viernes, 8 de julio de 2022

LA DAMA O SEÑORA DE CAO.

El nombre “Señora de Cao o Dama de Cao” hace referencia a los restos mortales pertenecientes a una mujer de la cultura mochica que se cree gobernar el norte del actual Perú en el siglo IV DC El hallazgo se produjo el 15 de mayo de 2006 en el departamento de La Libertad, por parte de un equipo de Arqueólogos nacionales dirigidos por Regulo Franco Jordan. Para ello se contó con el apoyo financiero de la Fundación Augusto N. Wiese, en el marco del Proyecto Arqueológico El Brujo. El contexto funerario se recuperó en la denominado Huaca Cao Viejo, considerado como centro ceremonial, emplazada en el Valle de Chicama, Perú.
La huaca Cao Viejo es una edificación construida por millas de bloque de adobe que se estima originalmente alcanzaba los 35m de alto, 90m de ancho y 180mde largo (Vázquez Hoys 2011). La construcción final es producto de un total de cuatro templos superpuestos, ya que la sociedad moche realizó prácticas consistentes en “entierros ceremoniales” de edificios, una vez que culminó un período de gobierno. En esta huaca se sepultaron a individuos de altas jerarquías, como así también a personas sacrificadas como sus acompañantes.
La tumba de la mujer en asunto, fue hallada en una plataforma intermedia, lo cual la preservó de las lluvias de esa zona cos teña-Fenómeno del Niño- y del efecto de la capa freática del subsuelo. Además, a pesar de que la zona cerca de pérdidas importantes de material arqueológico, producto de los huaqueo o saqueos, esta huaca estuvo exenta de esas situaciones. número original sufrir perturbación alguna, por lo que se trataría de un hallazgo de tipo primario. Esto sorprendió bastante al grupo de investigadores ya que la mayoría de los restos humanos recuperados de esta sociedad sufrieron muchos daños -producto del Fenómeno del Niño-, pero este fardo funerario se hallaba intacto. Otro dato importante sobre dicha plataforma, es que en ella se hallaron otros entierros y uno de los elementos que se atribuyen de indicio, fue la presencia de una pieza cerámica depositada arriba de cada uno de ellos. por sobre los restos de la señora de Cao se halló una cerámica con forma de un búho enterrada hasta la altura del cuello y a continuación se encontró una cubierta sus tentada por unos bloques de adobe y abajo de caña. Debajo, unas maderas de algarrobo desbastadas, a modo de vigas, servían para proteger el entierro.

    
    Alrededor de éste se habían dispuesto diversas vasijas. Finalmente se halló el fardo funerario de la mujer. En uno de los laterales se encontró el cuerpo de una adolescente sacrificada que, según se interpreta fue su sirvienta. Dentro del fardo el cuerpo estaba cubierto con placas de metales de cobre en forma de olas y de aves marinas. Se cree que los demás entierros hallados en tumbas cercanas corresponderían a cuatro acompañantes que la protegían en su viaje al Más Allá. Uno de ellos poseía un chaleco de cuero, con aplicaciones de plumas, que representa un personaje de rostro expresivo, elaborado en cobre dorado, y aquellos ojos y boca tienen delicadas incrustaciones de concha y nácar.
Como se mencionó anteriormente, el fardo estaba acompañado con ceramios, pertenecientes a tres periodos diferentes: Mochica, Salinar y Gallinazo.
El fardo funerario completo pasaba alrededor de unos 120kg, a la altura de la cabeza estaba dibujado un rostro humano. Es destacable que una de las telas que envolvía al cuerpo tenía un largo de unos 70 m. Dentro del fardo se fueron encontrando objetos distintos, entre ellos: cuatro coronas y diademas.


    Cuando los investigadores llegaron hasta el cuerpo preservado naturalmente tenía un cuenco de metal que había sido colocado sobre su rostro. Esta tenía cinabrio (sulfuro de mercurio), el mismo polvo rojizo que había sido utilizado para pintar su cuerpo, pero algunos investigadores afirman era de función simbólica, representando el líquido vital, la sangre. Además, se cree que al ser este un mineral toxico, las personas que habrían realizado esto se habrían desaparecido después.

    
Además, se halló una finísima pieza de cerámica polícroma, decorada con iconografía moche, en la que se colocó una corona de plata y cobre dorado, en forma de penacho, ubicada a la altura de la cabeza y tiene dos bandas alargadas, muy similar a la que aparece en la iconografía moche, asociada con un personaje del mismo rango que el Señor de Sipán. Gracias a su excelente grado de conservación, el cuerpo de esta mujer fue preservado naturalmente, lo que permitió realizar algunos análisis de antropología física. Estos han aportado información sobre sus características físicas y las causas de su muerte. Es así que fue posible determinar que su estatura rondaba los 1,45 m y se estima que tenía entre 20 a 25 años al momento de su muerte, la que ocurrió posiblemente por complicaciones después de un parto. Esto último se infiere porque en su vientre presentaba unos pliegues de la piel, típicos del posparto Otro dato muy interesante es que su cuerpo estaba tatuado de serpientes, arañas, cocodrilos, animales lunares y figuras geométricos. Debajo del cuerpo había una fina capa de arena y a la altura de la cintura se encontró una copa ceremonial y piezas de conchas (que eran usado por la nobleza en la época prehispánica) en cada una de las manos de la mujer noble.

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PRODUCCION DE CERÁMICA MOCHICA.

Las primeras evidencias arqueológicas de contextos de producción artesanal se registraron en el sitio de Galindo, en la zona media del valle de Moche, entre los años 1979 y 1973. Garth Bawden, su investigador, registró en el extremo norte de la ciudad, un taller destinado a la producción alfarera, inferido a partir de un área de cocción de cerámica a tajo abierto y un corral de llamas adyacente. Bawden concluye que el taller de cerámica y el corral formaron una unidad funcional asociada a la producción de objetos de cerámica como figurinas, cántaros con cara gollete, botellas de doble cuerpo, así como vasijas para almacenar y cocinar. Aparentemente, todos los pasos de la cadena operativa se desarrollaron dentro del taller. Este investigador sugiere que las llamas habrían sido el medio de transporte para traer la materia prima e intercambiar fuera del asentamiento las vasijas manufacturadas. La ubicación del taller en la periferia del asentamiento, en un área no diferenciada de ocupación residencial, sugirió a Bawden que las actividades realizadas dentro del taller estuvieron en manos de artesanos de bajo status social sin la supervisión o control de la clase gobernante y cuya producción era destinada para consumo al interior de la ciudad
En el año 1993, José Armas, Violeta Chamorro y Gloria Jara registraron el primer contexto con características de taller artesanal en el Núcleo Urbano de la ciudad de las huacas del Sol y de la Luna. A decir de sus investigadores, la cadena operativa completa se realizaba in situ, y lo producido estaba destinado a ser utilizado en actividades rituales. Los restos de material orgánico hallados en los pisos y rellenos de pisos demuestran un preferencial acceso a recursos alimenticios y llevó a sus investigadores a asumir que el grupo de artesanos que aquí laboró formó parte de la elite misma moche. Diferentes artículos al respecto fueron publicados. En este contexto se encontraron dentro de la arquitectura, rompiendo los pisos arquitectónicos, dos tumbas que podrían pertenecer a dos artesanos, hombre y mujer, ubicados cronológicamente en diferentes momentos de uso del espacio del taller, las cuales muestran un rico ajuar funerario. Los detalles sobre los hallazgos son precisados más adelante. Otra zona de producción de cerámica mochica fina fue registrada por Glen Russell y coautores en Cerro Mayal (valle de Chicama), muy cerca del sitio arqueológico conocido como Mocollope, cuyos resultados fueron publicados en 1994.


Según los autores, Cerro Mayal fue un gran taller especializado en la fabricación a gran escala de vasijas y objetos de cerámica de tipo suntuario y ritual (floreros, jarras, vasijas escultóricas, ollas, figurinas, cuencos, botellas, cancheros, vasos efigie, copas, pendientes, sonajas y silbatos), destinados principalmente al uso por parte de las clases altas y medias de Mocollope. Es significativa la escasez de evidencia de actividades domésticas o de habitación; el área fue usada principal o exclusivamente para la totalidad de los pasos de la cadena operativa de manufactura de cerámica. La producción pudo ser organizada por artesanos independientes, sin control o supervisión directa de las elites, aunque, sus investigadores propusieron como otra posibilidad que el líder local de Cerro Mayal pudo deber una cuota de producción al Señor de Mocollope, su superior en términos socio políticos. En el mismo año 1994, Izumi Shimada publicó un libro sobre los resultados de sus excavaciones en la ciudad moche tardía conocida como Pampa Grande, reportando un taller de alfarería ubicado en una zona céntrica de la ciudad. Entre otras cosas, el taller en cuestión evidenció un área de cocción a tajo abierto con restos de cerámica ritual de la fase estilística Moche V (platos, cuencos, floreros, ollas, cántaros, botellas, discos perforados, figurinas), moldes, carbón, y lo que Shimada cree fue excremento de llama utilizado para “ahogar” la cerámica y generar una atmósfera reductora, que le da un color gris a la pasta. Según este autor, todos los pasos de la cadena operativa se realizaron dentro del taller, el cual estuvo supervisado por las elites moches. Sus consumidores finales conformaron la población local. Una prospección realizada en el año 2000 por Gloria Jara en la falda noroeste del cerro Blanco, a pocos metros del Templo Nuevo de la huaca de la Luna, permitió identificar los restos de un taller de cerámica doméstica. Lamentablemente, los estudios en ese espacio aún no se han realizado.

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LEYENDA DE NAYLAMP. (CULTURA CHIMÚ)

   Tacaynamo fue el fundador y primer gobernante del Reino Chimú habría venido de Payta o Tumbes, implantó un Estado despótico, militarista y de gobierno hereditario.  De Tacaynamo solo se tiene conocimiento gracias a una crónica escrita en 1604, cuyo autor es anónimo, en la que habla de que “No se sabe de dónde hubiese venido”, “dio a entender que era gran señor”, Vino en “balsa de palos…”, “…habia sido enviado a gobernar esta tierra… de otra parte del mar”.  Sin embargo, algunos autores como Federico Kauffman Doig han planteado que su procedencia sería de Payta o Tumbes ya que se menciona la “balsa de palos”, además que usaba en ceremonias “polvos amarillos” y “vestía paños de algodón con que traía cubierta las partes vergonzosas” (taparrabos) que el autor afirma que son tradicionales de donde el gobernante veía y que fueron muy usadas en esa región.  Al parecer reunía poderes tanto políticos como sacerdotales. En la crónica dice que “usaba en sus ceremonias” de “polvos (amarillos)” y vestía paños de algodón con que traía cubiertas las partes vergonzosas”.
    A su llegada se habría empezado a construir la ciudad de Chan-Chan, ya que esta ciudad consta de diez pirámides, el mismo número que el de los gobernantes Chimú hasta la llegada de los incas, cada una de las cuales habría sido construida por cada uno de los gobernantes.  En realidad, fuera de la crónica citada no se sabe nada más de Tacaynamo, hay que señalar además la interesante semejanza con Naylamp, el fundador mítico de Lambayeque.  El sucesor de Tacaynamo fue su hijo Guacricur, con el que empezarían las conquistas. Una leyenda similar a la de Naylamp, existe con relación a los reyes fundadores del imperio Chimú que se extendió por el norte hasta Piura y Tumbes.  Se atribuye al obispo de Trujillo Carlos Marcelo Corne, fundador del seminario de esa ciudad, el haber hecho conocer la llegada a las costas de Pacasmayo de un personaje llamado Tacaynamo el cual se asentó en el valle del Chimor y lo conquistó.  Tacaynamo al que también se le llama Chimor Capac, fue el fundador de la dinastía que gobernó la región Chimor o Chimú.  Chimor Capac, llegó en una balsa de palos, al igual que la utilizada por los naturales de Paita y Tumbes, por cuyo motivo se presume por el mismo Carlos Marcelo Corne, que no llegaban de muy lejos. No se descarta según esa teoría que Chimor haya sido de la costa ecuatoriana o de Tumbes y aun del litoral piurano.  A Tacaynamo sucede en el gobierno su hijo Guari-Caur que extiende las conquistas, pero fue NancenPinco hijo del anterior, el que extendió el reino hasta Santa por el sur y Pacasmayo por el Norte. Siguen después hasta media docena de reyes y viene luego Michan-Caman en cuyo tiempo el reino logra su mayor extensión pues llega de Tumbes hasta el norte de Lima. 

   
Es entonces cuando el reino es reducido por los Incas, cuyas huestes al mando de Tupac Yupanqui, derrotaron al gran rey Chimú y fue llevado prisionero al Cuzco en donde lo casaron con una princesa de sangre imperial.  A partir de entonces se sucedieron una serie de reyes vasallos como Chumun-Caur, Guaman Chumu, Anco Coyuch el que al morir no dejó sucesión por cuyo motivo entro a reinar su hermano Caja Cimcim en cuyo tiempo llegaron los españo1es con los cuales colaboró y recibió el bautizo, tomando el nombre de Martín siendo sepultado al morir en la iglesia de santa Ana.  Los curacas tallanes vasallos, entregaban a sus hijos señoríos, que con el tiempo fueron cobrando cierta independencia lo cual debilitaba el poder de los reyes Chimús, lo que era del agrado de los Incas, por que evitaba cualquier intento de rebelión.  En realidad, los pueblos tallanes, sólo tenían muy débiles lazos de subordinación con los reyes Chimús, y cuando los Incas conquistaron Chan-Chan tales lazos de inmediato se rompieron.  Los tallanes eran de espíritu muy independiente, y la autonomía que mantuvieron frente a los chimús la conservaron durante el gobierno de los Incas, lo cual fue claramente comprobado por los españoles al arribar al Perú.

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