la Marinera. Es así que músicas, canciones, bailes e instrumentos venidos de Europa, Asia Menor y Sub continente Indico, más los instrumentos, música, canto y danzas indígenas y luego los mismos hechos y objetos pertinentes traídos por los negros africanos y caribeños que aquí fueron reemplazados por sus similares indígenas, van a dar lugar a lo que hoy denominamos Marinera. La zona norte del Perú, existan músicas y cantares de origen popular, los cuales eran interpretados para ejecutar bailes que el Obispo de Trujillo Don Baltazar Jaime Martínez de Compagnón recopila a fines del siglo XVIII como “baile de tierra bajo” por qué se bailaba sin levantar los pies del suelo. En cambio, en Lima y el norte (Intendencia de Trujillo), lugares de constantes intercambios; se le denomina “Zamacueca” a los llamados “bailes de tierra alto” sobre todo por la influencia de la capital. En 1828 ó 1829 ya en plena República del Dr. Rivadeneyra viaja como plenipotenciario a Santiago de Chile llevando entre su servidumbre a la “Monona” quien pone una “ramada” y vendía comidas típicas del Perú y ejecutaba los bailes peruanos con gracia y picardía tales que su fama trascendió los Andes y se hablaba de Zamacueca que ya era conocida pero con movimientos tan insinuantes que el Obispo de Santiago de Chile la prohibió; pero el baile va a convertirse en Chile en lo que hoy se conoce como “cueca”. Es durante la Confederación Perú-Boliviana que a nuestro baile se le empieza a denominar con el nombre de “La Chilena”. 



Historia del Nombre de Marinera.

      La denominación de la Marinera nació en los puertos del sur, no saben bien cuándo, pero pasó a denominar a todas las danzas de su estilo, como una reivindicación nacionalista, a raíz de la Guerra del Pacífico. En un proceso que fue lento, contra lo que se cree comúnmente. La modalidad de zamacueca, conocida como chilena, se había impuesto en Lima y en otras zonas del Perú, sobreponiéndose a las demás variantes de la zamacueca tradicional. Esta innovación limeña se produjo en 1870. Pero Chile declaró una nueva guerra al Perú el 5 de abril de 1872 y fue entonces como un impulso nacional llevó a los peruanos a repudiar tal nombre, porque recordaba al país agresor, así se decidió espontáneamente, no obstante ser por entonces la variante chilena, la más común de todas. Como consecuencia de esta tendencia general, se revigorizó la antigua denominación de zamacueca, que todavía circulaba. Pero, sobre todo, empezó a divulgarse el nombre de Marinera, que era regional y constituía una modalidad sur-costeña, y que poseía tal nombre precisamente por ser norteña. Mas tarde, empezaría a difundirse en mayor escala merced a la acción y pluma de patriotas como Abelardo Gamarra, "El Tunante", escritor y luchador social andino, criollo de la sierra, nacido en Huamachuco.
La denominación de Marinera avanzó así de ser vocablo zonal a constituirse en voz nacional; paso a paso, claro está, porque no fue veloz la extinción del vocablo zamacueca y su reemplazo por el de la Marinera. El tránsito ha sido largo, porque la palabra zamacueca siguió utilizándose ampliamente en todos los sectores sociales, durante un prolongado periodo diremos que, por ejemplo, el diccionario de peruanismo de Juan de Arona (1885) no registra Marinera y el citado Gamarra demoró en aplicar tal termino. Es visible como en su "Un Bebé en Arequipa", artículo publicado en "La Bolsa" de su ciudad (1883), estando allí y narrando un ambiente de picantería, no aludió a la Marinera para nada; y piénsese que un marino, el contralmirante Lizardo Mortero, quien desde Arequipa todavía gobernaba el Perú libre de ocupación, en esas vísperas del traslado de Ancón. De haber nacido la denominación a raíz de las glorias de Grau, ningún mejor para usarla que esa Arequipa, todavía resistente en aquel periodo bélico, y bajo el mando de un marino. Todo esto revela que el vocablo Marinera estaría recién imponiéndose. Duró bastante el paralelismo de uso de las palabras zamacueca y Marinera, decenas de pruebas existen. Todavía en 1919 los notables teóricos musicales Raoul y Margueritte D'harcourt, franceses peruanistas, habrían de escribir "zamacueca o Marinera" en sus obras sobre danzas y canciones del Perú. Ismael Portal, en 1912, aún escribía que a "Los Amancaes" se iba a "bailar zamacueca y resbalosa" y no cita la palabra Marinera, tal como lo verificamos en su "Lima ayer y hoy", obra vital para los temas que tratamos.
(Por JuanJosé Vega. Tomado del libro "La marinera. El renacimiento").

Concepciones sobre el Origen de la marinera.

Corriente peruanista
      Esta corriente sostiene que este baile es exclusivamente peruano. El historiador peruano Rómulo Cúneo Vidal indica que la zamacueca era una danza de descanso, cuyo nombre proviene del quechua zawani, que significa baile del día de descanso campesino luego de una semana de trabajo durante el Virreinato del Perú. Sus afirmaciones se respaldan en huacos de la Cultura mochica e Inca donde el hombre tiene la mano en la cintura y la mujer la mano en la espalda y ambos sostiene un bolso o pañuelo.

Corriente hispanista
         Según esta corriente la marinera estaría inspirada en los bailes virreinales de salón como el Minué, Cuadrilla, Rigodón, los que fueron copiados por la servidumbre y luego el pueblo. Las melodías, los tonos, la guitarra y el arpa conforman el aporte hispánico al baile. Los ritmos europeos como el "Fandango" y las "Cashuas" permitieron la creación de la Sajuriana chilena, el Zambo venezolano, el Cielo o cielito Gaucho rioplatense, el Tas-bemexicano, el Bambuco granadino, el Amor Fino ecuatoriano y el Toro Mata en el Perú. El argentino Carlos Vega argumenta que la zamacueca nace en 1610 en el barrio de Malambo, indicando que es una danza de pareja suelta, picaresca y donde los bailarines usan un pañuelo en la mano.



Corriente africanista
       Esta sostiene que su origen es afroperuana puesto que han sido zambos y negros los principales danzantes recordando los bailes africanos. La denominación "Zamacueca" provendría de "Zamba clueca" donde la "zamba" (mujer mestiza negro/amerindio) realiza movimientos como una gallina "clueca" que ha puesto un huevo. El músico Nicomedes Santa Cruz indica que la denominación proviene de "Samba" y "Cuque" dialecto de Kimbundo que significa: "venia para empezar el lundú”. A inicios de 1800 el baile se llamó "Zamba" y luego "Zamacueca", que los africanistas consideran el origen de la marinera y otros bailes como la "mozamala", la "cueca", el "baile del pañuelito". El costumbrista Fernando Romero indica que el baile colonial llamado "Zamba" realizado por bozales y mulatos es la madre de la Zamacueca y abuela de la Marinera. El investigador José Durand sustenta que la Zamacueca es la madre de la Marinera.

Reseña Histórica De La Marinera Trujillana:

     Se desconoce su origen exacto. Adquirió características de bailes coloniales de nativos norteños y fue conocida como marinera durante la independencia del Perú (1821). En la marinera norteña el hombre baila con zapatos, en cambio la mujer, que representa a la campesina, no los usa. Con la práctica constante las plantas de los pies se curten y endurecen y las mujeres pueden bailar descalzas sobre suelos irregulares, ásperos y calientes sin que esto afecte la calidad del baile, lo que para ellas es motivo de orgullo. La marinera en el norte (departamentos de Lambayeque, La Libertad, Piura y otros) es ágil, elegante, libre, alegre y espontánea, cita requerida mostrando durante todo el baile un coloquio amoroso en el cual la dama coquetea con picardía, astucia e inteligencia expresando su afectividad, mientras el varón galantea, acompaña, acecha y conquista a su pareja. Este mensaje se desarrolla durante la ejecución del baile y es necesario quesea cantada como en el caso de la "Limeña", aunque también se puede bailar con banda de músicos. Se trata de un baile de contrapunto donde el varón y la dama deberán demostrar su destreza y habilidad. En lo referente al vestido típico de las damas debemos mencionar que no existen vestidos de marinera, sino más bien las bailarinas deben lucir vestidos típicos de los de los pueblos norteños que ejecutan este estilo de marinera, eso sí, bailando siempre con los pies descalzos. Es inaceptable el uso de zapatillas, o cualquier clase de calzado para la interpretación de este baile. En los varones es muy conocido el típico traje de chalán con su poncho de hilo y su sombrero de paja de ala ancha, pero también, en algunos pueblos del norte se usa el terno de dril blanco de costura simple, característica de toda la costa norte peruana. En cuanto al calzado este debe ser negro y de vestir.



Fecha del Primer Concurso de Marinera de Trujillo y quienes ganaron.

     Los concursos nacionales de marinera se han convertido en un evento de calidad internacional, evento que reúne a la esencia de exponentes de esta danza. La Marinera es el baile nacional del Perú y Trujillo es La Capital de la Marinera...La historia del nacimiento del concurso de esta danza se remonta al año 1960, en las instalaciones del Club Libertad, siendo su presidente, Don Juan Julio Ganoza Vargas, el Club corría una de las peores crisis económicas que haya tenido y ante este problema el flamante presidente Don Guillermo sugiere organizar una tómbola y un concurso de bailes de marinera, la aceptación unánime se dio ante tan histórica idea...La sesión del 18 de octubre se fija la fecha del “I concurso Nor Peruano de Marinera – 1960” y también se designa a Don Guillermo viajar a Lima para conversar y traer figuras de la canción criolla. Entre las diferentes comisiones que se organizaron, una fue la de ornato, formada por las damas trujillanas: Cucha de Dalmau, Teresa de Forga y Nennetti Puente de Freiberg, Esta comisión consistía en poner presentables todos los jardines e instalaciones del club y así evitar critica de los “rajones” limeños, ya que las flores de Lima eran famosas por su belleza y cuidado.
Lo interesante es que todos sabían poco o nada sobre el baile y menos aún de cómo se organizaba un concurso de esa clase, en Lima se daban exposiciones esporádicas de una variedad conocida como la Limeña, cabe decir que en aquellos tiempos la Marinera era privilegio de pocos y eran pocos también los que se atrevían a bailarla “como sea” en los finales de fiestas, y pues las más reclamadas a las orquestas eran: la “Concheperla” o el “Huaquero” y se remataba con un buen huayno, el cual tenía más acogida mientras que las damas preferían “la raspa” que aprendían de las películas mexicanas. Según las bases, propuestas por los socios Ganoza, León y Larco, el baile se dividía en dos tipos: Marinera de Salón y Marinera de Jarana, cada uno con sus pasos y vestimentas características.
La ropa de los primeros campeones fue parcialmente la vestimenta de reuniones sociales: él, camisa, pantalón y zapatos, pañuelo al cuello y sombrero de “hacendado”. Ella, fina y gentil, blusa y falda pegada en el gracioso límite de su rodilla y zapatos de taco. El jurado del I Concurso Nacional de Marinera fue presidido por el Teniente Coronel Christian Acosta Acosta, donde Chabuca Granda le secundaba. En esa época Ella ya era famosa. La diferencia social jugaba un papel importante es por ello que el concurso de Marinera de Jarana se realizó a las 11:00 a.m. a campo abierto, bajo los acordes de la Banda de Músicos del Ejercito, siendo tres las marineras que se ejecutaron: “EL Huerequeque”, “La Chiclayana” y “El Huaquero”, esta última de Trujillo. La Marinera de Salón se realizó a las 4:30 pm, en el Pabellón Olímpico, el cual tenía piso de parquet y donde los rayos del sol entraban por sus grandes ventanales. Los concursantes bailaban al son de guitarras y cajones de diferentes grupos criollos.
Las Marineras ejecutadas fueron: “San Miguel de Piura”, “La Chiclayana” y “El Huaquero”. Los premios fueron para los “Jaranistas”, la pareja del primer puesto ganó un pasaje de ida y vuelta, estadía incluida, a Colombia, la segunda recibió mil soles y la tercera, seiscientos soles. Los de “Salón” tuvieron también como primer premio el viaje a Colombia, los segundos compartirían un cuadro de Macedonio de La Torre y un artístico objeto de tocador, mientras que los terceros recibieron un poncho de hilo para caballero y una colección de discos long play. El día del concurso fue inolvidable, cientos de personas hacían su ingreso al club por la calle del sosiego (hoy Bolognesi). El club se vistió de gala, sus bien cuidados ficus y palmeras regalaron su sombra... Los platos servidos fueron el infaltable ceviche de corvina, cabrito, la sangrecita revuelta con papitas de Carabamba y sazonada con hierbabuena, preparada en olla de barro, y por supuesto la rica chichita de jora que fue traída de Magdalena de Cao. La Reina del I Concurso fue Yolanda Vásquez Otiniano, el Primer Campeón, Víctor Schemiel Baltodano y la Primera Campeona, María Barbieri. El 17 de junio de 1969 mediante Resolución Directorial N. 1441, el Ministerio de Educación reconoció al Club Libertad como organizador oficial de los Concursos de Marinera, y el 24 de enero de 1986 el Congreso de la Republica dio la ley 24447, donde declara a la ciudad de Trujillo, Capital Nacional de la Marinera, oficializando el concurso Nacional de Marinera.



Significado e Interpretación

      Se define a la marinera como el “baile del galanteo” La dama la baila desafiante, altiva, señorial, sin dejar de ser pícara e insinuante a la vez. También significa el coqueteo, que realiza la dama a no separar o apartar la vista de la pareja a la cual enamora, no rechaza su galanteo, desafiando con seguridad su triunfo sobre la pareja (varón).
 Originalidad y Personalidad
Este baile posee su propia alma, es original, es elegante y fino, también es jaranero y contagiante con su alegría y entusiasmo, cuando bailamos la marinera vivimos el baile y nuestro espíritu se eleva. La marinera es un “baile de tierra”, por consiguiente los píes no pueden malograr su belleza al observarlo en algunas parejas.
Su Aire
Es suave cuando una pareja gira o avanza con finura y elegancia, de la sensación vaporosa de encontrarse o hallarse bailando en las nubes por lo cual con justa razón se le ha denominado “La Reina de los Bailes Criollos”.
 Papel del Varón en el Baile
El papel el varón en el baile consiste en seguir a su pareja  con una sana intención y artística, buscándola  acechándola con vistosos y alegres movimientos.
Cada año en que en nuestra ciudad de Trujillo se ha llevado a cabo hasta el presente el Concurso Nacional de Marinera, hemos tenido la oportunidad de observar que la marinera en su interpretación, hechas por las parejas concursantes es variada y diferente, por tratarse de parejas unidas del Norte, Piura, Cuzco, Arequipa, notando igualmente variantes, si las agrupamos en parejas representantes de cada región. Esto nos lleva a la conclusión de que en efecto, cuando se trata de la interpretación e indumentaria inclusive, del baile de la marinera, no hallamos un solo patrón interpretativo, existen por lo tanto, lo que denominamos variantes regionales de la marinera que tienen que ver con la región, idiosincrasia del pueblo, así como sus costumbre locales y bailes propios. No es que se trate de distintas marinaras. Estas variaciones reflejan la caracterización social de cada localidad, dado que también es un fenómeno social-artístico. Lo que más ha cambiado refiere Campana es el nombre, pues la música y las danzas en sus estructuras se hayan ya claras; aún desde la época recogida en las anotaciones hechas por Martínez de Compañón (cronista del siglo XVIII.

Diversas Variantes Regionales.

Marinera limeña
Es elegante, cadenciosa y usa un pañuelo. Puede interpretarse en tono musical mayor o menor. La marinera de contrapunto o "canto de jarana" suele constar de tres cuartetas, resbalosa y fuga (puede ser más de una). Siendo un contrapunto de canto, la Marinera Limeña es improvisación pura, y es rica y compleja en su ejecución. En cuanto a los instrumentos con que se interpreta, se encuentran hoy la guitarra, el cajón y las palmas del público. Antiguamente, la marinera en la región de Lima se interpretó también con arpa y ocasionalmente bandurria o laúd, en cuanto a los instrumentos de cuerda. En cuanto a la percusión esta era enriquecida con la presencia del tamborete, instrumento con la apariencia de una mesa (como puede verse en la revista Mundial), del que lamentablemente no queda hoy ningún ejemplar. Este instrumento fue luego reemplazado por el Cajón. Se concluye la marinera con la fuga, una suerte de exaltación que finaliza con el baile en una forma muy alegre. La marinera limeña tiene un parámetro en su canto y música, este canto fue llevado al baile ordenándolo por medio de amarres y cambios de sitios que los bailarines deben cumplir con rigor. La bailarina más famosa de la historia fue la legendaria Bartola Sancho Dávila. Los intérpretes más sobresalientes fueron Los Hermanos Ascuez, el trío Los Troveros Criollos y el conjunto Tradición limeña con el vocalista Rafael Matallana.


Marinera norteña

 Se desconoce su origen exacto. Adquirió características de bailes coloniales de nativos norteños y fue conocida como marinera durante la Guerra del Pacífico. En la marinera norteña el hombre baila con o sin zapatos, dependiendo de su procedencia ya sea, de urbe o campesino; en cambio la mujer, que representa a la campesina, no los usa. Con la práctica constante las plantas de los pies de las bailarinas se les curten y endurecen y pueden bailar descalzas sobre suelos irregulares, muy ásperos y con frecuencia extremadamente calientes sin que esto afecte la calidad del baile, lo que para ellas es motivo de gran orgullo.
"La danzante de marinera debe presentarse en la pista de baile vistiendo sus mejores trajes pero con los pies desnudos, de la misma forma que lo hacían las campesinas norteñas del siglo XIX."
"Estando obligadas a bailar descalzas en cualquier superficie sin mostrar ninguna incomodidad, las bailarinas profesionales deben practicar lo suficiente para desarrollar callos gruesos en las plantas de sus pies."
Marinera puneña
Es una danza de carácter carnavalesco; con movimientos muy cadenciosos, danza da una a continuación de otra. La primera, de características similares a otras marineras ejecutadas a lo largo del Perú pero originada en la ciudad de Puno, seguida de un huayno pandillero o pandilla. Creadas en el estrato social llamado "cholada" (hombres mestizos de Puno)

La Marinera Serrana.

Tiene más influencia del Huayno. Generalmente en tono menor, con movimientos lentos, se repite dos veces y termina en fuga de Huayno. Tiene más elementos de mixtura (Mestizaje) tanto en sus pasos como en el vestuario e instrumentos, tales como Cajamarca, Ayacucho, Ancash. Todas tienen tanto semejanzas como diferencias entre sí, dependiendo de las influencias españolas y andinas de cada sector o región.

Ciudades fuera del Perú, donde se baila y renombres.

Destacar que siendo Zamacueca, viajó a muchos países dejando algo de ella en los lugares que visitaba y lo hacía casi sin proponérselo. Es así como recorre Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Méjico, Bolivia, Paraguay, Argentina, Uruguay. Llega también a España y California en los Estados Unidos. Es indudable que en los países mencionados, como detallaré más adelante, adoptaron a nuestra Marinera, lógicamente poniéndole cada uno su propia idiosincrasia y el sentimiento de sus pueblos, de sus habitantes. Está claro que en éstos países le cambiaron de nombre, y,en otros lo mantuvieron o lo acortaron. Nuestra querida Marinera viajó también con el nombre de "Chilena", cuando así la llamaban, y en Méjico la recibieron con los brazos abiertos, tan es así que hasta en la actualidad se baila una danza similar con ese nombre, en los estados de Guerrero y Oaxaca. En Panamá existe "El Punto", y es el historiador don Ricardo Palma quien escribe que ese baile y el "Don Mateo", los danzaban nuestras abuelas por aquel entonces. En la sierra del Ecuador, cercana a nuestro país, se baila la Marinera, además existe una danza llamada "Chilena" que en otros lugares la llaman "Albazo". Y, si nosotros observamos detenidamente el baile ecuatoriano llamado "Sanjuanito", podremos apreciar los pasos de nuestra Marinera, con pañuelo al aire incluido. En Chile llaman a la marinera "Cueca", en Tarapacá es conocida como "Cachimbo". También en Bolivia le llaman "Cueca" y "Bailecito". En Argentina existe con el nombre de "Zamba", y en la zona norte bailan la "Cueca Cuyana", y por supuesto, algunas variantes del "Bailecito", "El Gato" y una antigua zamacueca llamada "La Condición". Debemos indicar que en Venezuela donde se baila "El Joropo", hay un ligero parentesco de la época de la Independencia. También existe una danza "Resfalosa" a la que nosotros conocemos como "Resbalosa". Por todo ello siento mucha alegría ya que La Marinera de mi tierra, como gran embajadora cultural permite que el mundo entero conozca la idiosincrasia, la alegría, el sentir del canto y baile de la gente de nuestra patria, el Perú. Muy aparte de los nombres que di al comienzo, a la Marinera se le conocía como Zamba, Zambacuca, Zamacueca, Mozamala, Resbalosa, Baile de Tierra, Bailecito, Baile de Pañuelos, Maicito, Ecuador, Zanguaraña, Polka de Cajón, Polka de Salón, Punto, Don Mateo, Miz-Miz, Chocolate, Mariquita, etc. Ojo que estos nombres son anteriores a La Chilena. Queda demostrado que la primera vez que la Marinera viajó a Chile, fue en el año 1812 y lo hizo con el nombre de Zamba. Posteriormente en 1823, con las gestas libertadoras, con el nombre de Zamacueca. Ya a fines de ese siglo comenzaron a llamarla también "Palmero","Jarana" o "Canto de Jarana".


Reglas Generales De La Marinera:

      La marinera (Limeña, Serrana, Norteña) constan de tres estrofas y las reglas generales en éstas, consisten en dar vueltas después de cada parte y antes de empezar la siguiente para de esta forma remarcar la estructura del baile. Las vueltas se dan después del paseo, después de la espera (Marinera Norteña), después de cada saludo, después de cada careo (amarre)entre careo y fuga (amarre) y al final del baile. Trocando de sitio los integrantes de la pareja después de cada amarre. En la Marinera Norteña los amarres pueden ser al igual que en la Serrana que en la limeña: vuelta-cambio de terreno-vuelta. La diferencia está en que la Norteña esta acción puede realizarse durante el último verso de la estrofa o durante el primer verso de la estrofa siguiente (igual sucede en la Marinera Serrana) o durante parte del último verso de una estrofa y parte del primer verso de la estrofa siguiente.

Elementos Que Se Debe Guardar: Unidad Durarte El Baile:

Ritmo
 Que en la banda de músicos lo determina la tarola y en los conjuntos lo determina en cajón. Los bailarines llevan el ritmo general macando los movimientos musicales con los pies.
La Melodía
 Que en las bandas de músicos lo determinan los, instrumentos de viento de sonidos altos y en los conjuntos lo determinan la primera guitarra. Los bailarines marcan la melodía con el pañuelo.
Pulso o Compás General
 Que en las bandas de músicos lo determina la banda y la tuba y en los conjuntos lo determina la segunda guitarra. En esto hay que tener en cuenta los “sin copas”, los“calderones” y los “silencios”, figuras musicales que son rápidas la primeras, lentas y/o prolongadas las segundas y, brevísimas las últimas, pero que ninguna de ellas significa que el ejecutante bailarín se quede estático sobre su sitio.

CABALLO DE PASO PERUANO –MARINERA.


               Raza caballar propia de Perú, único en su género, reconocido, admirado, querido, criado y cuidado en muchos países del mundo. Para nosotros, orgullo y una de las más hermosas manifestaciones de nuestras tradiciones. Noble, elegante, garboso, resistente, inspirador de canciones y poemas; con su trote suave y armonioso; participa del trabajo diario y también permite que puedan disfrutarlo, no sólo los chalanes sino toda la familia y en muchos casos como parte de la equino terapia. Llega con los españoles durante la conquista, con una mezcla de sangres: Jacas, Navarras, Castellanas, Andaluz, Berebere y Árabe. Ya en nuestro suelo adquiere un trote especial atribuido a la difícil y complicada topografía y también al resultado de una selección orientada y perfeccionada por nosotros de acuerdo a nuestras necesidades modulando así lo que ya tenía en sus genes.
     En 1929 se realizó un concurso en la Pampa de Amancaes y en 1945 se instituyó oficialmente el Concurso de Caballos de Paso, por iniciativa de Wenceslao Rossel y Javier Larco Hoyle, creándose la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso con el objetivo de orientar, proteger y estimular su crianza; desde entonces hay concursos nacionales, regionales y locales. Cabe resaltar que desde hace 6 años se lleva a cabo la Noche de Gala del Caballo Peruano de Paso, en Mamacona, en donde se puede ver el polvo mágico y elegante que levanta el paso de esta joya nacional, al compás del sonido del Cajón peruano, guitarras o una marinera norteña tocada por una banda de músicos: un espectáculo como para no dejar de verlo.
Esta raza está protegida por el Decreto Ley Nº 25.919 del 28 de noviembre de 1992 y declarado Patrimonio Cultural de la Nación. En febrero del 2003, mediante Resolución Ministerial Nº 0097- 2003-AG se aprobó el Patrón del Caballo Peruano de Paso. Incluyó el resumen del artículo sobre las 14 razones por las que el Caballo Peruano de Paso es la excelencia de los caballos de silla, escrito por el Sr. Mariano Cabrera Ganoza, gran conocedor y permanente difusor de nuestro Patrimonio Nacional, como una muestra de agradecimiento, porque a través de él y de su programa “El Caballo del Perú” en la TV, conocemos y amamos más a nuestro Caballo Peruano de Paso y con el deseo de que al leer este artículo se sientan mucho más orgulloso de ser peruanos. 




1. Porque de todas las razas caballares es la de andar más suave.
2. Porque posee el brío y la estampa necesarios.
3. Porque posee la rusticidad del caballo original traído para la Conquista y mantenida con celo por los peruanos como distintivo racial.
4. Porque posee el mejor promedio de performance durante cabalgatas de tiempo y recorrido determinados, gracias a la mecánica natural de movimientos.
5. Porque puede ser enjaezado con cualquier aparejo, resultando siempre cómodo y funcional para el que lo monta.
6. Porque los aires que utiliza al desplazarse son naturales, debido a la naturaleza de nuestro suelo, siendo considerados característica de raza.
7. Porque la enfrenadura de nuestro caballo requiere de acostumbramiento solamente a la montura, ya que al no recurrir a los aires artificiales, está circunscrita sólo a disciplinar al ejemplar para las cabalgatas y no a ejecutar aires que siéndole artificiales, deberán ser enseñados por un equitador especializado.
8. Porque, una vez disciplinado, no necesita de jinetes con experiencia, pudiéndolo montar un niño o cualquier jinete inexperto, sin que esto le disminuya calidad.
9. Porque al desplazarse es el más elegante y bello. Forma un binomio, hermosísimo con su jinete, al extremo de ser aplaudidos espontáneamente cuando pasean los campos peruanos.
10. Porque posee el formato y los ángulos articulares diseñados para la función que los originó. Idoneidad reflejada en la naturalidad con que recorre todos sus aires, transportándose de manera cómoda y grácil.




11. Porque son sanos. Característica obtenida mediante la realización de los trabajos exigentes y diarios que, en las haciendas y viajes ínter desérticos, se le impuso por más de cuatro siglos.
12. Porque son longevos, y por tanto, capaces de mantenerse en las funciones de campo por muchos años sin perder facultades.
13.Porque para conquistar el Perú se trajeron a los mejores caballos, perpetuándose las características que los distingue como tales mediante cruces, basados en la selección funcional y no en la aparente bondad de ejemplares posteriormente importados, lográndose el refinamiento de las cualidades originales.

14. Y, por último, porque la nobleza impuesta por la sensibilidad peruana, lograda con los cruzamientos selectivos, acredita la buena disposición requerida en todo caballo de silla. Costumbre ancestral en el Perú es y ha sido la de rechazar el caballo que tenga mañas; llegándose, en la mayoría de casos, a la eliminación física, lo que da como resultado en el tiempo el haber logrado animales de extraordinaria mansedumbre.

REFERENCIAS: 1. Cabrera M, 14 razones por las que el caballo peruano de paso es la excelencia de los caballos de silla. Disponible en: URL: www.ancpcpp. org.pe/revista/razones/htm
2. Resolución Ministerial Nº0097-2003-AG. Patrón del caballo de paso. Disponible en: URL: www.ancpcpp.org.pe/revista/patron/htm
3. Decreto Ley Nº25919. Disponible en: URL: www.ancpcpp.org.pe/revista/leyes/leyeshtm

jueves, 16 de enero de 2020

CULTURA PERUANA.

CABALLITOS DE TOTORA - PERÚ

            Tradicionalmente, el origen del arte de surcar olas se les atribuye a los antiguos miembros de la realeza hawaiana, quienes corrían olas sobre tablas de madera construidas por ellos mismos con materiales oriundos de esa isla. Por eso se reconoce al arte de surcar olas como "el deporte de los reyes", y la mayor parte de su historia contemporánea, con frecuencia basada en los estudios hechos en el Bishop Museum de Hawái, acostumbran a ubicar su origen en las azules aguas de Oahu y sus islas aledañas. Sin embargo, desde hace algunas décadas, los avances en el campo de la arqueología precolombina han revolucionado la teoría tradicional del origen del arte de surcar olas. Gracias al estudio de las culturas de la costa del Perú, tan altamente desarrolladas, como llegaron a ser las antiguas civilizaciones egipcias, se han encontrado evidencias que demuestran que estos hombres aprendieron a correr olas hace miles de años. Tal es el caso del reciente descubrimiento de las ruinas de Caral, cuya antigüedad se remonta justamente a cinco mil años en el pasado.




        Existen dos culturas, la Mochica y Chimú, descubiertas gracias a la evidencia de enormes ruinas o complejos arqueológicos, a través de los cuales, los ojos del mundo se han vuelto para mirar con sorpresa a estas avanzadas civilizaciones. Los vestigios de estas culturas nos muestran una gran influencia marina, en un grado altamente superior al de cualquier otra civilización contemporánea. En su iconografía, como puede apreciarse en los restos hallados en la huaca Cao Viejo, en el complejo arqueológico El Brujo, abundan las representaciones de interminables secuencias de olas que, como indican los arqueólogos, representaban el movimiento, la fuerza y el poder del mar como fuente de vida (Cristóbal Campana: Historia de una Deidad Mochica; 1997).Cinco mil años en el pasado.
El desarrollo económico y social de las culturas Mochica y Chimú, estuvo ligado a la pesca: convirtieron el océano Pacífico en una de las más grandes pesquerías del mundo. Durante esa época, el pescado fue la principal fuente de proteínas en la dieta de los 100,000 habitantes de la ciudad de Chan Chan. Los habitantes Mochica y Chimú idearon sus propias formas para el arte, la organización social, y en la construcción de grandes ciudades y complejos piramidales. En toda la creación artística de los Mochicas, e incluso más, en la de los Chimú, aparecen dos símbolos fuertemente asociados con las divinidades: el arco iris y las olas.


       Cuando los antiguos pobladores de Chan Chan distinguían los colores del arco iris brillando entre las nubes encima de los Andes, sabían que faltaba poco tiempo para que las lluvias empezaran a llenar los elaborados canales de irrigación con que alimentaban sus cultivos, por lo cual, el arco iris era un símbolo de la fertilidad. Y las olas, en su magnífico arte, simbolizaban el poder: el eterno e incomparable poder que controlaba su universo. Como resultado, en los tejidos y obras de arte que representan deidades o situaciones sobrenaturales, aparece un borde de olas alrededor del diseño. La interpretación es que los antiguos yungas percibían, que el verdadero poder sobre sus vidas, estaba en manos de las olas.
Estas culturas Mochica y Chimú, enfrentaron el reto de vivir a orillas de una marea poderosa, expuesta a crecidas durante varios meses cada año. Basta con imaginar las infinitas series de olas de Chicama, para recordar que una de las mejores olas del mundo para el deporte de la tabla está ubicada al sur de las excavaciones de Lambayeque, donde una de las tumbas más fastuosas y ricas de América (la del Señor de Sipán) fue descubierta hace pocos años. Los primeros hombres que experimentaron el placer de surcar olas, fueron pescadores que tenían que enfrentarse a la fuerza de las mismas para conseguir su alimento. La valentía necesaria, dio lugar a un ritual de paso, similar a otros rituales de guerreros o de lucha en la historia.




     Un rito Mochica y Chimú consistía en que un hombre, sobre una balsa de totora, debía encontrar y llevar a la playa el huevo de un ave marina, para utilizarlo en la ceremonia en que sería nombrado “hombre-ave del mar” (Antonio Raimondi: Notas de Viaje; 1942). Esto nos recuerda a los motivos de hombre-ave y huevo encontrados en el arte religioso de la Isla de Pascua. A partir de aquí surgen las especulaciones que llevan a la hipótesis de que la fuente y verdadero origen de los ceremoniales de “hombre-ave”, celebrados con variantes a lo largo de las culturas polinesias y las sociedades hawaianas, está en el Perú preincaico. Asimismo, el acto de probar la virilidad mediante una hazaña de distancia y supervivencia, es un ritual que tiene representaciones similares en la cultura hawaiana. Incluso cuando se toma en cuenta que el arte de surcar olas empezó a practicarse dentro de las ceremonias religiosas.
En ningún otro lugar de América pueden encontrarse pruebas de un desarrollo social tan vinculado al mar como el que establecieron los pobladores de Chan Chan. Un mar poderoso que les enviaba oleajes durante la mayor parte del año. Las condiciones presentan una ecuación interesante: cien mil personas a quienes alimentar, entonces dadas las circunstancias, los pescadores de Chan Chan se ganaban la vida en el mar y utilizaban las largas rompientes para empujar sus balsas hacia la orilla, donde negociaban los frutos de su trabajo. Es por ello que las paredes de la ciudad de Chan Chan están cubiertas con diseños y frisos en altorrelieve que representan escenas de pesca, series de olas, aves marinas, redes, deidades del mar y espíritus. En el Corredor de los Peces y las Aves, se ven representados los grandes oleajes, junto con la corriente peruana o de Humboldt, llena de peces, a medida que su ubicación varía a lo largo del año.


Origen de las balsas de juncos
     Nuestra fuente principal en este asunto, es la exhaustiva y monumental Historia Marítima del Perú, editada por el Instituto de Estudios Histórico Marítimos del Perú. De la mano de historiadores de la talla de Hermann Buse De La Guerra y de José Antonio Del Busto Duthurburu, exploramos la prehistoria de la navegación peruana desde sus orígenes, confirmando con gran regocijo durante su lectura, que el tup jugó un papel trascendental en nuestra historia marítima.
Ahora bien, en cuanto a la antigüedad del caballito o tup, son muchos los investigadores que exponen diversas teorías. Así por ejemplo, tenemos el caso de Salvador Canals Frau, quien señala que: “la balsa… que se fabrica atando varios haces de juncos o de tallos de totora es paleolítica”, lo cual situaría la aparición del tup a la era de la edad de piedra (Salvador Canals Frau: Las Civilizaciones Prehispánicas en América; 1955). Por otro lado, Hermann Buse afirma: “en el mundo, la balsa de totora -mejor; la balsa de haces- es antiquísima. Aparece ya en los albores de la civilización y, fuera de duda, está en los comienzos mismos de la navegación. Es probable que sólo fuera antecedida por el simple tronco desbastado del que se valió la primera criatura audaz para entrar en las aguas profundas de un río o de un lago para llevar algo o recoger algo en la otra orilla". Estas afirmaciones, claro está, se refieren a las balsas de juncos de cuya existencia se han hallado testimonios en diversos lugares alrededor del globo, como en los lagos mexicanos de Chapala y Tlaxcala, en el valle del Nilo, en Asiria y en las orillas de los ríos mesopotámicos. Asimismo, la balsa de juncos fue común a infinidad de pueblos de Asia, Australia, Tasmania e islas de Oceanía, sin excluir de este conjunto a la Isla de Pascua, donde los nativos usaban unos atados de paja que, técnica y formalmente, en nada se diferenciaban de los caballitos de totora que vemos aún hoy en la playa de Huanchaco.




Antigüedad de la balsilla de totora.

    La antigüedad y la difusión exacta del caballito de totora o tup, es aún un tema no resuelto por los científicos. Revisando las investigaciones del historiador peruano Hermann Buse De La Guerra, observamos que el problema de la antigüedad de las balsas de totora en el Perú fue en gran parte aclarado. Dice Buse: "reconocido su apogeo, por el testimonio incontestable de la cerámica, en la edad Mochica -primeros siglos de la era cristiana-, inquietaba vivamente a los arqueólogos saber cuándo, en realidad, empezaba su uso, si con los Mochicas o antes de ellos, y si esto último, en qué siglo o milenio de la lejanía prehistórica” (Hermann Buse De La Guerra: Perú 10,000 años; 1962).
Los fundamentales trabajos de Bird en Huaca Prieta, en los años 1946 y 1947 que dieron por resultado el descubrimiento de la era precerámica, arrojaron clara luz sobre el problema y permitieron desde ese momento creer que: “el hombre de hace cuatro mil años conocía y usaba la balsa para pescar no lejos de la playa”. Así, abundantes evidencias arqueológicas atestiguan su utilización en tiempos muy lejanos, y el hallazgo de redes y flotadores en la citada Huaca Prieta, del valle de Chicama, en un estrato probadamente precerámico, de cuatro mil años, indica que los hombres de entonces: “practicaban un tipo de pesca en el mar que requería del auxilio de una embarcación”. Esa embarcación no podía ser otra que la balsa de haces de totora. Su ubicación está arqueológicamente probada (por el método del radiocarbono, en el estado actual de nuestros conocimientos) en las finales del tercer milenio antes de Cristo, en la Costa Norte, departamento de La Libertad.
Todas estas afirmaciones necesitan, sin embargo, el sustento arqueológico para poder determinar la antigüedad exacta del tup. Lo cual nos lleva a los descubrimientos de Rafael Larco Hoyle según los cuales: "la más antigua representación del uso del caballito de totora en la cerámica, con valor de documento irrefutable, la proporciona la cerámica Virú, de la época llamada Evolutiva y que corresponde al Formativo de otros esquemas". Dice Larco textualmente: "el caballito de totora... se encuentra en la cerámica Virú, lo que demuestra que entonces lo emplearon ya" (Rafael Larco Hoyle: Archaeologia Mundi. Perú; Génova, 1966). Si tomamos en cuenta que la cultura Virú se desarrolló, estrechamente vinculada al mar, en el primer milenio antes de Cristo, y sus representaciones en terracota del tup corresponden a los años 800-600 antes de nuestra era, podemos concluir como Buse que: "del caballito de totora, como el que aún emplean para sus faenas los pescadores de Huanchaco y en las playas de Lambayeque, poseemos representaciones alfareras de extraordinario valor que ubican su existencia hace, aproximadamente, tres mil años".



    Llegados a este punto, los testimonios publicados en el libro, Perú 10,000 años, de Hermann Buse De La Guerra, son abundantes. Cercana a esta sorprendente cronología es la que insinúa Bird: "vasos Gallinazo, de hace 2,200 años, muestran también caballitos iguales a los que siguen en uso en la Costa Norte, el testimonio alfarero indica, igualmente, que éstas embarcaciones de pesca eran tripuladas indistintamente por uno o dos hombres" (Junius Bird: Art and Life in Old Perú; 1962). Y Kosok: "los diseños de los huacos de la época temprana de la cultura Mochica muestran embarcaciones similares a los caballitos de totora actuales, lo cual da la pauta para señalar la antigüedad de su origen..." (Paul Kosok: Life, Land and Water in Ancient Perú; 1965).
Hermann Buse también afirma que: "el caballito en nuestros días es indispensable cuando hay braveza, y todavía se le usa, aunque poco a poco es desplazado por los botes de diseño moderno, en algunas tareas cercanas a las playas, como la colocación del chinchorro y la revisión de las trampas para el cangrejo y la langosta. Con sus tres mil años de historia (o cuatro mil a base de indicios existentes) y siendo un directo descendiente de las primitivas embarcaciones precerámicas de totora es, de todos los elementos de la cultura aborigen aún vigentes, uno de los más antiguos y, por consiguiente, de más rancia y conservadora prosapia, un caso único de aferramiento a la tradición” (Hermann Buse De La Guerra: Historia Marítima del Perú, Tomo II, Vol 2; 1977).
Las investigaciones del arqueólogo peruano Gabriel Prieto Burmester, quien estudia una antigua aldea de pescadores en el sitio arqueológico Pampas de Gramalote desde el año 2010, que esta ubicado en el distrito de Huanchaco, le permitieron hallar la evidencia más antigua. Se desenterró allí una miniatura de un caballito de totora que sirvió para hacer una ofrenda. Esos estudios modernos nos confirman que el tup se utilizó en el Antiguo Perú desde hace 3,500 años. “Aunque se presume que el caballito de totora tiene un uso de 4,000 ó 5,000 años, hoy al menos sabemos científicamente que hace 3,500 años existió” comentó el arqueólogo Dan Sandweiss de la Universidad de Maine, Estados Unidos, al enterarse del hallazgo (El Comercio; 3 de agosto del 2014).



        Pero si estas investigaciones aún fueran poco para los indiferentes. Los nuevos hallazgos en la capital de la civilización más antigua de América, Caral (3,000 A.C.) y también en Áspero, Bandurria, Vichama y otros sitios arqueológicos actualmente en estudio, nos confirman que los pescadores de esa antigua civilización con 5,000 años de antigüedad, también empleaban los juncos de totora para confeccionar sus casas y sus embarcaciones, siendo la pesca una actividad económica primordial para esos pobladores yungas, para realizar trueque con las comunidades de la sierra y selva. Tomando en cuenta entonces las antiguas y las recientes investigaciones de las diversas culturas de la costa peruana, nos atrevemos a proponer en este ensayo, que el caballito de totora o tup, se ha utilizado en la costa del Antiguo Perú desde hace cinco mil años (y quizás es más antiguo). Por lo tanto, el arte de surcar olas conserva esa misma antigüedad.

El Festival del Mar en Huanchaco.

        El Festival del Mar, organizado en Huanchaco, un antiguo puerto pesquero con unos diez mil pobladores a unos 560 kilómetros al norte de Lima, fue un evento único y crucial en la historia del deporte de la tabla peruano. Fue la oportunidad que empezó a difundir en todo el planeta nuestra milenaria tradición de surcar las olas. Huanchaco es el más grande de los antiguos pueblos costeños del norte, en donde aún se puede observar a los milenarios pescadores yungas introduciéndose en el mar a bordo de los caballitos de totora. Ellos siguen sobreviviendo con las mismas técnicas de pesca y de construcción de balsas heredadas de sus antepasados, en las mismas aguas que alguna vez abastecieron de alimento a los cien mil habitantes de la antigua urbe de Chan Chan.
En 1987 Felipe Pomar era el presidente de la Federación Peruana de Tabla y viaja a Huanchaco, para conocer la zona y observar los caballitos de totora. Al presenciar a los pescadores en el mar quedó sorprendido, los caballitos habían sido diseñados para atravesar la rompiente y luego salir a la orilla corriendo olas. En ese viaje conoció al tablista trujillano Bernardo Alva, quien le informó de los avances, con relleno de material de construcción y tierra, con el fin de hacer un desarrollo urbano invadiendo las pozas donde se cultiva la totora, para desaparecer ese conjunto de valiosos totorales que utiliza la comunidad de pescadores y que están ubicados muy cercanos a la costa.
Luego de algunas conversaciones, decidieron juntos hacer un festival deportivo y cultural para dar a conocer el peligro que significaba para el balneario de Huanchaco la pérdida de la fuente de la materia prima que sirve para la construcción del tup. Bernardo se encargó de la organización del evento, Felipe de la promoción y la convocatoria de destacados tablistas extranjeros y peruanos para que respalden el proyecto. En ese mismo año, Felipe Pomar viaja a California y visita la oficina de la revista Surfer llevando en sus manos una réplica pequeña de un caballito de totora. Les explica a sus editores la importancia de publicar un reportaje sobre Huanchaco y su tradición milenaria. Hábilmente logró convencerlos. El artículo se publicó en la edición de abril de 1988, anunciándose al mundo internacional del surfing, los valiosos objetivos del Festival del Mar.

Huanchaco-Perú
        El primer Festival del Mar se realizó exitosamente en mayo de 1988. Hubo una segunda edición en 1990 y una tercera en 1992. Tuvo una lista impresionante de personalidades que fueron invitados; desde científicos notables como Thor Heyerdahl y Walter Alva, ambientalistas como Glenn Henning, hasta tablistas famosos como Mark Foo, Bobby Owens, Todd Holland, Richard Schmidt y Ronnie Burns. Posteriormente Bernardo con el mismo fin de preservar la valiosa plantación de totora, organizó el evento Pescadores de Olas en Huanchaco el 2007, 2008 y 2009. El escritor Matt Warshaw fue invitado por Felipe Pomar para que conozca Huanchaco y asistió al evento del año 2007. Matt publicó la milenaria tradición de surcar las olas que existe en Huanchaco en su libro The History of Surfing, publicado en el año 2010.
Es relevante agregar que en 1977, en el anuario Tabla Perú que publicó la Comisión Nacional de Tabla (CONTA), Fortunato Quesada Lagarrigue escribe un artículo en donde expuso que uno de los objetivos de dicha comisión era reconquistar el nivel internacional que tuvo la tabla peruana en los años sesenta: “por tener un campeón mundial y por ser una actividad oriunda del Perú”. El presidente de la CONTA era Luis Anavitarte Condemarín, quien en 1978 organiza el campeonato universitario de tabla, cuyo afiche, por idea de su secretario Fortunato, fue ilustrado con un caballito de totora.
Veinte años después, en el año 1998 el Perú expone en la asamblea anual de la International Surfing Association (ISA) que el caballito de totora o tup, es el elemento de surcar olas más antiguo de la historia universal. El ensayo fue preparado por Adolfo Valderrama Bielich y fue expuesto en Portugal, en el mes de noviembre, por Ricardo Kaufman Torres. Diez años después, gracias a la gestión realizada por Felipe Pomar Rospigliosi y Javier Fernández Urbina, el Director de Intereses Marítimos e Información de la Marina de Guerra del Perú, Contralmirante Reynaldo Pizarro Antram, envía el 25 de abril de 2008 una carta al Instituto Nacional de Cultura (INC) solicitándole que se efectúen campañas de difusión internacional para divulgar la contribución del poblador prehispánico andino a la navegación mundial.

En Huanchaco también se practica el surf.

           Invitamos a nuestras autoridades culturales para que participen y apoyen esta tarea emprendida por tablistas y pescadores. Se debe evidenciar que la milenaria costumbre de surcar las olas es un patrimonio cultural del Perú. Dichosamente, ya se dio un primer paso. Por resolución directoral nacional N° 648 del Instituto Nacional de Cultura del 27 de agosto de 2003 se declaró Patrimonio Cultural de la Nación al caballito de totora. Embarcación considerada como expresión de las manifestaciones tradicionales de la cultura viva, que caracteriza a las comunidades asentadas en el litoral del norte peruano, y que contribuye a la identidad regional y nacional.

Cinco mil años surcando olas.

        Hemos visto que las modernas evidencias arqueológicas sitúan con precisión en la historia, la existencia del caballito de totora o tup en el periodo de los 3,500 años de antigüedad. También hemos explicado que existen los vestigios que nos hacen pensar que es más antiguo aún. No queremos exagerar en este libro la antigüedad del tup, pero tampoco podemos dejar de señalar que hace tres mil años, un alfarero Virú tomó como modelo a un caballito de totora para inmortalizarlo mediante su arte en un ceramio. Por ello, no es del todo descabellado pensar que su existencia fuese anterior a la representación gráfica del mismo.
La balsa de totora o tup (dicho en lengua Mochica) se constituyó como la más importante herramienta pesquera de los antiguos pobladores yungas. Las sesiones que esos valientes y habilidosos pescadores debían efectuar para familiarizarse con el mar, las olas, y el uso del caballito, son tan antiguas como el caballito mismo. Por ello nuestra conclusión es luminosa como el agua de nuestro mar durante el amanecer. Es lo que nos revela nuestra tradición milenaria que hoy sigue viva en nuestra alma tablista: hace 5,000 mil años el caballito de totora o tup era un elemento primordial en la vida de los antiguos pescadores yungas, por lo tanto, correr olas era también una actividad inseparable en su faena diaria.

Fuente: 5000 Años Surcando Olas: La Historia de la tabla en el Perú.

¡ Visite Huanchaco y observe su riqueza cultural!