NATIVOS DE MESOAMÉRICA.
LA CULTURA
AZTECA ( Parte 1 ).
ORIGEN.
Tradicionalmente llamados aztecas, los mexicas son un pueblo de filiación
nahua, que en un momento de la historia llegó a constituir el núcleo del
imperio más extenso de Mesoamérica, allí donde fundaron México-Tenochtitlan.
Asentaron la cabecera de su imperio en un islote del lago Texcoco que hoy se encuentra
prácticamente seco y es el lugar del actual asentamiento de Ciudad de México.
Para alcanzar el poderío que tuvieron, los aztecas se aliaron con otros pueblos
indígenas de la cuenca lacustre del valle de México, Tlacopan y Texcoco, sometiendo
a otros pueblos asentados en la zona centro y sur del actual territorio de
México.
EXPANSIÓN DEL IMPERIO AZTECA.
Los mexicas son junto a los mayas los pueblos más estudiados de las civilizaciones
mesoamericanas por el grado de desarrollo que alcanzaron, evidente en sus
restos arqueológicos y el testimonio de los sobrevivientes de la conquista por
parte de los españoles. Su cultura, que incluye una rica cosmogonía, ritos
religiosos, conocimientos astronómicos, filosóficos y artísticos, es estudiada y
analizada desde la lingüística, la antropología y la arqueología, lo que hace
complicado intentar una síntesis pues la diversidad de enfoques y disciplinas
genera polémicas sobre diversas cuestiones. La mitología se centra en
Tlacaélel, quien ejercía el mandato virtual situando el origen en Chicomóztoc
“lugar de las siete cuevas”, relacionado con Aztlán, de donde viene el
gentilicio azteca, pero que, por tratarse de un lugar mítico no existe acuerdo
sobre su verdadera ubicación.
La llegada de los españoles produjo un cambio en las alianzas de los
pueblos aborígenes. Aquellos que estaban sometidos a los mexicas y debían pagarles
altos tributos, como los pueblos altépetl, se aliaron con los Zempoaltecas y
los tlaxcalecas, lo que fue aprovechado por los españoles que llegaron hacia
1519. Al caer México-Tenochtitlan, aquellos que pertenecían a la elite
gobernante fueron colonizados y luego restituidos en sus cargos para que
continuaran beneficiándose con los privilegios de que gozaban en los tiempos
pre hispánicos. Pero el pueblo sufrió las consecuencias en todas sus
estructuras, lo que generó también una resistencia que persiste hasta nuestros
días.
IDIOMA: NÁHUATL
Esta lengua es uto-azteca y se
habla por nahuas en México y Centroamérica. Su nombre traducido al español es
“sonido claro o agradable” o “lengua agradable”. Se tiene conocimiento de su
existencia al menos desde el siglo VII, pero su difusión se extendió luego
cuando a partir del siglo X comenzó a expandirse la cultura tolteca,
imponiéndose por sobre otras lenguas mesoamericanas hasta convertirse en lengua
franca en la región, sobre todo en los territorios conquistados por el imperio
mexica o azteca, hasta la derrota ante los españoles, el 13 de agosto de 1521,
cuando la lengua náhuatl empieza a conocerse como lengua mexicana. Incluso los
hablantes del náhualt lo llaman mexicatlahtolli o lengua mexicana y aquellos
que también hablan el español lo denominan idioma mexicano.
Lo que llevó a la pérdida de hablantes
del náhualt fue la aparición del idioma español, traído por los conquistadores,
que la desplazó hasta imponerse como lengua dominante en toda Mesoamérica. Pero
los mismos conquistadores se ocuparon de que la lengua indígena no
desapareciera para servirse de ella en la tarea de evangelización, que llevaban
a cabo los misioneros. Esto hizo que el náhualt no desapareciera y sea en la
actualidad hablada por alrededor de un millón y medio de personas, en su
mayoría bilingües con el español, extendiéndose su área de influencia desde México
hasta Centroamérica.
HISTORIA
CREACIÓN DEL IMPERIO AZTECA.
Hacia el año 800 la región de
Cholula estaba habitada por los teotihuacanos a quienes desalojaron los
Olmecas, descendientes del pueblo popolocamixteco, que dominaron la zona por
500 años extendiendo su presencia hasta el centro de Veracruz. Los Olmecas
impusieron su poderío sobre las culturas del Cerro de las Mesas y de los
Tutztlas. En tanto los teotihuacanos, junto con los nahuas desplazados,
migraron masivamente en un movimiento que se llamó de los pipiles, hacia la
región chiapaneca de Soconusco, para pasar desde allí a Centroamérica, ocupando
los actuales territorios de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, y con
grupos menores, Costa Rica y Panamá. Hacia el año 900 una parte de los pipiles
inició otra migración que los llevó hasta Tula, donde en alianza con los
toteca-chichimeca comenzaron a formar el imperio tolteca.
Cambios climáticos ocurridos en la
región hacia el año 900, hicieron que los toltecas-chichimecas invadieran el
valle de México tomando Acolman y Teotihuacán para instalar la capital en el
Cero de la Estrella, en las proximidades de Iztapalapa. Asentados allí,
conquistaron las Siete cuevas, entre Tula y Jilotépec, dominando a los otomíes
y mezclándose con ellos para constituir el imperio tolteca. En este tiempo se
destacó un “señor” o rey, Topiltzin, quien tomó la decisión de cambiar la
capital del imperio, dadas las presiones que sufrían de parte de los Olmecas.
La trasladó primero a Tulacingo y luego a Tula, desde donde dominaban los
valles de Mezquital y México, próximos a la frontera con los indios bárbaros a
quienes debían
Finalmente, Tula colapsó y esto fue
aprovechado por las bandas de bárbaros quienes ingresaron dese el sur de Texas
hasta el valle de México hacia el siglo XIII, deteniéndose ante la cadena montañosa
del Ajusco, fijando allí el límite entre sedentarios y nómades. Los Toltecas
por su parte fueron desplazados y sufrieron una diáspora. Poco después los acolhuas fundaron el Señorío de Huejotzingo, se
fortalecieron y derrotaron a Cholula, fundaron la “República de Tlaxcala” (no
el estado, sino el conjunto de cuatro señoríos: Tepetícpan, Ocotelolco, Tizatlán
Quiahuiztlan). Mientras tanto, los chichimecas fundaban un señorío en la región
Texzcoana, donde la civilización aumentó, tomando el idioma nahua y se
volvieron sedentarios. panorama en el valle de México a la llegada de los
aztecas.
EL VIAJE DE
LOS MEXICAS.
El origen de los mexicas habría estado
en un lugar llamado Aztatlan o Aztlán, palabra cuyo significado habría sido “lugar
de las garzas”, de allí su denominación de aztatecas o aztecas, aunque a sí mismos
se denominaban culhuas-mexicas. Aztatlan, según se cree, era una isla situada
en la laguna de Mexcaltitlan, en la costa de Nayarit, y desde allí habrían
salido hacia el año 890 para atravesar las regiones del norte de Jalisco y
luego, siguiendo el curso del río Lerma, partes de Guanajuato y Michoacán.
El itinerario es incierto pues su
misma ocupación como pescadores y cazadores los mantuvo en movimiento
permanente. Recién a partir de su llegada a las proximidades de San Juan del
Río comienza a saberse más de los pasos que los llevaron hasta el valle de
México. Cada 52 años encendían un fuego celebrando el final de un ciclo de su
calendario. El primer fuego que luego de iniciada su peregrinación fue en 1163,
en Coatépec, en la región nor-oriental del Valle de México. Allí nació, según
un mito, el dios Huitzillopochtli (Colibrí del Sur), hijo de Coatlicue que era
un hechicero que rendía culto a Tezcatlipoca, era su caudillo y su dios más
venerado. Después de él tuvieron otros caudillos-sacerdotes hasta Tenoch, el último,
quien auspició la fundación de Tenochtitlan y quién le dio nombre; aunque
también recibió el nombre de México, en honor de Huitzillopochtli o también
conocido como Mexitlí.
En su periplo hasta Chapultépec los mexicas nunca permanecieron en el mismo
lugar más de un par de años porque todas las tierras estaban ocupadas y no eran
aceptados como vecinos porque su cultura incluía sacrificios crueles, eran
pendencieros y acostumbraban a robarse mujeres casadas. Recién al llegar a
Chapultépec, lugar estratégico para la defensa, se sintieron seguros y
empezaron a enseñorearse sobre la región. Pero los vecinos sintieron su
presencia amenazante y formaron una coalición para resistirlos. La alianza fue
encabezada por el de Xaltocan e integrada por casi todos los pueblos del valle,
y se impuso gracias a la estrategia tepaneca que hizo creer a sus rivales que
necesitaban ayuda para confrontar con los de Culhuacán, de ese modo los
hicieron salir de Chapultépec donde solo quedaron los ancianos, las mujeres y
los niños, a quienes controlaron con facilidad tomándolos prisioneros. De esta
manera los mexicas perdieron el ánimo belicoso y fueron fácilmente derrotados.
Así se convirtieron en sus siervos y fueron confi nados en Tizapan, un poblado
atestado de víboras que los mexicas consiguieron exterminar.
En un momento de su enfrentamiento con los xochimilcas, los culhuas
ofrecieron un trato a los mexicas: convertirse en soldados mercenarios que recibirían
su libertad a cambio de 8.000 prisioneros enemigos. Los mexicas tomaron los
prisioneros que les eran requeridos, pero al no poder trasladarlos por su
número reducido respecto al del enemigo, les cortaron una oreja a cada uno y
las llevaron en bolsas a Coxcoxtli, señor de Culhuacán, quien les concedió la
libertad e impresionado por su crueldad aceptó que se instalarán en
Mexícatzingo. En ese lugar construyeron un templo en honor a Huitzillopochtli y
pidieron a Coxcoxtli una hija “para tenerla como una reina y venerarla como una
diosa”. La mujer les fue concedida y cuando la tuvieron la desollaron. Al
enterarse Coxcoxtli lo que habían hecho los mandó a perseguir por sus soldados,
quienes los arrojaron a los carrizales, a orillas del lago, donde se refugiaron
en un islote abandonado.
FUNDACIÓN DE
TENOCHTITLAN O MEXICO.
Según cuenta la historia los mexicas vieron en su nuevo emplazamiento la
señal de Huitzillopochtli: el águila devorando una serpiente sobre un nopal y
ahí mismo comenzaron a edificar Tenochtitlan en 1345. Doce años después otro
grupo mexica se estableció en un islote contiguo, fundando Tlatelolco en 1357.
Tenochcas y tlatelolcas quedaron sometidos al señor de Azcapotzalco, pagando en
los primeros años tributos muy onerosos.
El cambio que produjo Tezozómoc fue el de convertir a los mexicas de
soldados mercenarios en socios de sus empresas de conquista. Recién cuando los
Tenochcas conquistaron Culhuacán en 1367 y los tlatelolcas Tenayuca en 1371,
alcanzaron el rango de señoríos Tlatelolco y Tenochtitlan. Después de las
conquistas de Acarnapichtl; -Xochímilco (1376), Mizquic (1378) y Cuitláhuac
(1393)- quedaron en poder de Tezozómoc el sur del Valle de México, excepto el
señorío de Amecameca, aliado suyo. Llegaron también a conquistar el último bastión,
el extenso señorío de Cuernavaca, zona en la que abundaba el algodón y que
explotaron para la fabricación de telas. A la muerte de Acamapichtli en 1396,
le sucedió su hijo Huitzilihuitl (1397- 1417), quien engendró un vástago, Moteczuma
llhuicamina, con la hija del señor de Cuernavaca, en 1398.
Bajo el reinado de Huitzilíhuitl derrotaron
a los xaltocameca en 1400, a los de Chalco-Atenco en 1410 y combatieron a los
de Texcoco en compañía del señor de Tlatelolco y de otros vasallos de Tezozómoc.
Esto le valió el reconocimiento de Tezozómoc, quien le dio en matrimonio una
hija suya, unión de la que nació Chimalpopoca, quien sucedió a su padre en el
trono de Tenochtitlan en 1417, cuando apenas tenía 12 años. Texcoco fue
conquistada en 1418 por Tezozómoc y sus aliados mexicas, y dos años más tarde
se la entregó a Chimalpopoca.
El tirano de Azcapotzalco, que murió
en 1427, parece haber escogido como sucesor a su hijo Tayatzin, pero un hermano
mayor de éste, Maxtla, le usurpó el trono. Poco después, al saber el usurpador
que Chimalpopoca conspiraba, junto con otros señores, para derrocarlo y
restablecer a Tayatzin, mandó encarcelarlo.
Consideró esto el señor de Tenochtitlan
como una terrible afrenta que lo indujo a darse la muerte. Entonces los
Tenochcas eligieron rey a Itzcóatl, hijo de Acamapichtli y medio hermano de
Huitzilihuitl. Mientras tanto, Nezahualcóyotl que, tras la pérdida de su trono
de Texcoco en 1418, había vivido exiliado entre los huejotzingas y
tlaxcaltecas, con cuyos señores trabó amistad, consiguió ayuda militar de ellos
y celebró una alianza con ltzcóatl. Luego, aprovechando el resentimiento que guardaban
los Tenochcas por los agravios que Maxtla infirió a Chimalpopoca, emprendió una
lucha contra Maxtla en 1427. Logró, con sus aliados, vencer a Azcapotzalco en
1428, merced a la ocupación previa de Tacuba que sirvió como “cabeza de playa”
para el ataque de la capital tepaneca. Entonces parece que Maxtla huyó a
Coyoacán, lugar donde había gobernado antes de convertirse en señor de
Azcapotzalco, luego a Cuauhximalpan y después a Tasco, sitio en que murió en
143l.
Los tepanecas, ante la caída de su capital, Nezahualcóyotl e ltzcóatl,
aliados ahora con el señor tepaneca de Tacuba, continuaron luchando contra señoríos
formados por desprendimientos de aquel imperio, lo que los obligó a continuar
la lucha hasta conquistar Xochimilco en 1430 Texcoco en 1431. En este año
recuperó Nezahualcóyotl su trono y tres años más tarde se constituyó la Triple
Alianza integrado por los señores de Texcoco, de Tenochtitlan y de Tacuba que,
de común acuerdo, se repartieron los territorios hasta entonces sojuzgados y
establecieron además el convenio de que los señoríos que posteriormente
dominasen deberían pagarles tributo: dos quintas partes a Texcoco, otras tantas
a Tenochtitlan y sólo una a Tacuba.
LAS GUERRAS
FLORIDAS.
Una vez sojuzgado Azcapotzalco, los
señoríos más poderosos del Valle de México fueron Tenochtitlan y Texcoco,
gobernados por Itzcóatl y Nezahualcóyotl, respectivamente. Entre ellos se
estableció una alianza y así realizaron una serie de conquistas para someter a
los pequeños señoríos que antiguamente dependían de Azcapotzalco. Una vez
logrado el objetivo ltzcóatl se dedicó a consolidar su poder en las regiones
occidental y meridional del Valle de México, gran parte del de Morelos y las
tierras guerrerenses situadas al norte del Balsas, sometiendo a Tasco, Iguala y
Tepecuacuilco.
Una vez que se apoderó de CuahuacanItzcóatl dominó la estratégica sierra
de Monte Alto y tuvo el camino abierto hacia Xilotépec. Aunque el poderío de
los tlatelolca había disminuido, realizaron aún conquistas como la de
Cuauhtinchan, al sur de Cholula, en 1438. En tanto Nezahualcóyotl, por su
parte, se ocupaba en recuperar todos los territorios que habían pertenecido al
señorío de Texcoco y en colaborar con Izcóatl en las conquistas que éste hacía
en los Estados de Morelos y Puebla, como, por ejemplo, la de la región que se
halla entre Cuauhltla y Huaquechula, y que le permitieron extender sus dominios
hasta Izúcar. De esta manera los soberanos fueron los forjadores de la grandeza
de Texcoco y Tenochtitlan y establecieron las pautas políticas y sociales que
habrían de seguirse.
Mientras tanto, hacia el año 1450
Nezahualcóyotl realizó una movida estratégica emprendiendo una campaña por la
línea que hoy recorre la actual carretera que va de Pachuca a Tuxpan,
introduciéndose como una cuña entre los huastecos y los totonacos para impedir
una posible alianza entre ambos.
Los sacerdotes evaluaron la sequía como la falta de vigor de la tierra y
el poco estímulo que le daba el sol, incapaz de infundirle vida. Entonces
creyeron que esto ocurría porque no habían sido debidamente fortalecidos con el
vino generoso, como llamaban a la sangre humana, por eso había que derramarla
con mayor profusión. De acuerdo al calendario de los mexicas y tetzcocanos, el
año constaba de 18 meses de 20 días y en cada veintena debía celebrarse por lo
menos una fiesta en que se hiciesen sacrificios humanos. Para eso era necesario
asegurar el abastecimiento oportuno de víctimas, por lo general prisioneros
obtenidos en campañas, y éstas podían ya sólo emprenderse contra señoríos
relativamente alejados del Valle de México porque éste y las comarcas
circunvecinas habían sido ya conquistadas. Para evitar el peligro de que no las
hubiese ni a tiempo ni en el número requerido, se llegó a un acuerdo con los
señoríos de Huejotzingo y Tlaxcala, también azotados por el hambre, mediante el
cual se establecía la “Guerra Florida” (xochiyáoyotl), que no tendría como fi n
la conquista de territorios al enemigo, sino sólo la lucha contra él, en
lugares y tiempos determinados con objeto de obtener prisioneros que unos y otros
contendientes sacrificasen a sus respectivos dioses. No existía, pues,
entonces, una enemistad real entre ambos grupos, sino un pacto cuyos resultados
creían mutuamente benéficos.
Sin embargo, esas luchas periódicas
llegaron a producir la rivalidad definitiva entre ellos, sobre todo después que
Moteczuma venció extendió sus dominios hasta la Sierra Nevada, en donde
empezaban los de los huejotzinga.
Es muy interesante la historia que has compartido, vine a visitar esta la hermosa ciudad de México, y el primer lugar que visité fue el museo de antropología tres veces realmente me apasiona este tema, gracias por compartir y sobre todo las ilustraciones en gifs, lo cual debo decir me gustó mucho... Gracias de nuevo.
ResponderEliminarGracias desde Perú y un abrazo grande para nuestros hermanos Mexicanos.
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