lunes, 23 de marzo de 2020

PESCA PREHISPÁNICA QUE SE CONSERVA.

LA PESCA ANCESTRAL EN HUACHACO, TRES PALOS, EL CHARCO Y EL BRUJO: CACICAZGOS DE CHIMÚ Y CHICAMA.

DATOS ETNOGRÁFICOS.

    Extensas playas y dilatados desiertos, dominados por cerros desnudos, tal es el paisaje de la costa peruana y sería desolador sino fuese por los ríos que, como torrentes bajan de las serranías y cortan, de tanto en tanto, la aridez reinante. En contraste con la hostilidad de la tierra que necesita del trabajo humano para volverse fértil, esta el mar que baña estas amplias costas; un mar que, por el hecho de arrasar una corriente de aguas fría, es un emporio de riquezas marinas, una fuente inagotable para el habitante de las orillas. 
    Pero no solo el océano fue un medio de vida por su extraordinaria fecundidad, sino también un camino para las migraciones que vinieron, en el transcurso de los tiempos, a afincarse en sus costas; y, por último, fue una ruta para los navegantes que se arriesgaban en sus balsas hacia puertos con el fin de intercambiar sus productos. Los mercaderes y los yungas de Huanchaco, Tres Palos, El Charco y E Brujo, eran expertos manejando sus balsas y sus “caballitos de totora”, conocían las corrientes y los vientos, las caletas seguras y las islas del litoral. Para los antiguos costeños el mar lo fue todo, y debió ocupar un lugar importante en sus vidas, sus costumbres mitos y leyendas. A diferencia de la sierra, la costa era autosuficiente en cuanto a conseguir productos alimenticios; especialmente del Mar.
    Las redes las confeccionaban de algodón, el cual era producido en los asentamientos ubicados en los valles, y los cuales se cambiaban por productos marinos u otros (trueque). Los anzuelos eran fabricados de choros y otras formas de moluscos, de huesos y de espinas de cactos.


LA CULTURA MOCHE.

    Reflejados en sus huacos podemos observar que la actividad pesquera estuvo siempre ligado a la vida Moche, los dibujos de caballitos de totora y demás embarcaciones así lo demuestran.    
  Según S. Santisteban (1984,64), la economía Mochica estuvo en gran manera reforzada con los productos del mar; pescaban con redes, anzuelos y arpones, a veces adentrándose en el mar sobre balsas o montados en caballitos de totora; también cazaban lobos marinos. Las balsas, los fabricaban con troncos de balsa (Ochroma pyramidale), que es un gran árbol de rápido crecimiento, hasta 30 m de altura y que se ataban con bejucos que son plantas trepadoras, las cuales se usaban como sogas. Para las velas, se usaban las confecciones hechas con algodón.        
    Poseían también naves de guerra que eran tripuladas por más de tres o cuatro tripulantes y que transportaban a grupos de militares o a los prisioneros vencidos en combates.

LA CULTURA CHIMÚ. 

     Seguidores de la tradición mochica, heredaron la habilidad pesquera de los moches; emplearon los caballitos de totora para proveerse de gran variedad de peces y mariscos. Asimismo, practicaban el comercio marítimo con los demás pueblos del litoral mediante sus embarcaciones.
     En cuanto a las técnicas de pescar, estos utilizaban grandes redes, anzuelos y aves como el guanay para pescar. Esta última técnica consistía en utilizar a esta ave, domesticada, a la que se le ponía un anillo en el cuello para evitar que se trague al pez, que era arrebatado por el pescador.
  Los antiguos pescadores, formaban grupos numerosos de la población yunga (costeña) y estaban diseminados a lo largo del litoral. En las lagunas pequeñas de Huanchaco, Tres Palos, El Charco y El Brujo, los pescadores cultivaban la totora (scipus).Esta noticia confirma la información recogida por Edwards (1965) para Huanchaco en Trujillo, en 1930.
    Con la conquista de los incas al imperio Chimú, denominaron el oficio de los pescadores yungas de este lado como: Challua hapic o Guaxme, mientras que la denominación de Challua camayoc, era para quienes hacían el trueque del producto, después de salarlo y llevarlo a la sierra o más al norte para hacer el trueque.
   El objeto de trueque más importante, que llevaban en sus balsas de totora, por ejemplo, con Puerto Viejo (Ecuador) fue el mullu (spondilus pictorum), que tenía carácter sagrado para el antiguo peruano. Era, de gran demanda, y solo se encontraba en aguas tibias. La segunda mercadería fue el cobre.
   Una buena información sobre los pescadores del distrito de Santiago de Cao, proviene del oidor del pueblo de Quilcay, en la región de Pachacámac. Estos le informaron que, faltando varones, las mujeres no se casaban con los campesinos del vecino pueblo de Lurín, sino que buscaban por maridos entre los pescadores de otras aldeas, algunas tan distantes como las que estaban en Santiago de Cao.
   En el Señorío de Chimú, cercanas a la capital Chan Chan existían varias aldeas de pescadores que incluían el Señorío de Chicama del cual formaban parte El Brujo, El Charco y Tres Palos; el Principal estaba en el Señorío Chimú y era Huanchaco, con su importante producción de pescado salado (AGI Justicia 456, fol. 1750)
Rostworwski, Etnia y Sociedad. Costa Peruana Prehispánica. I.E:P. Lima.
Rostworwski, La Región del Colesuyu. Revista Chungará No16-17, Octubre. 1986,127-135. Universidad de Tarapacá. Arica-Chile.
El ekeko de pescadores y tablistas (amuleto de la buena suerte)

Actualmente, a estos pescadores los vemos haciendo una actividad que empezó hace muchísimos años con el mismo empuje y ánimo por sacar a sus familias adelante. Es una actividad que se debe preservar.

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