LOS COLIBRÍES.
Los
colibríes o picaflores forman un grupo monofilético; esto es, que posee un origen común, de
aproximadamente 340 especies que varían en forma, tamaño corporal y conducta.
Agrupadas en la familia Trochilidae, por lo que también se les conoce como
troquílidos, este conjunto de aves es, después del de los mosqueros (familia
Tyrannidae), el grupo monofilético de pájaros más diverso del continente
americano. Las relaciones filogenéticas de los colibríes con otros
grupos de pájaros no son muy claras y debido a los avances en la sistemática
molecular, quizás ya sean caducas. Hay pruebas al menos de que aparecen al
mismo tiempo que los vencejos, con los que han sido clasificados
tradicionalmente por compartir algunas características morfológicas. Por otro
lado, se acepta que los colibríes se ordenen en dos grupos, los ermitaños en la
subfamilia Phaethorninae (ca. 30 especies), y los demás colibríes en la
Trochilinae (ca. 310 especies). Aunque hay cierta variación en tamaño corporal,
aproximadamente 80% delas especies son de tamaño medio (en promedio pesan 4 gramos
y tienen una cuerda alar de 50-60 mm). El tamaño del pico varía entre 10 y 120
mm, pero en promedio la mayoría de las especies tienen un pico de
aproximadamente 20 mm, aunque se puede observar en la figura 1 que no hay una
distribución normal en tamaño de picos.
Los colibríes se pueden
encontrar en una gran variedad de hábitats, desde las selvas húmedas y secas en
los trópicos —donde proliferan con una gran variedad de formas— hasta los
bosques de coníferas en las zonas templadas, desde los desiertos cálidos hasta
las montañas cubiertas de nieve en donde sobreviven sólo los que pueden entrar
en torpor. Geográficamente, se distribuyen desde Alaska hasta la Patagonia,
pero su área de mayor diversidad se ubica a lo largo de la línea del ecuador
(Figura 2). En cuanto a su distribución altitudinal, los colibríes se
encuentran desde el nivel del mar hasta a más de 4 000 msnm.
Los colibríes poseen ciertas
características únicas. Con su peculiar manera de volar, al revolotear pueden
maniobrar en todas las direcciones y a una velocidad sorprendente. Los cambios
en el esqueleto, como el gran tamaño del esternón y la reducción de los huesos
en el brazo, así como la musculatura asociada al esternón son interpretados
como adaptaciones para su forma de vuelo. Otra peculiaridad es que se alimentan
esencialmente del néctar de las flores. Aunque llegan a consumir grandes
cantidades de artrópodos, los colibríes, junto con los murciélagos, son los
nectarívoros vertebrados más importantes en el Nuevo Mundo. Colectan por capilaridad
el néctar floral con la lengua, que es un tubo largo que se bifurca hacia la
punta y que se puede extender hacia afuera hasta la misma distancia del tamaño
del pico.
Sin duda, una de las características
que convierte a los colibríes en un grupo único es su plumaje. Debido a la
variedad de sus ornamentos—crestas, gargantas y colas largas de varios colores
y formas—, los colibríes forman un grupo que se presta a la formulación de
preguntas sobre selección sexual y evolución de formas y caracteres. Quizás lo
más interesante sea que la mayoría de los colores en sus plumas no son
producidos exclusivamente por pigmentos como sucede en casi todas las aves,
sino mediante la refracción de la luz que incide en ellas, lo que se conoce
como iridiscencia. Sin embargo, a diferencia de otros pájaros con plumas
iridiscentes como los quetzales, la iridiscencia de las plumas de los colibríes
es producto de la modificación de la estructura de las plumas y del número y
grosor de capas de aire y pigmentos (dos tipos de melaninas). Aunque la física
de la producción de colores es bien entendida, la variación y los patrones de
la distribución de colores entre las especies no se ha estudiado aún. Por
ejemplo, no se sabe si el color magenta se produce de la misma manera en todas
las especies que lo presentan y si el color se observa siempre en una misma
región corporal.
Las interacciones sexuales de los
colibríes también son interesantes. Mucho se ha hablado de la promiscuidad de
su sistema de apareamiento (un caso extremo de la poligamia), en donde las
hembras se encargan de la construcción del nido, del cuidado de los huevos y
las crías. Sin embargo, aún no existen suficientes datos de historia natural
para asegurar que éste sea el patrón más extendido en el grupo. Otra generalización
que se ha hecho acerca de los colibríes es que los plumajes vistosos son
exclusivos de los machos, argumentando que esto incrementa la probabilidad de
su diversificación morfológica y especiación. De hecho se han utilizado
argumentos clásicos de selección sexual para explicar el porqué de la evolución
del dimorfismo sexual en colibríes. Sin embargo, es posible refutar este
convencionalismo, ya que sólo 54% de todas las especies presentan plumajes
dimórficos. En la figura 4 se muestran los patrones generales. Por un lado, el
dimorfismo sexual en donde sólo los machos poseen plumajes iridiscente su
ornamentaciones sin iridiscencia; en seguida el monomorfismo sexual en donde
machos y hembras comparten un plumaje iridiscente u opaco, y por último, un
patrón ontogenético único documentado sólo para algunas especies, en donde las
hembras pierden la iridiscencia al madurar sexualmente (polimorfismo). Se
piensa que las hembras "pierden" la iridiscencia para reducir
posibles agresiones entre sexos, es decir, que la función de estos plumajes no
estaría ligada necesariamente a un contexto sexual, sino a otro tipo de
interacciones agonísticas entre individuos y entre especies. La reciente
documentación de estos polimorfismos abre nuevas posibilidades de interpretación
y estudio sobre la función y evolución del plumaje iridiscente de los
colibríes. Asimismo, para explicar la presencia de todos estos patrones de
coloración es necesario recurrir a explicaciones múltiples.
¿Por qué hay tantas especies de colibríes?
Poco se sabe acerca de los mecanismos
que determinan el origen y el mantenimiento de la diversidad biológica,
sobretodo en grupos ricos en especies. La diversificación biológica y la
descripción de patrones de diversidad a distintas escalas son problemas fascinantes
en la biología evolutiva, sin embargo, por lo general estos patrones de
diversidad se definen en países con mega diversidad como el nuestro, por medio
de inventarios que, si bien pueden ayudar a describir ciertas áreas geográficas
ricas en especies y endemismos para luego poder proponer estrategias de
conservación, poseen un valor predictivo limitado, ya que muchas de las
hipótesis que formulan son poco realistas. Por ejemplo, ya que resulta casi
imposible financiar la obtención de datos de cada uno de los puntos de interés
y escalas, los valores de diversidad que se obtengan para ciertas localidades
se tienen que extrapolara otras escalas mayores para entender los patrones
geográficos de diversidad de otras áreas geográficas menos conocidas. Es por
ello que la observación empírica a distintas escalas de grupos biológicos muy
ricos en especies, punto medular de este ensayo, puede ser de gran ayuda para
entender el origen y mantenimiento de la diversidad biológica.
En el caso de los colibríes, se ha
propuesto en la literatura que su diversificación está asociada a una gran
capacidad de dispersión y de explotación de recursos nuevos. Un ejemplo de ello
serían los grupos de colibríes que llevan acabo movimientos locales
pronunciados, migraciones altitudinales y latitudinales de gran extensión
geográfica, lo que, se ha dicho, potencialmente puede favorecer un incremento
en las tasas de especiación en una región topográficamente compleja. También se
ha sugerido que la diversificación de los colibríes está asociada a la
variación de los caracteres sexuales secundarios entre machos. Se piensa que
los colores brillantes y las plumas elaboradas, mismas que los machos presentan
a las hembras en sesiones de cortejo, caracterizan a esta familia de pájaros, y
pueden facilitar un aislamiento reproductivo. Sin embargo, no se ha demostrado
que la aparición de plumas y colores iridiscentes en los colibríes haya sido la
causa de una radiación adaptativa. Ciertamente, la estructura de las plumas de
los colibríes es única, los colores iridiscentes en otros grupos de pájaros se
producen de manera distinta y la estructura de las plumas no se modifica como
en los primeros. No obstante, en mi trabajo de investigación he encontrado que
la radiación adaptativa de los colibríes no se debe sólo a estos fenómenos,
sino que ésta se puede explicar también por la forma en que usan los recursos
florales.
Es conocido que los caracteres
novedosos que pueden ser seleccionados sexualmente son capaces de incrementar
la probabilidad de diversificación morfológica y la especiación. Es por ello
que la evolución del dimorfismo sexual de los colibríes se ha explicado sólo
recurriendo a argumentos de selección sexual. Sin embargo, los patrones de
dimorfismo sexual observados en los colibríes pueden ser el resultado de
diversos procesos que operan en distintos taxa, así como a la existencia de
diferencias interespecíficas en ecología, fisiología e historia evolutiva.
Asimismo, la creencia convencional de que el dimorfismo sexual caracteriza a la
familia no es totalmente cierta, ya que se ha observado que el monomorfismo y
algunos polimorfismos son más comunes de lo que se pensaba. Se ha generalizado
también la idea de que la coloración iridiscente caracteriza a toda la familia,
pero aunque ésta se presenta en buena parte de las especies (74% de ellas), en
sólo 73% de éstas los machos poseen plumajes iridiscentes. Asimismo, en 20% de
todas las especies de colibríes, machos y hembras comparten un plumaje
iridiscente, y en 18% de éstas un plumaje opaco.
Si se utiliza una aproximación
heurística y filogenética, es posible evaluar algunas de las hipótesis
propuestas para explicar ciertos patrones de variación en tamaño y plumaje
observados en los colibríes, y luego identificar las posibles tendencias evolutivas
en las diferencias sexuales. En mi trabajo de investigación encontré que el
grado de dimorfismo sexual de los colibríes depende no sólo de algunos aspectos
de su sistema de apareamiento (poligamia), sino de ciertos caracteres, como la
iridiscencia de los plumajes y los asociados a la aerodinámica del vuelo, como
la forma de la cola.
Con base en estudios detallados de la
historia natural de algunas especies de colibríes, se ha generalizado la idea
de que la poliginia (los machos se aparean con varias hembras en la misma
temporada reproductiva) caracteriza a esta familia. En el caso de
aproximadamente 40 especies, incluso se ha sugerido que los machos forman leks,
que son agrupaciones en donde los machos se exhiben (mostrando sus plumajes
vistosos, haciendo acrobacias y/o vocalizando) para atraer a las hembras. Los
leks funcionan como cualquier otra estructura social, como si fuera un
mariachi, con una compleja organización y establecimiento de relaciones entre
miembros en donde los machos dominantes obtienen la mayoría de las cópulas. Sin
embargo, no hay consenso sobre cuál es la verdadera función de estas
agrupaciones de colibríes; incluso he propuesto que la función de dichos leks
debería ser evaluada de nuevo para saber si esta estructura social no tiene una
función alternativa (por ejemplo, un sistema social de comunicación para la
detección de intrusos y la transferencia de información).
Tradicionalmente, el dimorfismo sexual
en aves (plumaje y tamaño) se ha correlacionado con los sistemas de apareamiento;
esto debido a que se ha observado que los organismos con sistemas poligínicos
presentan dimorfismo sexual. Entre los colibríes se esperaría que aquellas
especies de plumaje monomórfico (muchas de las cuales forman leks o arenas)
fueran de tamaño dimórfico debido a las fuertes presiones que su sistema de
apareamiento impone. Sin embargo, no existe la asociación esperada aun cuando
se considere la historia evolutiva del grupo. La conducta de formar
agrupaciones (lekking) no implica la evolución de dimorfismo en tamaño más de
lo que se esperaría al azar. Una interpretación alternativa es que ciertas
diferencias morfológicas entre sexos evolucionaron como una consecuencia
indirecta de la selección sexual (correlaciones genéticas).
La asociación que he encontrado entre
la tendencia a formar agrupaciones y la coloración iridiscente es interesante,
puesto que la brillantez del plumaje debería esperarse no sólo en los machos
como resultado de la selección sexual, sino también como resultado de cambios
entre las hembras si los caracteres están genéticamente correlacionados. Los
resultados de este estudio y la asociación entre el dimorfismo sexual en tamaño
y otros factores ambientales son un indicativo de que varios mecanismos están
operando simultáneamente. Es necesario, en futuras investigaciones, buscar
múltiples explicaciones para los patrones de tamaño corporal y plumajes
observados en los colibríes.
Innovaciones evolutivas y radiaciones
adaptativas
Se entiende por "radiación
adaptativa" la diversificación evolutiva de líneas filogenéticas y la
diversificación asociada a la manera en que los organismos usan los recursos y
sus habitáis. Se trata de un término usado por lo general para describir la
diversificación de especies con un antepasado común en nichos ecológicos
diferentes. La radiación adaptativa explica la diversificación de ciertos taxa,
ejemplos clásicos de esto son los pájaros drepanídidos de Hawai y los peces
cíclidos de los lagos africanos. Más recientemente, varios investigadores han
propuesto otros ejemplos, en donde los cambios morfológicos asociados a la
ecología de los organismos han evolucionado varias veces bajo las mismas
condiciones, incluyendo los pinzones de las islas Galápagos, los mosqueros del
Nuevo Mundo, los pericos y tucanes del Amazonas y sus afluentes, las lagartijas
del género Anolis de las islas del Caribe, los peces de tres espinas de los
lagos postglaciales de Norteamérica, la fauna de gasterópodos del lago
Tangañica y las arañas saltarinas del género Habronattos. Sin embargo, en todos
estos casos hay aún muchas lagunas en la comprensión de la totalidad del
proceso que lleva a la diversificación.
La idea de radiación adaptativa como la
diversificación evolutiva de una línea mediante una variedad de recursos es invocar
la explicación de las historias de vida y caracteres de ciertos grupos, pero la
aplicación del concepto no siempre está bien justificada. Para probar esta
hipótesis (radiación adaptativa), es necesario averiguar si los cambios
adaptativos en cuestión se repiten de manera independiente en varios grupos y
si son seguidos por una diversificación acelerada. Es decir, debemos tener
pruebas de la influencia de tal o cual característica en la diversificación y
demostrar que distintas líneas evolutivas han invadido zonas adaptativas
diferentes. Un caso bien documentado en la literatura es el de varios grupos de
insectos y el hábito de la fitofagia. En cada grupo de insectos fitófagos,
Mitter y sus colaboradores demostraron que el hábito de la fitofagia era seguido
por una diversificación acelerada en distintos grupos de insectos; con lo que
demostraron que las innovaciones evolutivas, en este caso la fitofagia, y los
caracteres asociados a ésta, son capaces de disparar una radiación adaptativa.
El concepto de "innovaciones
clave" como se aplica en la actualidad, combina al menos tres mecanismos
ecológicos distintos por los cuales organismos con caracteres novedosos,
evolutivamente hablando, permiten a los individuos explotar nuevos recursos y
hábitats, y luego iniciar una radiación adaptativa. Y como no toda innovación
evolutiva es una innovación clave, la adquisición de caracteres novedosos no es
suficiente para que los organismos de un linaje puedan invadir zonas
adaptativas nuevas y luego diversificarse.
Picos y néctar
La diversidad morfológica y conductual
de los colibríes, excepto los caracteres seleccionados sexualmente, se puede
relacionar con las distintas maneras en que éstos explotan los recursos
florales. La manera en que los colibríes usan sus recursos florales, y cómo se
reparten las flores entre las especies en una determinada comunidad puede tener
consecuencias evolutivas. Para entender los patrones macro evolutivos de
diversidad de los colibríes es necesario apuntar que éstos obtienen diariamente
sus requerimientos energéticos de diversas maneras. Aunque se ha reconocido que
la mayoría de los colibríes obtienen el néctar floral revoloteando, también lo
hacen de otras maneras menos costosas energéticamente. Por ejemplo, los
colibríes se perchan o se cuelgan cuando las plantas ofrecen una percha bien
definida hacia la cual las flores están orientadas (8% de las especies se
especializan en usar esta técnica). Otros colibríes encuentran acceso al néctar
floral al perforar la base de las corolas de tubo largo, al visitar flores
perforadas por otros robadores, o en flores que son visitadas por una clase
diferente de polinizadores (25% de todas las especies) sin tocar las
estructuras reproductivas de las flores.
Los picos de los colibríes varían en tamaño,
desde muy cortos a muy largos como mencioné anteriormente, pero también en
forma; por ejemplo, hay especies que tienen picos curvados hacia arriba o hacia
abajo. La forma (y tamaño) de los picos de los colibríes se ha interpretado
como perfectamente diseñada para explotar el néctar de las flores con formas
similares, pero se ha ignorado que la forma no es la única manera de predecir
la interacción entre los colibríes y sus flores. He descrito cómo los picos de
28 géneros de colibríes tienen pequeñas sierras (y algunas veces ganchos) en la
punta del pico (25% de todas las especies). Una hipótesis de trabajo es que
estas estructuras anidan en el robo de néctar de corolas de tubo largo. El
acceso a estos recursos es importante, ya que son las flores de tubos largos
las que contienen grandes volúmenes de néctar y a las que colibríes con picos
cortos generalmente no tienen acceso.
Valiéndome para ello del método
comparativo, he sugerido que la asociación entre los picos aserrados y el robo
de néctar es real; las aserraciones han evolucionado muchas veces en
circunstancias similares. Se podría argumentar que se trata de una innovación
clave. La evolución de los picos aserrados de los colibríes produjo un cambio
en la manera en que éstos usan los recursos florales. Sin embargo, para que una
innovación clave se acepte como tal debe incluirse en la discusión una prueba
comparativa y una argumentación bien apoyada para un posible mecanismo
ecológico. Por un lado, la prueba comparativa debe contrastar clados que
independientemente adquirieron las aserraciones con clados que carecen de
éstas. Por el otro lado, el argumento ecológico o funcional, un grupo de
hipótesis que unifica la innovación clave en cuestión con un incremento en las
tasas de especiación y una disminución en las tasas de extinción, podría ser
que las especies con bordes aserrados en el pico utilizan los recursos florales
de manera distinta. Esta condición reduce la competencia por los recursos y
confiere cierta resistencia a la extinción. Hasta aquí suena como una buena
historia para ser contada, sin embargo, ¿qué evidencia existe que apoye la
argumentación anteriormente descrita?
El efecto de los colibríes ladrones de
néctar en la interacción mutualista entre las plantas y sus polinizadores
legítimos ha sido investigado como una cadena de interacciones
interdependientes, es decir, sólo considerando la perspectiva de uno de los
componentes del mutualismo. Esta manera de aproximarse al problema ha impedido
conocer de manera concluyente el efecto de los ladrones de néctar sobre
interacciones múltiples. Una aproximación alternativa es averiguar si al
cambiar la densidad del ladrón de néctar la naturaleza de la interacción entre
la planta y su polinizador legítimo se altera. El costo que el robo de néctar
impone tanto en las plantas como en sus polinizadores legítimos es grande, pero
los colibríes, que se comportan como "aprovechados", obtienen
beneficios obvios.
En teoría, la competencia
interespecífica por los recursos florales puede favorecer la evolución de una
divergencia, de manera que los colibríes obtengan el néctar de varios modos.
Existe evidencia que apoya la idea de que las especies responden a la
competencia interespecífica mediante el desplazamiento de caracteres, pero son
pocos los casos en donde se ha demostrado. El efecto del robo de néctar en el
polinizador legítimo es comúnmente reportado, pero no se ha cuantificado
rigurosamente. Para demostrar si la divergencia en la morfología y el uso de
recursos en especies nuevas es causada por la competencia por el alimento, se
debe probar que la dirección de la evolución de una especie en su forma de
obtener el alimento es afectada por la especie con la que compite.
En un análisis filogenético sugiero que
varios clados de colibríes han adquirido las sierras de manera independiente.
La adquisición de picos aserrados en el tiempo evolutivo puede estar ligado a
la diversificación de los colibríes, esto si se comparan líneas de colibríes
con picos aserrados con sus grupos hermanos que carecen de ellos. Sin embargo,
ni la prueba comparativa sugerida ni la argumentación ecológica presentada son
totalmente convincentes. La prueba filogenética establece una correlación entre
los picos aserrados y la diversidad de los colibríes, pero la relación no es
causal; la diversificación de los colibríes podría estar caracterizada por
múltiples innovaciones; caracteres morfológicos o conductuales compartidos por
el grupo. De no ser tan estrictos, sin embargo, el robo de néctar es al menos
una manera innovadora de explotar los recursos florales y una posible ruta en
la creación de diversidad. Este escenario supone que los colibríes con picos aserrados
se han liberado de tener picos largos, del retoque representa especializarse en
ciertas flores, (ya que puede haber una subsecuente extinción) de la
manipulación de las plantas y de un ambiente muy competitivo compuesto por
colibríes territorialistas de picos cortos. Esta morfopotencialidad, sugerida
en particular en el caso de los cíclidos, permite a los organismos subdividir
los recursos y especializarse al forrajear.
Los reduccionistas, quienes usan la
morfología como único argumento, definen la mayoría de los colibríes como
generalistas por la manera en que usan los recursos florales. Sin embargo, no
deben hacerse generalizaciones ecológicas como éstas simplemente valiéndose de
la morfología de los picos, ya que los individuos son marcadamente plásticos en
su conducta de forrajeo, algunos incluso se pueden comportar como oportunistas,
lo que significa que pueden cambiar sus estrategias de forrajeo de acuerdo con
la fluctuación en la disponibilidad de los recursos en un ambiente que cambia
constantemente. La conexión entre especialización ecológica y diversificación
ha sido sugerida en la literatura, pero nunca probada. Bleiweiss propone que la
especiación puede ser promovida por niveles intermedios de movilidad. El
argumento básico utilizado por Bleiweiss para explicar la disparidad en el
número de especies entre el grupo de los ermitaños especialistas,
Phaethorninae, depauperado en número de especies (30 especies)y el más diverso
compuesto sobre todo por generalistas, Trochilinae (310 especies), es la
diferencia entre los grupos en movilidad y la especialización ecológica. La
correlación se facilitaría, de acuerdo con Bleiweiss, si hubiera una extrema
heterogeneidad ambiental y un atopografía compleja. Los clados que contengan
especies generalistas tenderán a diversificarse al tomar ventaja de esa
complejidad ambiental. Por otro lado, los clados, compuestos en su mayoría por
individuos especializados, se diversificarán en ambientes homogéneos al existir
una tendencia hacia la formación de poblaciones restringidas. Sin embargo, esta
dicotomía no considera que una posible consecuencia en la proliferación de
formas, particularmente cuando la especialización es ecológica, no es sólo la
producción de nuevas especies que sean capaces de explotar nuevos recursos,
sino también un incremento en la tasa de extinción; la posibilidad de que los
especialistas tengan una tasa mayor de extinción hace que los argumentos
presentados por Bleiweiss sean una interpretación débil de los patrones
macroevolutivos de la diversidad de los colibríes.
Grupos de aves más ricos en número de especies de colibríes.
Familia
|
Núm. de
géneros
|
Núm. de
especies
|
Distribución
|
Emberizidae
|
134
|
560
|
Nuevo
Mundo y Eurasia
|
Tyrannidae
|
111
|
376
|
Nuevo
Mundo
|
Sylviidae
|
66
|
361
|
La
mayoría en el Viejo Mundo
|
Trochilidae
|
116
|
341
|
Nuevo
Mundo
|
Columbidae
|
42
|
303
|
Todo el
mundo
|
Turdidae
|
38
|
275
|
Todo el
Mundo
|
Psittacidae
|
64
|
268
|
Pantropical
|
Timaliidae
|
44
|
257
|
La
mayoría en el Viejo Mundo
|
Formicariidae
|
52
|
240
|
Neotropical
|
Furnariidae
|
34
|
218
|
Neotropical
|
Accipitridae
|
64
|
217
|
Todo el
mundo
|
Phasianidae
|
58
|
205
|
Todo el
mundo
|
Picidae
|
27
|
204
|
Todo el
mundo menos Australia
|
Meliphagidae
|
39
|
172
|
Asia y
Australia
|
Muscicapidae
|
24
|
153
|
Asia y
Europa
|
Anatidae
|
43
|
147
|
Todo el
mundo
|
Rallidae
|
53
|
142
|
Todo el
mundo
|
Strigidae
|
28
|
135
|
Todo el
mundo
|
Monarchidae
|
19
|
132
|
Asia y
Australia
|
Cuculidae
|
38
|
129
|
Todo el
mundo
|
Estrildidae
|
28
|
127
|
Los
trópicos del Viejo Mundo
|
Parulidae
|
28
|
126
|
Nuevo
Mundo
|
Pycnonotidae
|
15
|
123
|
África
y Asia
|
Fringillidae
|
20
|
122
|
Todo el
mundo menos Australia
|
Nectariniidae
|
5
|
117
|
Los
trópicos del Viejo Mundo
|
Sturnidae
|
26
|
111
|
La
mayoría en el Viejo Mundo
|
Ploceidae
|
10
|
107
|
La
mayoría en el Viejo Mundo
|
Corvidae
|
26
|
106
|
Todo el
Mundo
|
Icteridae
|
23
|
95
|
Nuevo
Mundo
|
Alcedinidae
|
14
|
91
|
Todo el
mundo.
|
FUENTE: Ornelas, Juan Francisco. 1996.
Origen y evolución de los colibríes. Ciencias, núm. 42, abril-junio, pp. 38-47.
SUSTO DE CABALLO.
El caballo ante cualquier amenaza
reacciona con la huida instintivamente, lo cual le provoca miedo, siendo éste
un producto de un sistema neural que evolucionó para detectar el peligro. Hoy
en día es algo que no ha sido capaz de modificar porque forma parte de la
genética que es traspasada a los potrillos, sin embargo, dependiendo de la raza
demuestran más o menos miedo ante distintas situaciones. La manera que tiene el
caballo de detectar el miedo es mediante la vista, el olfato, el oído y el
tacto.
Los caballos pueden tener miedo ante
infinidad de situaciones o causas. Cualquier situación que no controlen les
provoca ese estado de inquietud que puede terminar en una huida descabellada,
ya que no hay que olvidar que los equinos son desconfiados y asustadizos.
Por poner un ejemplo, los caballos
jóvenes incluso se pueden asustar de su propia sombra. Un ruido, una rama en el
camino, el propio viento o un obstáculo que no controlan, del propio jinete si
no lo conocen. Todo ello les deriva a un estado de nervios e inquietud. Se les
nota que están tensos no hacen lo que se les pide, no reaccionan y se bloquean
poniendo el cuello muy rígido hasta el punto de no poder flexionarlo. Y por supuesto
no atenderán a nuestras órdenes.
Para quitarle estos miedos al caballo
tenemos primeramente que saber qué tipo de miedo tiene para tratarlo. No
obstante, hay unas pautas generales para seguir. La primera de ellas es ganarle
su confianza. No forzarles a situaciones desconocidas y con paciencia y
astucia, ya que los caballos son animales muy inteligentes, conseguir que
confíen a base de buenas palabras y acciones tranquilizantes.
La realidad es que ante situaciones
de miedo somos nosotros lo que tenemos que tener la habilidad suficiente para
quitarles la tensión que le produce el miedo.
FELICIDAD OTOÑAL
La felicidad está formada por grandes
momentos de alegría y pequeños instantes de ira, miedo, tristeza y asco. Porque
alegría también necesita del resto para continuar su camino.
Las emociones, esas grandes
desconocidas para nuestros hijos. Podemos ayudarles a comprenderlas. Siéntate
con tu hijo, habla con él, expresa tú las tuyas e intenta explicarle qué
siente. ¿Está enfadado? Sintió ira. ¿Por qué? Haz que se plantee todas estas
preguntas y sobre todo, haz que entienda que ninguna de estas emociones es
mala. Todas, absolutamente todas, son necesarias y de todas ellas se puede
aprender.
Los cuentos infantiles son un buen
recurso para trabajar las emociones de los niños. Los cuentos despiertan
diferentes emociones en los niños. Hemos seleccionado algunos cuentos que
hablan de la tristeza, de la alegría, y otras emociones como el asco, la ira, la
frustración y los miedos.
VISTAZO DE LLAMA.
La llama (lama glama) es originaria
del altiplano del Perú y Bolivia. Actualmente se puede ver a lo largo de los
Andes de Ecuador, Argentina, Paraguay y Chile. Es el mayor de los camélidos
sudamericanos. Una llama llega a pesar alrededor de 150 kg.
Hay dos tipos de llama, las de pelo
corto ccara o q'ara que se singulariza por tener menor desarrollo de fibra en
el cuerpo y ausencia de pelo en la cara.
La otra es la peluda o pelo largo
ch'aku que es una de las más buscadas por ser la menos ordinaria. También hay
un tercer tipo que resulta del cruce con alpacas, vicuñas o guanacos. Que son
conocidos con el nombre de huarizos.
Actualmente podemos hallar a estos
bellos camélidos en las zonas más altas del Perú. En departamentos como Puno,
Apurímac, Cusco, Ayacucho, Huancavelica, Huancayo, en parte de Arequipa,
Moquegua y Huánuco. También en otras provincias, pero en menor cantidad.
En Lima puedes encontrar llamas en
los zoológicos de Huachipa y en el Parque de las Leyendas. Por otro lado, si
vas al Centro histórico en el Palacio de Gobierno.
Al pasar de los años, muchas naciones
han llevado parte de la especie a otros continentes para su conservación y
procreación. Una de ellas es América del Norte, la cual ha llevado miles de
llamas y alpacas para su conservación y reservación en nuevos ámbitos
naturales.
LUMBRE DE LUCI.....ERNAGA.
Las luciérnagas son insectos muy
conocidos, pero poca gente sabe que son en realidad escarabajos, miembros
noctámbulos de la familia de los lampíridos. La mayoría de las luciérnagas
tienen alas, lo que las distingue de otros insectos luminiscentes de la misma
familia, conocidos comúnmente como gusanos de luz.
Existen unas 2.000 especies de
luciérnagas. Estos insectos viven en diversos entornos cálidos y en regiones
más templadas, y son una presencia familiar en las noches de verano. A las
luciérnagas les encanta la humedad y por ello se encuentran a menudo en
regiones húmedas de Asia y del continente americano. En zonas más secas se
pueden encontrar en las proximidades de áreas húmedas o pantanosas que retienen
la humedad.
Todo el mundo sabe por qué las luciérnagas se
llaman así, pero pocos conocen cómo produce este insecto su brillo
característico. Las luciérnagas tienen órganos lumínicos especiales situados
bajo el abdomen. Cuando absorben oxígeno, éste se combina dentro de las células
especiales con una sustancia llamada luciferina y reacciona produciendo luz sin
apenas generar calor.
La luz de la luciérnaga es por lo
general intermitente, y brilla de un modo específico en cada especie. Cada
forma de brillar es una señal óptica que ayuda a las luciérnagas a encontrar
posibles parejas. Los científicos no saben exactamente cómo regulan los
insectos el proceso de encender y apagar su luz.
La luz de la luciérnaga podría servir
también como mecanismo de defensa, al emitir una señal clara de que el insecto
no es un bocado apetitoso. El hecho de que incluso las larvas sean
luminiscentes parece apoyar esta teoría.
Las hembras depositan sus huevos en
la tierra, y allí es donde las larvas se desarrollan hasta la fase adulta. Las
larvas se alimentan bajo tierra de gusanos y babosas, a las que entumecen
inyectándoles un fluido paralizante.
Los adultos se abstienen de comer
esta clase de presas y se alimentan habitualmente de néctar o polen, aunque
algunos adultos no ingieren alimento alguno.
Fuente: National Geographic.
MANSEDUMBRE EQUINA.
El caballo, como cualquier otro
animal, goza de una individualidad que lo diferencia del resto, lo hace único
dentro de sus congéneres. Uno de los elementos que caracterizan esta
peculiaridad es su carácter. Conocer el carácter del caballo es importante
tanto para los jinetes, como dueños o amantes de este hermoso animal.
Creer que los animales no poseen los
mismos rasgos que los seres humanos, es una idea errónea. Al menos en lo que a
carácter y temperamento se refiere. Y es útil diferenciarlos y saberlos
identificar a la hora de establecer una relación con la raza equina. Sobre
todo, porque de estos rasgos dependerá la manera en la que se produzca el
acercamiento.
Características más habituales en el
carácter del caballo. Cuando se habla de carácter, se hace referencia a aquello
que identifica al animal. Ya sea en el box, o en las horas de trabajo en el
caso que se dedique al deporte o al entrenamiento.
Por lo general, el carácter del
caballo tiende a ser manso. Con seguridad, los cuidados precisos y respeto, es
posible abordarlo.
El caballo se guía por instintos, y
el más común de ellos es el de preservación. Ante la posibilidad de una
amenaza, reacciona. Y por eso la importancia de generar una relación de
confianza y conocer cómo responde ante las conductas humanas.
Se trata de un animal social, que
vive en manadas cuando se encuentra en estado natural y que manifiesta sus
emociones. Tiende a ser dominante y establece una jerarquía de dominio, sin ser
violento. La agresividad no forma parte de su naturaleza y prefiere huir antes
que combatir. Sin embargo, si se siente en peligro, reacciona dando coces o
incluso mordiendo.
El mal carácter entre los caballos
existe, aunque no es la situación más común. Este rasgo se demuestra
fundamentalmente a partir de ciertas actitudes particulares. Como ejemplos,
cuando agacha o mueve las orejas, cuando mueve las manos y boca para masticar,
estira los labios y arruga las quijadas, o cuando enseña la grupa o los
dientes. Lo importante, en todo caso, es el vínculo que se genere con el ser
humano y el grado de conocimiento mutuo.
El carácter del caballo se relaciona
con aquello que caracteriza al animal durante la mayor parte del tiempo. Todo
ello puede educarse. Se relaciona a su disponibilidad para aprender, a la
voluntad para entrenar, o a la docilidad, entre otras.
EQUILIBRIO DE RANA.
Las ranas, al igual que los sapos,
son anfibios del grupo taxonómico de orden Anuro. Se caracterizan por carecer
de cola y presentar unas patas traseras muy desarrolladas perfectamente
adaptadas para el salto. Son el grupo más diverso de los anfibios, constando
con más de 6.000 especies descritas.
Su tamaño puede variar desde los 8,5
milímetros hasta más de 30 cm de la rana goliat (Conraua goliath), capaz de
saltar 3 metros y pesar más de 3 kilogramos.
Los términos rana y sapo son usados
de forma indiscriminada al no ser un grupo oficial. Rana suele usarse para
referirse a las especies más finas y de piel lisa, mientras que la palabra sapo
es usada para las especies de mayores proporciones con piel seca y rugosa.
Presentan boca ancha con lengua
proyectable. Los ojos presentan párpados. Las patas anteriores presentan cuatro
dedos y las traseras solamente tres. Entre los dedos presentan una membrana
interdigital que favorece el nado. Su columna es corta y rígida, cosa que
también favorece el salto.
Su alimentación se basa en
invertebrados, aunque algunas especies pueden comer pequeños vertebrados.
Presentan una fase larvaria conocida como renacuajo. Durante esta fase son
animales de vida acuática que respiran mediante branquias y tienen una
morfología corporal muy distinta a la de los adultos. Carecen de patas y tienen
una larga cola para nadar. Durante el desarrollo aparecen las patas y la cola
acaba degenerándose.
SIMBIOSIS.
La simbiosis – que deriva de una
palabra griega que significa ‘vivir juntos’- es la relación ecológica entre
organismos de especies diferentes que están en contacto directo. Si uno de los
organismos simbióticos es mucho más grande que el otro, el más grande se
denomina huésped y el más pequeño simbionte.
Existen varios tipos de relaciones
simbióticas en función del beneficio que saquen los organismos. En el mutualismo,
los organismos que participan de la simbiosis se benefician, mientras que en el
comensalismo uno de los ‘participantes’ en la relación se beneficia mientras
que el otro no saca provecho, pero tampoco se ve perjudicado. Por último, en la
relación de parasitismo un organismo vive a expensas de su huésped.
Muchos de los organismos eucariotas –
formados por células con núcleo – dependen de sus relaciones simbióticas con
otros organismos. De hecho, las mismas mitocondrias, orgánulos esenciales de
nuestras células, provienen de una simbiosis muy primitiva, según postula la
teoría de la endosimbiosis popularizada por Lynn Margulis.
Cuanto más sabemos sobre las
relaciones simbióticas entre distintos organismos, más nos damos cuenta de que
estas no son asociaciones aisladas, sino que forman parte del día a día de una
buena parte de los organismos de la Tierra – incluido el ser humano- y que, en
muchos casos, la vida tal y como la conocemos no sería posible sin la
simbiosis.
MUNDO DE SIRENA.
La sirena es un ser híbrido con
cabeza de mujer y cuerpo de ave en el caso de las sirenas-pájaro. Pero también
puede tener cuerpo de mujer que desde la cintura se metamorfosea en pez rematando
en una aleta caudal. Estas sirenas pisciformes se caracterizan por su larga
cabellera y torso desnudo donde, en algún caso, pueden asomar alas cuando se mezclan
plásticamente los conceptos de sirena-pájaro y sirena-pez.
En el románico un grupo de
sirenas-pez se representan con cola bífida que sujetan con ambas manos.
Pueden portar instrumentos musicales
que aluden a su canto mortal entonado con su voz cautivadora, también pueden
sujetar algún pez o gran caracola haciendo alusión al medio acuático en que
viven. En algunos casos se las representa alimentando a sus crías. Y a partir del
gótico su atributo más común fue el espejo y el peine dando lugar al tipo
iconográfico de las sirenas coquetas, porque el peine actuaba como símbolo de
la seducción femenina y el cabello era un medio de seducción. Son seductoras y
ambiguas, porque no pueden satisfacer las pasiones que suscitan, ligando a su
función erótica la funeraria. Se las consideraba aves de almas porque tenían la
facultad de atraer a otras almas a la perdición produciendo una agonía ante la
muerte y en el mundo helenístico eran tenidas por divinidades del más allá que
cantaban a los muertos en la Isla de las Bienaventuranzas.
La sirena-pájaro fue la tipología más
frecuente desde la Antigüedad hasta la Alta Edad Media. Su apariencia podía
responder a dos modelos: cabeza de mujer y cuerpo de ave, el tipo más difundido,
que podía presentar una variante en la que la figura tenía un largo cuello, o cuerpo
de mujer hasta la cintura y parte inferior volátil, menos difundidos pero con antecedentes
en la plástica de la Antigüedad. En las fuentes literarias, aunque son ambiguas
en las descripciones, se identifica a estos seres con esta tipología, incluso
se les asignaba puestos fijos en las islas o rocas desde donde entonaban su
canto seductor. La sirena-pez, con la parte inferior pisciforme y cola única
tuvo como modelo las tritonisas, compañeras de los tritones en el thíasos
marino. Su aspecto es más seductor que el de las sirenas-pájaro y es por ello
por lo que éstas están asociadas a símbolos demoniacos, mientras las
pisciformes se vinculan a la lujuria.