jueves, 5 de marzo de 2020

NATIVOS AMERICANOS (MÉXICO): IMPERIO AZTECA-FINAL..

NATIVOS DE MESOAMÉRICA.


LA CULTURA AZTECA (Final).

ORGANIZACIÓN MILITAR: LOS GUERREROS AZTECAS.

        El ejército azteca estaba altamente especializado, ampliamente respaldado por la sociedad y el Estado, que no dudaba en destinar grandes recursos a los asuntos militares y no me refiero únicamente a los inherentes al despliegue bélico, sino a la existencia de tribunales castrenses, edificios para sus ritos y reuniones, también buena parte de los productos de lujo que se reservaban para recompensar las hazañas guerreras, además de incluir en el calendario gran cantidad de fiestas relacionadas con el mundo militar. Sin duda, éstas eran las que más predicamento social tenían, porque en ellas el Estado hacía gala de su liberalidad, haciendo partícipe de los triunfos militares a toda la comunidad, en grandiosos espectáculos públicos donde se recompensaba a los mejores guerreros y se le encumbraba a la categoría de héroes.
      Otros recursos del Estado financiaban escuelas militares a las que todos los jóvenes aztecas, nobles o plebeyos, tenían la obligación de asistir. En ellas impartían el entrenamiento necesario para fortalecer el cuerpo, sin descuidar la mente y cuando estaban preparados hacían su primera incursión en el campo de batalla, bajo la supervisión de un guerrero experimentado.
    Primero acarreando los pertrechos y poco a poco interviniendo en las refriegas, hasta labrarse un futuro prometedor a través de la captura de enemigos. El número de prisioneros y si se hacían en solitario o en grupo marcaba el ascenso militar. Los distintos grados, las unidades tácticas, incluso la filiación étnica quedaba definida por el uso distintivo de los trajes, las divisas, las armas y los peinados, todo ello regulado en unas ordenanzas dictadas por Moctezuma. En ellas dejaban claro quién, por qué y en qué circunstancias podía vestir de determinada manera e infringir estas normas se pagaba con la vida, pero antes de disfrutar de estos privilegios los jóvenes aztecas tenían la obligación de asistir a las escuelas, patrocinadas por el Estado, donde aprendían las artes militares.
   Los nobles de más alto rango ingresaban en las prestigiosas sociedades militares que, como tales, tenían sus elementos distintivos. Estaban formadas por la elite militar y disfrutaban de amplísimos privilegios. Para ser miembro había que pasar por ritos y ayunos de extrema dureza, tras los cuales el tlatoani, en celebración solemne, procedía a horadar la nariz de los nuevos miembros y les otorgaba sus armas e insignias características. Estos guerreros no promocionaban más, aunque fueran incrementando el número de cautivos en las guerras y para ser miembros debían apresar a cinco guerreros de las provincias de Atlixco, Huexotzingo o Tliliuhquitépec y si dos de ellos procedían de Atlixco o Huexotzingo era «tenido por terrible y valentíssimo».
       Sus privilegios no acababan en el vestir, sino que disfrutaban de exenciones fiscales, de un lugar específico de reunión llamado quauhcalli o «casa de las águilas», ubicado en el centro ceremonial, de tribunales para juzgar sus asuntos y el tlatoani los distinguía con su amistad. Estas sociedades estaban representadas por animales totémicos que conferían sus cualidades a los guerreros y aunque las más conocidas eran las águilas y jaguares, también existían otras como los coyotes o los admirados otomíes o cuachic que, siendo en extremo valientes, no estaban representados por ningún animal.


TIPOS DE GUERREROS.

Guerrero Cuachic o Rapados.

           Estos guerreros eran los más valientes de la elite azteca por haber «sobrepujado sus hechos y valentías, en número de veinte». Su aspecto era tan feroz que no necesitaban ningún traje especial para inspirar terror en el enemigo. Iban prácticamente desnudos, sin que las inclemencias del tiempo hicieran mella en ellos. Utilizaban peinados y pinturas corporales como distintivo de su pertenencia a esta unidad. 

     Su valor era legendario de tal forma que preferían morir antes que retroceder. Se les encomendaban misiones de alto riesgo como la de internarse en territorio hostil, para obtener información vital para la estrategia del combate y en la batalla cada cuachic debía velar por la vida de tres o cuatro novatos porque se les consideraba «amparo y muralla de los suyos» y eran capaces de permanecer inmóviles, sin comer o beber, varios días para alcanzar su objetivo. A esta orden pertenecían miembros tan prestigiosos como Tlaacahuepan, uno de los hermanos de Moctezuma Xocoyotzin y según Clavijero el mismo tlatoani.

Guerrero águila.

       Sin duda es el guerrero que alimenta el imaginario azteca; sin embargo, es una paradoja comprobar que, a pesar de ello, no es el más representado, quizás la razón se deba a su propia exclusividad ya que sobre la armadura de algodón se ponían un mono recubierto de plumas y éstas eran un producto de lujo muy exclusivo, que sólo algunos privilegiados podían utilizar con permiso real. 
         El traje se acompañaba de un casco con la forma de la cabeza de un águila, por cuyo pico abierto el guerrero mostraba su rostro.


Guerrero Jaguar.

     Junto al guerrero águila el ocelotl o guerrero jaguar es la tipología que más se asocia con la ideología guerrera azteca y como señala Justyna Olko la identificación guerrero-azteca guerrero-jaguar debió estar fuertemente arraigada hasta bien entrado el siglo XVIII, por su representación en documentos de esa época. Este traje aparece en las listas de tributos exigidos a diferentes provincias. Unas veces, confeccionado y otras simplemente las pieles curtidas. Era de cuerpo entero, atado por la espalda y elaborado en algodón, imitando la piel del felino, o con el propio cuero. 

       Los había de distintos colores y, a veces, por su iconografía parecen estar elaborados con plumas. En cualquier caso, los aztecas eran expertos tintoreros y los productos para teñir garantizaban su permanencia tras los lavados. Además del traje completo había otro que se hacía de tiras de piel llamado oceloehuatl que podían usar los plebeyos cuando alcanzaban la máxima categoría militar.


EL FIN DEL IMPERIO AZTECA

    La conquista de Méjico, núcleo central del futuro Virreinato de Nueva España, constituido en 1535 fue encomendada en 1518 a Hernán Cortés (1485-1547) por Diego Velázquez de Cuéllar, gobernador de Cuba. Ya tenían los españoles noticias, gracias a las exploraciones previas realizadas ese mismo año por Juan de Grijalba, del Imperio Azteca.
    Así, con escasos efectivos –unos 400 hombres y algo más de 30 caballos emprende su tarea Cortés, que contó con colaboradores tan importantes como Jerónimo de Aguilar o la india Malinche- doña María-, su fiel intérprete y amante, que concebiría del conquistador a su hijo Martín; la expedición funda Veracruz, donde se constituye un Cabildo que renuncia a cualquier dependencia respecto a Cuba, e inicia el camino hacia el interior, aliándose con tribus hostiles a los aztecas, lo que le generó un elevado número de guerreros que le ayudaron a la conquista de la meseta del Anahuac y la ocupación en noviembre de 1519 de Tenochtitlán, donde el emperador Moctezuma, no así todos sus  caciques, juró obediencia a Carlos I.

   Hostigado por tropas enviadas contra él por el propio gobernador de Cuba, Cortés abandona la ciudad, dejando en su lugar a Pedro de Alvarado, cuya desafortunada gestión es el germen de una dura rebelión indígena, que termina obligando a los españoles –ya fallecido Moctezuma- a abandonar Tenochtitlán en la “Noche Triste” (1 de julio de 1520). La reconquista de aquélla, ahora por una vía plenamente militar, tiene como preámbulo la victoria española en la batalla de Otumba y se culmina con el dominio de la resistencia encabezada por el nuevo emperador, Cuahtemoc, torturado y asesinado por los españoles. Éstos irían anexionando fácilmente los territorios que conformarían Nueva España, de los que Carlos I nombraría gobernador a Cortés en 1522, aunque no tardó en ser reemplazado como máxima autoridad por Nuño de Guzmán, con el cargo de presidente de la Audiencia.
WILKES, J. (1990), Hernán Cortés, conquistador de Méjico, Madrid, Alianza.

NATIVOS AMERICANOS (MÉXICO): IMPERIO AZTECA (Parte 2)

NATIVOS DE MESOAMÉRICA.

LA CULTURA AZTECA (Parte 2 ).

COSMOVISIÓN.
        Para los aztecas el mundo comenzó por el sacrifiicio voluntario del dios Nanahutzin, quien se arrojó a una hoguera. Desde este comienzo desarrollaron una visión trágica del universo que los llevó a los sitios violentos y a los sacrificios sangrientos. Quetzalcóatl había sacrificado a su hijo, que tras ello tornase en Sol. Los primeros sacrificios los habían hecho los dioses para alimentar al Sol corazón.

     Los creadores de la vida eran los dioses Ometecutli y Omecihuatl, quienes tuvieron cuatro hijos: Tezcatlipoca, Xipetotec, Quetzalcóatl y Hutzilopochtli. Para los aztecas el mundo estaba destinado a ser creado y destruido cinco veces, por eso ante la llegada de Cortés creyeron estar viviendo el periodo, quinto de la creación, el final. Lo que no tenían era referencia de la eternidad, no había entre ellos noción de la misma. Sus periodos o edades eran:
      Primera edad o Naui Ocelot: Precedido por Tezcatlipoca, fue tiempo de gigantes que terminaron devorados por jaguares. Esta etapa duró 676 años y durante ella el sol solo alcanzó la mitad de su brillo.
     Segunda edad o Naui Ehecatl: Tiempo precedido por Quetzalcóatl en el que mundo estaba habitado por humanos convertidos en monos para sobrevivir al viento ocasionado por los huracanes que destruyeron el mundo. Esta edad duró 364 años y durante este tiempo también fue destruido el sol.
     Tercera edad o Naui Quihuitl: Fue precedida por Tlaloc, durante su duración mundo estuvo habitado por seres humanos que se alimentaban de semillas acuáticas y que fueron convertidos en perros, pavos, pájaros y mariposas, destruidos por lluvias de fuego. Esta edad duró 312 Años.
     La cuarta edad o Naui Atl: Precedida por Chalchiuhtlicue, los Humanos se alimentaban de Semillas Salvajes y fueron trasformados en Peces; esta edad fue destruida por grandes Inundaciones y el Cielo se despedazo. Esta edad duró 676 Años.

LOS SACRIFICIOS.

     Los aztecas entendían el sacrificio humano como un pago o compensación entregaban a los dioses, y su realización era el elemento esencial en sus cultos religiosos.
     El sacrificio más habitual consistía en ofrecer a los dioses el corazón de la víctima. Esta era sujetada por cuatro sacerdotes quienes lo colocaban sobre una piedra llamada Techcath, en tanto un quinto sacerdote le clavaba un cuchillo en el pecho para arrancarle el corazón de un golpe y luego entregárselo a los dioses en un recipiente llamado cuauxicalli. 
       En otras ocasiones, durante la fiesta en honor a Xiutecuchtlil, dios del Fuego, la víctima era arrojada con intervalos sobre un montón de brasas. Otras formas de sacrificio consistían en tener al prisionero atado en un sitio para después lanzarle flechas hasta que este muriese, y la sangre que caía a la tierra. se suponía la hacía fértil. En honor de la tierra y de Xipe, a la víctima se le desollaba después de matarla y el sacerdote se piel de aquella. Y no dejaba de haber, para algún valiente Guerrero enemigo, antes de aplicarse la muerte común, sobre todo la fiesta del “Tlacaxipehualiztli” que era el simulacro de un combate contra varios guerreros Aztecas mejor armados. Este ciclo fue después llamado: Gladiatorio. Para el sacrificio de niños había un periodo determinado. de los montes, mientras cantaban y bailaban adornados con plumajes y guirnaldas.


     Era una rogatoria por lluvias, y que los niños lloraran durante el rito, era considerado una buena señal. El acto fi nalizaba cuando le arrancaban fiToxcatl sesacrificaba a un mancebo (imagen de Tezcatlipoca), a quien durante todo un año se le fi estas y regalos, preparándosele para la muerte. Los ritos exigían que hubiese también sahumerios con copal y otros actos. Las calaveras de los sacrifi cados se conservaban gradería de cal y piedra. El de Tenochitlan tenía no menos de 136,000 de ellas al tiempo de la Conquista.

RELIGIÓN: LOS DIOSES.

     Huitzilopochtli era el dios de la guerra. Había sido concebido por la Virgen-Madre Coatlicue, la mujer que lucía el traje de serpiente, quien ya tenía una hija y numerosos hijos a quienes llamaban los cuatrocientos meridionales o Centzon-Huitznahuas. La Virgen se encontraba orando en el templo del Sol, cuando recibió del cielo una corona de plumas de colibrí, la colocó sobre su rezago quedó embarazada del dios de la guerra. Esto enfureció a su hija que creyó que el honor de su madre había sido mancilladlo, por lo que instó a los cuatrocientos meridionales, estrellas meridionales del sol, para que la asesinaran.


      Pero Cuatlicue se liberó de ellos y parió a Huitzilopochtli, quien nació enteramente armado, como la Atena griega; revestido con una armadura azul, con la cabeza y la pierna izquierda adornadas con plumas de colibrí y una jabalina azul también en la diestra (signo de habilidad). De estas características viene su nombre que significa “pájaro mosca izquierdo”, teniendo en cuenta que izquierdo para los aztecas indicaba el sur. El recién nacido se avalanzó sobre su hermana, la mató, y luego sirviéndose de Xiuhcoaltl, la serpiente de fuego, su atributo distintivo, exterminó a los Centzon-Huitznahuas y a cuantos habían complotado contra su madre. Este dios era representado con la parte alta de su rostro pintada de negro, cubierto con una armadura de plumas y llevando en la mano izquierda un escudo y en la derecha el xiuhcoaltl. Como dios tribal que era, a él estaba dedicado el templo de México. Allí le eran ofrendados sacrifiios en su honor, entregándole corazones humanos en recipientes de piedra llamados quanhxicalli, recipientes del águila, alusión a una de las formas del dios. Puede que Quetzalcóatl fuese una divinidad antigua, la serpiente emplumada, que los aztecas debieron de encontrar ya al conquistar México.
       Por eso creían que sus antepasados la habían expulsado obligándola a fugarse de donde regresaría para tomar revancha. llegada de Cortés, quien al conocer esta la conquista. Otro de sus dioses era Tezcatlipoca o Espejo Humeante, que era el dios del sol, el del verano que madura cosechas pero que también puede traer la sequía y la esterilidad. Se asimilaba a la luna en su característica de dios de la tarde, y según la fiesta en la que era invocado se le llamaba de distintas maneras. Era invisible, aunque solía aparecérsele a los hombres como la sombre de un monstruo o de un que, Tezcatlipoca erraba por las noches bajo la forma de un gigante, envuelto en un velo ceniciento y llevando su cabeza en la mano. Los temerosos morían a su paso, pero el hombre valeroso lo lo con retenerlo hasta la mañana. A pesar de las súplicas del gigante y sus maldiciones, el hombre se negaba a soltarlo y si hasta el alba, el gigante cambiaba de humor harían invencible para que lo dejase partir recibía entonces del vencido cuatro espinas el hombre valiente le arrancaba el corazón y se lo llevaba a su casa. Pero al desdoblar la tela en que lo había metido no encontraba sino plumas blancas o una espina, o ceniza, o harapos. Los aztecas le ofrecían a este dios numerosos sacrificios pues era el dios al que más temían. los jóvenes cautivos eran escogidos para personificarle. Le enseñaban a cantar, a tocar la flauta, a llevar flores y a fumar.
   Le vestían suntuosamente y ocho pajes a su servicio. Durante todo el año Veinte días antes de la fecha dispuesta para el En una oportunidad Tezcatlipoca se deslizó en la ciudad de los Tula quienes lo vieron ingresar bajo la apariencia de un joven hermoso. De ese modo pudo seducir a la sobrina de Quetzalcóatl, hija del rey Uemac, extendiendo en este acto al Tula el gusto a la desobediencia a las leyes y el vicio.
      Entonces se armó una fiesta en la que bailó y cantó una canción de contenido mágico que embelesó a los toltecas quienes lo siguieron bailando hasta un puente. El puente cedió ante el peso y la mayoría cayó al río convertidos en piedras. Luego se mostró ante los toltecas sobrevivientes con un muñeco bailando en su mano. Maravillados se amontonaron de tal modo para ver mejor el espectáculo prodigioso, que muchos murieron asfixiados. Entonces les dijo que debían matarlo por los males que había ocasionado. Cuando lo mataron su cuerpo despidió un olor que muchos de los toltecas murieron intoxicados. Tras tanta cantidad de bajas como les había infringido, por fi n pudieron expulsarlo de la ciudad. Tezcatlipoca era representado con cabeza de oso y ojos muy brillantes. Llevaba en la cara rayas amarillas y negras. Su cuerpo era negro también y sus tobillos estaban llenos de campanillas, provocaba discordias y la guerra. Pero también era dispensador de riquezas. Los aztecas le atribuían el poder de destruir el Mundo si le placía. Como la mayor parte de los otros dioses, resucitó y volvió del cielo a la tierra.

     Las diferencias que existían entre el mismo pueblo habrían sido las que condujeron a la lucha. Según se cree esas diferencias eran sociales y económicas, pues los olmecas gozaban de una mejor situación y cultura, en tanto los nahuas eran pobres y con una tradición religiosa primitiva. Quetzalcóatl se fue de Tula acompañado por sus discípulos y asegurando que volvería desde el Oriente. En su huida, al llegar a la costa se convirtió en una estrella matutina. Otra leyenda más cuenta que al retorno del mismo (en la cual se decía Blanco y Barbado) influyo en la mentalidad después al tiempo de la Conquista, ya que decía que Cortes era la reencarnación de Quetzalcóatl. La creencia en Quetzalcóatl apareció también en el área de dominio maya, donde se lo llamaba Kukulcan, y habría llegado con un grupo de toltecas emigrados hacia el sudeste. Este sería uno más de los varios nombres con los que se lo conoce, ya que su adoración se extendió a varias culturas. Entre los nombres que se le atribuyen están: Dios del Viento, Dios de la Vida, El planeta Venus y el Dios de los Gemelos, Quetzalcóatl, Ehecatl, Tlahuizcalpantecuhtli y Ce Acatl.



EL CALENDARIO AZTECA Y LA ASTRONOMÍA.

     Los aztecas tenían grandes conocimientos de matemáticas y astrología, lo que se evidencia en su calendario con figuras de sus días, meses y soles, o ciclos cósmicos. Tardaron 52 años en confeccionarlo y se cree que tal demora se debió al uso de herramientas de piedra. El calendario es de 3,6 metros de diámetro y tiene un peso aproximado a las 24 toneladas. Fue terminado en 1479, o sea que es 103 años más antiguo que el Gregoriano, que es el que se usa en la habitualmente en la actualidad. Estaba colocado en el Templo Principal, en Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca, en el sur, en posición vertical y pintado en rojo vibrante, azul, amarillo y blanco.
     El calendario estuvo desaparecido durante 250 años, después de que los españoles lo enterraran tras la conquista de Tenochitlan. En diciembre de 1790, mientras se realizaban tareas de reparación en la catedral, asentada donde estuviera el centro de la capital azteca, se lo encontró de manera accidental. En la actualidad se exhibe en el Museo de Antropología de México. La Cara de Tonatiuh está en el centro del calendario, alrededor de la cara se encuentran cuatro cuadros que representan los cuatro Movimientos (conocidos también como los Cuatro Soles, o Cuatro Mundos), que representan los diferentes fines (la Forma en que los Mundos terminaron), primero por animales salvajes, después por vientos, por fuego y por ultimo por inundaciones. Los aztecas creían que vivían en el último Mundo. Coatl, Cuetzpallin, Calli, Ehecatl, Cipactli, Xochitl, Quiahuatl, Tecpatl, Ollin, Cozcacuauhtli, Cuauhtle, Ocelotl, Acatl, Malinalli, Ozomantli, Itzquintli, Atl, Tochtli, Mazatl, Miquiztli

    El siguiente círculo está compuesto de cuadros o secciones con Cinco puntos, probablemente representan las semanas con cinco días. Después hay ocho ángulos que dividen el calendario en Ocho partes, que representan los Rayos del Sol orientados hacia los puntos cardinales. En la parte baja del calendario, dos enormes serpientes encierran el calendario y se encuentran cara a cara. Sus cuerpos son divididos en secciones donde están marcados los ciclos de 52 años. Un cuadrado está tallado entre las colas de las serpientes, en el cual se encuentra la fecha 13 Acatl.      Esto corresponde a 1479, el año en que el Calendario fue terminado. Ocho hoyos aparecen esparcidos igualmente en la orilla del calendario, en ellos colocaban palos para que la sombra cayera sobre las figuras del calendario, esto hace suponer que se usaba también para determinar el tiempo Solar.
      También la astronomía era una de las ciencias de más tradición para los aztecas. gracias a sus observaciones determinaron con gran precisión las revoluciones del sol, de la luna, de venus, y, tal vez, de Marte; agruparon las estrellas en constelaciones (que no coinciden con las nuestras); conocieron la existencia de los cometas; la frecuencia de los eclipses de sol y de luna; y pudieron crear un complejo calendario.
Esta observación del cielo les permitió también desarrollar conocimientos de metereología y así predecir las heladas o establecer las características de los vientos dominantes. No obstante, cada fenómeno atmosférico era asociado a un dios: a Tlaloc las lluvias, a Quetzalcóatl Ehecatl los vientos. 

DEPORTE: EL JUEGO DE PELOTA TLACHTLI

        Los aztecas practicaban el juego de pelota tlachtlí en un patio con forma de “H”, usando una pelota maciza de hule, a la que sólo podían pegarle con los codos, las caderas o las piernas. 


      Era un deporte que se practicaba en toda la región, desde el sudeste de Arizona hasta Honduras, tal como ha podido comprobarse por los restos arqueológicos. Además del juego en sí como muestra de su cultura, se destaca el uso del hule, descrito en algunos documentos redactados por los conquistadores en el siglo XVI.

AGRICULTURA Y CAZA.

   Los principales cultivos son: maíz, tabaco, chiles, fruta y maguey. Su agricultura es desarrollada y los excedentes constituirán la base del comercio con las zonas limítrofes. Esto sin embargo no será óbice para que los aztecas presenten una tecnología muy elemental, pues antes de la llegada de los españoles, los aztecas desconocen el arado, y su utillaje, apenas avanzado, presenta como uno de sus máximos logros la utilización de la coa (palo para cavar), hecho por otro lado que contrastará, con el desarrollo de unas avanzadas técnicas de regadío basadas en las denominadas chinampas que eran balsas de tierra que flotaban en los lagos y sobre las cuales se cultivaba, productos como el maíz, la calabaza y el poroto.


   También fueron, buenos cazadores y consumían los peces, aves y mamíferos que les daba la naturaleza.

ESCRITURA

     Los aztecas, y tal vez ya los teotihuacanos mil años antes, hablaban una lengua llamada náhuatl. La escritura mezclaba pictogramas, ideogramas y signos fonéticos. En sus escritos queda reflejada su propia historia, geografía, economía, religión. Algunos códices han llegado hasta nuestros días. De ellos el conocido como Códice Borbónico es anterior a la llegada de los españoles. Es un libro-calendario con dos partes, la primera un libro de los destinos (tonalamalt) y la segunda las fiestas de los meses (xiuhpohualli).Tristemente, todos los códices del mundo azteca fallecieron. Los viejos fueron perdidos mucho antes de que la conquista española. En el emperador 1430 Itzcoatl exigió el burning de todos los libros en su reino, probablemente de modo que él pudiera reescribir historia para incluir un fondo azteca más heroico. Entonces, casi uno cientos años más adelante en 1528, los misionarios españoles (la gente, trabajando generalmente para una organización religiosa, que intenta convertir otras, generalmente en una tierra extranjera, a su religión) llenaron para arriba todos los códices aztecas que podrían encontrar y quemado les en el mercado de Texcoco. Cualquier libro ocultado que sobreviviera a la quema de los libros se descompuso al parecer durante los años.  

   Todo el conocimiento de la literatura del náhuatl confió en las memorias de la gente azteca después de la conquista española. Algunos sacerdotes aztecas trabajados en secreto para reproducir sus libros, pero muchos de los códices reproducidos o las grabaciones escritas eran los proyectos colaborativos de los misionarios españoles y de los ancianos aztecas (la gente que tiene autoridad debido a su edad y experiencia).

ARQUITECTURA.

           Se construyeron pirámides escalonadas en Cholula, Xochicalco y Teotihuacán. La arquitectura azteca es uno de los aspectos del arte azteca del cual más conocimiento se tiene, pues muchas estructuras se mantienen en pie hoy en día. Esto se debe, principalmente, a la calidad y consolidación de los materiales usados durante el proceso de construcción.
    De igual forma que las piezas de cerámica, las obras arquitectónicas de los aztecas estaban muy bien proporcionadas. Esto es especialmente significativo porque muchas construcciones aztecas eran construidas sobre restos de edificaciones viejas, lo que representaba un reto para los arquitectos.
    El hecho de que las edificaciones se construyeran encima de otras también ayudó a que los edificios aztecas fuesen algunas de las obras arquitectónicas más grandes de Mesoamérica y del mundo.
   A pesar de la gran variedad de edificios, estos tenían patrones bastante similares a lo largo de toda Mesoamérica. Sin embargo, las edificaciones familiares sí tenían características definidas, las cuales estaban relacionadas con el estilo de ornamentos que presentasen.



Materiales
   Los aztecas utilizaban muchas herramientas que, incluso para la época, eran consideradas bastante primitivas.
Una de las grandes características del arte azteca es la capacidad que tenían sus arquitectos para crear obras de gran tamaño sin requerir materiales modernos. Para lograrlo, utilizaban cimientos muy bien consolidados.
  El uso de cimientos sólidos era muy importante, no solo por la calidad del material usado para construir, sino por el tipo de suelo mesoamericano.
  La mayoría de los sitios arquitectónicos aztecas tenían un tipo de suelo muy débil, lo que hacía que los cimientos fuesen fundamentales para mantener las edificaciones en pie.
   Todos los materiales utilizados por los aztecas eran recolectados de la localidad en la que se construía; importar materiales de otras regiones no era una práctica común para la civilización mexica, aunque sí se llevó a cabo a lo largo de su historia.
 Para construir, se utilizaba principalmente roca volcánica de corte fácil, piedra caliza recolectada de canteras locales, y escombros de piedra.

ESCULTURA.

      Los aztecas fueron hábiles escultores. Realizaban esculturas de todos los tamaños, diminutas y colosales, en ellas plasmaban temas religiosos o de la naturaleza. Captaban la esencia de lo que querían representar y luego realizaban sus obras con todo detalle.


     En las esculturas de gran tamaño solían representar dioses y reyes. Las de pequeño tamaño se reservaban para la representación de animales y objetos comunes. Se usó la piedra y la madera y, en ocasiones se enriquecían con pintura de colores o incrustaciones de piedras preciosas.

PINTURA

       El color es fundamental en la pintura. Se trata de un color plano, sin matices ni sombras y, posiblemente con connotaciones simbólicas. Aparece ligada a la arquitectura, decorando los edificios. También hicieron representaciones en otros materiales, como cueros de animales.

       La pintura azteca, al igual que su arquitectura, obtuvo sus mayores influencias de las obras creadas por la civilización tolteca. En vista de que los aztecas nunca desarrollaron un sistema escrito, la pintura solía utilizar patografías para comunicar mensajes. Estas patografías eran representadas en forma de códices, los cuales pueden ser hallados en muchos de los grandes murales y obras aztecas, tales como el Códice de Mendoza.
      Las pinturas de esta civilización tenían indicios de representaciones culturales e históricas del pueblo azteca. Muchas de las pinturas, además de motivos de conquista, también presentaban una gran cantidad de figuras religiosas. En muchos casos, los dioses tenían sus propios códices mediante los cuales se contaba una historia, o se alababa a su figura.

LA CERÁMICA.

   La cerámica policroma mixteca fue una de las más finas y más apreciadas de las cerámicas aztecas. Se hizo en Cholula y está decorada con numerosos engobes coloreados. Se dice que ésta era la única cerámica que quería usar el rey Moctezuma.
    Fue principalmente una cerámica de lujo en la que se utilizaban los colores crema, amarillo crema, ocre rojo, siena quemada, gris y negro.


   Algunos de los diseños decorativos fueron figuras humanas, símbolos religiosos y seculares, plumas y volutas y los dibujos tenían una calidad de plenitud y minuciosidad.
   Se comercializó mucha cerámica y el soldado español Bernardo Díaz informó haber visto «toda clase de objetos hechos en miles de formas, desde grandes tinajas para agua a pequeñas jarras» en el gran mercado de Tlatelolco, cerca de Tenochtitlan.

LA DANZA.

       En desarrollo la Danza azteca es la denominación de realizar actos rituales con movimientos corporales acompañados de música rítmica producida principalmente por algo;/instrumentos de percusión. Entendiéndose "actos rituales" como la repetición periódica de acciones simbólicas con un fin espiritual o psicológicos.​


          La danza de los concheros es solamente una de las numerosas ceremonias de todo un complejo ritual que, a pesar de sus diferentes denominaciones, sus integrantes conforman una hermandad sellada por lazos de compadrazgo.


PLUMERÍA

      Los adorrnos hechos con plumas tuvieron gran importancia en América Central. Las plumas más apreciadas eran las del quetzal (verdes) las del tlauquecholli (rojas) y las del xiuhtototl (azul turquesa). Con ellas hacían tapices y adornaban mantas, máscaras rituales, escudos o trajes de guerreros.


SOCIEDAD.

       El emperador azteca poseía un poder ilimitado, que abarcaba todas las cosas y todas las personas. Junto a él, los guerreros y sacerdotes formaban el grupo social de mayor poder. Los guerreros eran el principal apoyo del emperador y permitió la creación de un imperio muy poderoso pero aislado políticamente. Apenas había grupos sociales intermedios. Si acaso, los comerciantes enriquecidos de la capital, que conseguían ascender intercambiando sus riquezas por prestigio en las fiestas que organizaban y ofreciendo alguno de sus esclavos como víctima de un sacrificio ritual (cosa poco frecuente por ser muy costosa).
     La mayor parte de la población eran artesanos, agricultores, servidores públicos, etc., que se organizaban en grupos de parentesco llamados calpulli.

       También había esclavos que se usaban para el trabajo agrícola, el transporte, el comercio o el servicio doméstico. Algunos lo eran temporalmente, hasta que pagaran una deuda o una condena. Otros eran prisioneros de guerra que podían ser sacrificados a Huitzilopochtli.

LEYES

      Las leyes eran muy severas. Como en otras culturas antiguas los castigos eran diferentes según fuera el delito y el rango de quien lo cometía. Generalmente el castigo era más duro si quien había cometido el delito era un funcionario o noble importante.
     Existía la pena de muerte para los delitos de asesinato, traición, aborto, incesto, violación, robo con fractura y adulterio. En este último caso se procedía a la lapidación, aunque la mujer era estrangulada previamente. Los guerreros podían escapar de la pena de muerte aceptando un destino permanente en zona fronteriza.


      La embriaguez era considerada delito. Sólo era permitida, en algunas circunstancias, para los ancianos y los guerreros profesionales. El castigo podía ser la muerte o el rapado de cabeza (si era la primera vez que alguien no importante cometía esta falta).

miércoles, 4 de marzo de 2020

NATIVOS AMERICANOS (MÉXICO): IMPERIO AZTECA (Parte 1)


NATIVOS DE MESOAMÉRICA.

LA CULTURA AZTECA ( Parte 1 ).

ORIGEN.

       Tradicionalmente llamados aztecas, los mexicas son un pueblo de filiación nahua, que en un momento de la historia llegó a constituir el núcleo del imperio más extenso de Mesoamérica, allí donde fundaron México-Tenochtitlan. Asentaron la cabecera de su imperio en un islote del lago Texcoco que hoy se encuentra prácticamente seco y es el lugar del actual asentamiento de Ciudad de México. Para alcanzar el poderío que tuvieron, los aztecas se aliaron con otros pueblos indígenas de la cuenca lacustre del valle de México, Tlacopan y Texcoco, sometiendo a otros pueblos asentados en la zona centro y sur del actual territorio de México.
EXPANSIÓN DEL IMPERIO AZTECA.


      Los mexicas son junto a los mayas los pueblos más estudiados de las civilizaciones mesoamericanas por el grado de desarrollo que alcanzaron, evidente en sus restos arqueológicos y el testimonio de los sobrevivientes de la conquista por parte de los españoles. Su cultura, que incluye una rica cosmogonía, ritos religiosos, conocimientos astronómicos, filosóficos y artísticos, es estudiada y analizada desde la lingüística, la antropología y la arqueología, lo que hace complicado intentar una síntesis pues la diversidad de enfoques y disciplinas genera polémicas sobre diversas cuestiones. La mitología se centra en Tlacaélel, quien ejercía el mandato virtual situando el origen en Chicomóztoc “lugar de las siete cuevas”, relacionado con Aztlán, de donde viene el gentilicio azteca, pero que, por tratarse de un lugar mítico no existe acuerdo sobre su verdadera ubicación.


       La llegada de los españoles produjo un cambio en las alianzas de los pueblos aborígenes. Aquellos que estaban sometidos a los mexicas y debían pagarles altos tributos, como los pueblos altépetl, se aliaron con los Zempoaltecas y los tlaxcalecas, lo que fue aprovechado por los españoles que llegaron hacia 1519. Al caer México-Tenochtitlan, aquellos que pertenecían a la elite gobernante fueron colonizados y luego restituidos en sus cargos para que continuaran beneficiándose con los privilegios de que gozaban en los tiempos pre hispánicos. Pero el pueblo sufrió las consecuencias en todas sus estructuras, lo que generó también una resistencia que persiste hasta nuestros días.

IDIOMA: NÁHUATL

            Esta lengua es uto-azteca y se habla por nahuas en México y Centroamérica. Su nombre traducido al español es “sonido claro o agradable” o “lengua agradable”. Se tiene conocimiento de su existencia al menos desde el siglo VII, pero su difusión se extendió luego cuando a partir del siglo X comenzó a expandirse la cultura tolteca, imponiéndose por sobre otras lenguas mesoamericanas hasta convertirse en lengua franca en la región, sobre todo en los territorios conquistados por el imperio mexica o azteca, hasta la derrota ante los españoles, el 13 de agosto de 1521, cuando la lengua náhuatl empieza a conocerse como lengua mexicana. Incluso los hablantes del náhualt lo llaman mexicatlahtolli o lengua mexicana y aquellos que también hablan el español lo denominan idioma mexicano.


         Lo que llevó a la pérdida de hablantes del náhualt fue la aparición del idioma español, traído por los conquistadores, que la desplazó hasta imponerse como lengua dominante en toda Mesoamérica. Pero los mismos conquistadores se ocuparon de que la lengua indígena no desapareciera para servirse de ella en la tarea de evangelización, que llevaban a cabo los misioneros. Esto hizo que el náhualt no desapareciera y sea en la actualidad hablada por alrededor de un millón y medio de personas, en su mayoría bilingües con el español, extendiéndose su área de influencia desde México hasta Centroamérica.

HISTORIA

CREACIÓN DEL IMPERIO AZTECA.

           Hacia el año 800 la región de Cholula estaba habitada por los teotihuacanos a quienes desalojaron los Olmecas, descendientes del pueblo popolocamixteco, que dominaron la zona por 500 años extendiendo su presencia hasta el centro de Veracruz. Los Olmecas impusieron su poderío sobre las culturas del Cerro de las Mesas y de los Tutztlas. En tanto los teotihuacanos, junto con los nahuas desplazados, migraron masivamente en un movimiento que se llamó de los pipiles, hacia la región chiapaneca de Soconusco, para pasar desde allí a Centroamérica, ocupando los actuales territorios de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, y con grupos menores, Costa Rica y Panamá. Hacia el año 900 una parte de los pipiles inició otra migración que los llevó hasta Tula, donde en alianza con los toteca-chichimeca comenzaron a formar el imperio tolteca.


        Cambios climáticos ocurridos en la región hacia el año 900, hicieron que los toltecas-chichimecas invadieran el valle de México tomando Acolman y Teotihuacán para instalar la capital en el Cero de la Estrella, en las proximidades de Iztapalapa. Asentados allí, conquistaron las Siete cuevas, entre Tula y Jilotépec, dominando a los otomíes y mezclándose con ellos para constituir el imperio tolteca. En este tiempo se destacó un “señor” o rey, Topiltzin, quien tomó la decisión de cambiar la capital del imperio, dadas las presiones que sufrían de parte de los Olmecas. La trasladó primero a Tulacingo y luego a Tula, desde donde dominaban los valles de Mezquital y México, próximos a la frontera con los indios bárbaros a quienes debían
    Finalmente, Tula colapsó y esto fue aprovechado por las bandas de bárbaros quienes ingresaron dese el sur de Texas hasta el valle de México hacia el siglo XIII, deteniéndose ante la cadena montañosa del Ajusco, fijando allí el límite entre sedentarios y nómades. Los Toltecas por su parte fueron desplazados y sufrieron una diáspora. Poco después los acolhuas fundaron el Señorío de Huejotzingo, se fortalecieron y derrotaron a Cholula, fundaron la “República de Tlaxcala” (no el estado, sino el conjunto de cuatro señoríos: Tepetícpan, Ocotelolco, Tizatlán Quiahuiztlan). Mientras tanto, los chichimecas fundaban un señorío en la región Texzcoana, donde la civilización aumentó, tomando el idioma nahua y se volvieron sedentarios. panorama en el valle de México a la llegada de los aztecas.

EL VIAJE DE LOS MEXICAS.

         El origen de los mexicas habría estado en un lugar llamado Aztatlan o Aztlán, palabra cuyo significado habría sido “lugar de las garzas”, de allí su denominación de aztatecas o aztecas, aunque a sí mismos se denominaban culhuas-mexicas. Aztatlan, según se cree, era una isla situada en la laguna de Mexcaltitlan, en la costa de Nayarit, y desde allí habrían salido hacia el año 890 para atravesar las regiones del norte de Jalisco y luego, siguiendo el curso del río Lerma, partes de Guanajuato y Michoacán.

          El itinerario es incierto pues su misma ocupación como pescadores y cazadores los mantuvo en movimiento permanente. Recién a partir de su llegada a las proximidades de San Juan del Río comienza a saberse más de los pasos que los llevaron hasta el valle de México. Cada 52 años encendían un fuego celebrando el final de un ciclo de su calendario. El primer fuego que luego de iniciada su peregrinación fue en 1163, en Coatépec, en la región nor-oriental del Valle de México. Allí nació, según un mito, el dios Huitzillopochtli (Colibrí del Sur), hijo de Coatlicue que era un hechicero que rendía culto a Tezcatlipoca, era su caudillo y su dios más venerado. Después de él tuvieron otros caudillos-sacerdotes hasta Tenoch, el último, quien auspició la fundación de Tenochtitlan y quién le dio nombre; aunque también recibió el nombre de México, en honor de Huitzillopochtli o también conocido como Mexitlí.
       En su periplo hasta Chapultépec los mexicas nunca permanecieron en el mismo lugar más de un par de años porque todas las tierras estaban ocupadas y no eran aceptados como vecinos porque su cultura incluía sacrificios crueles, eran pendencieros y acostumbraban a robarse mujeres casadas. Recién al llegar a Chapultépec, lugar estratégico para la defensa, se sintieron seguros y empezaron a enseñorearse sobre la región. Pero los vecinos sintieron su presencia amenazante y formaron una coalición para resistirlos. La alianza fue encabezada por el de Xaltocan e integrada por casi todos los pueblos del valle, y se impuso gracias a la estrategia tepaneca que hizo creer a sus rivales que necesitaban ayuda para confrontar con los de Culhuacán, de ese modo los hicieron salir de Chapultépec donde solo quedaron los ancianos, las mujeres y los niños, a quienes controlaron con facilidad tomándolos prisioneros. De esta manera los mexicas perdieron el ánimo belicoso y fueron fácilmente derrotados. Así se convirtieron en sus siervos y fueron confi nados en Tizapan, un poblado atestado de víboras que los mexicas consiguieron exterminar.

       En un momento de su enfrentamiento con los xochimilcas, los culhuas ofrecieron un trato a los mexicas: convertirse en soldados mercenarios que recibirían su libertad a cambio de 8.000 prisioneros enemigos. Los mexicas tomaron los prisioneros que les eran requeridos, pero al no poder trasladarlos por su número reducido respecto al del enemigo, les cortaron una oreja a cada uno y las llevaron en bolsas a Coxcoxtli, señor de Culhuacán, quien les concedió la libertad e impresionado por su crueldad aceptó que se instalarán en Mexícatzingo. En ese lugar construyeron un templo en honor a Huitzillopochtli y pidieron a Coxcoxtli una hija “para tenerla como una reina y venerarla como una diosa”. La mujer les fue concedida y cuando la tuvieron la desollaron. Al enterarse Coxcoxtli lo que habían hecho los mandó a perseguir por sus soldados, quienes los arrojaron a los carrizales, a orillas del lago, donde se refugiaron en un islote abandonado.

FUNDACIÓN DE TENOCHTITLAN O MEXICO.

     Según cuenta la historia los mexicas vieron en su nuevo emplazamiento la señal de Huitzillopochtli: el águila devorando una serpiente sobre un nopal y ahí mismo comenzaron a edificar Tenochtitlan en 1345. Doce años después otro grupo mexica se estableció en un islote contiguo, fundando Tlatelolco en 1357. Tenochcas y tlatelolcas quedaron sometidos al señor de Azcapotzalco, pagando en los primeros años tributos muy onerosos.


     El cambio que produjo Tezozómoc fue el de convertir a los mexicas de soldados mercenarios en socios de sus empresas de conquista. Recién cuando los Tenochcas conquistaron Culhuacán en 1367 y los tlatelolcas Tenayuca en 1371, alcanzaron el rango de señoríos Tlatelolco y Tenochtitlan. Después de las conquistas de Acarnapichtl; -Xochímilco (1376), Mizquic (1378) y Cuitláhuac (1393)- quedaron en poder de Tezozómoc el sur del Valle de México, excepto el señorío de Amecameca, aliado suyo. Llegaron también a conquistar el último bastión, el extenso señorío de Cuernavaca, zona en la que abundaba el algodón y que explotaron para la fabricación de telas. A la muerte de Acamapichtli en 1396, le sucedió su hijo Huitzilihuitl (1397- 1417), quien engendró un vástago, Moteczuma llhuicamina, con la hija del señor de Cuernavaca, en 1398.


        Bajo el reinado de Huitzilíhuitl derrotaron a los xaltocameca en 1400, a los de Chalco-Atenco en 1410 y combatieron a los de Texcoco en compañía del señor de Tlatelolco y de otros vasallos de Tezozómoc. Esto le valió el reconocimiento de Tezozómoc, quien le dio en matrimonio una hija suya, unión de la que nació Chimalpopoca, quien sucedió a su padre en el trono de Tenochtitlan en 1417, cuando apenas tenía 12 años. Texcoco fue conquistada en 1418 por Tezozómoc y sus aliados mexicas, y dos años más tarde se la entregó a Chimalpopoca.
         El tirano de Azcapotzalco, que murió en 1427, parece haber escogido como sucesor a su hijo Tayatzin, pero un hermano mayor de éste, Maxtla, le usurpó el trono. Poco después, al saber el usurpador que Chimalpopoca conspiraba, junto con otros señores, para derrocarlo y restablecer a Tayatzin, mandó encarcelarlo.
        Consideró esto el señor de Tenochtitlan como una terrible afrenta que lo indujo a darse la muerte. Entonces los Tenochcas eligieron rey a Itzcóatl, hijo de Acamapichtli y medio hermano de Huitzilihuitl. Mientras tanto, Nezahualcóyotl que, tras la pérdida de su trono de Texcoco en 1418, había vivido exiliado entre los huejotzingas y tlaxcaltecas, con cuyos señores trabó amistad, consiguió ayuda militar de ellos y celebró una alianza con ltzcóatl. Luego, aprovechando el resentimiento que guardaban los Tenochcas por los agravios que Maxtla infirió a Chimalpopoca, emprendió una lucha contra Maxtla en 1427. Logró, con sus aliados, vencer a Azcapotzalco en 1428, merced a la ocupación previa de Tacuba que sirvió como “cabeza de playa” para el ataque de la capital tepaneca. Entonces parece que Maxtla huyó a Coyoacán, lugar donde había gobernado antes de convertirse en señor de Azcapotzalco, luego a Cuauhximalpan y después a Tasco, sitio en que murió en 143l.


       Los tepanecas, ante la caída de su capital, Nezahualcóyotl e ltzcóatl, aliados ahora con el señor tepaneca de Tacuba, continuaron luchando contra señoríos formados por desprendimientos de aquel imperio, lo que los obligó a continuar la lucha hasta conquistar Xochimilco en 1430 Texcoco en 1431. En este año recuperó Nezahualcóyotl su trono y tres años más tarde se constituyó la Triple Alianza integrado por los señores de Texcoco, de Tenochtitlan y de Tacuba que, de común acuerdo, se repartieron los territorios hasta entonces sojuzgados y establecieron además el convenio de que los señoríos que posteriormente dominasen deberían pagarles tributo: dos quintas partes a Texcoco, otras tantas a Tenochtitlan y sólo una a Tacuba.

LAS GUERRAS FLORIDAS.

           Una vez sojuzgado Azcapotzalco, los señoríos más poderosos del Valle de México fueron Tenochtitlan y Texcoco, gobernados por Itzcóatl y Nezahualcóyotl, respectivamente. Entre ellos se estableció una alianza y así realizaron una serie de conquistas para someter a los pequeños señoríos que antiguamente dependían de Azcapotzalco. Una vez logrado el objetivo ltzcóatl se dedicó a consolidar su poder en las regiones occidental y meridional del Valle de México, gran parte del de Morelos y las tierras guerrerenses situadas al norte del Balsas, sometiendo a Tasco, Iguala y Tepecuacuilco.

      Una vez que se apoderó de CuahuacanItzcóatl dominó la estratégica sierra de Monte Alto y tuvo el camino abierto hacia Xilotépec. Aunque el poderío de los tlatelolca había disminuido, realizaron aún conquistas como la de Cuauhtinchan, al sur de Cholula, en 1438. En tanto Nezahualcóyotl, por su parte, se ocupaba en recuperar todos los territorios que habían pertenecido al señorío de Texcoco y en colaborar con Izcóatl en las conquistas que éste hacía en los Estados de Morelos y Puebla, como, por ejemplo, la de la región que se halla entre Cuauhltla y Huaquechula, y que le permitieron extender sus dominios hasta Izúcar. De esta manera los soberanos fueron los forjadores de la grandeza de Texcoco y Tenochtitlan y establecieron las pautas políticas y sociales que habrían de seguirse.
         Mientras tanto, hacia el año 1450 Nezahualcóyotl realizó una movida estratégica emprendiendo una campaña por la línea que hoy recorre la actual carretera que va de Pachuca a Tuxpan, introduciéndose como una cuña entre los huastecos y los totonacos para impedir una posible alianza entre ambos.


       Los sacerdotes evaluaron la sequía como la falta de vigor de la tierra y el poco estímulo que le daba el sol, incapaz de infundirle vida. Entonces creyeron que esto ocurría porque no habían sido debidamente fortalecidos con el vino generoso, como llamaban a la sangre humana, por eso había que derramarla con mayor profusión. De acuerdo al calendario de los mexicas y tetzcocanos, el año constaba de 18 meses de 20 días y en cada veintena debía celebrarse por lo menos una fiesta en que se hiciesen sacrificios humanos. Para eso era necesario asegurar el abastecimiento oportuno de víctimas, por lo general prisioneros obtenidos en campañas, y éstas podían ya sólo emprenderse contra señoríos relativamente alejados del Valle de México porque éste y las comarcas circunvecinas habían sido ya conquistadas. Para evitar el peligro de que no las hubiese ni a tiempo ni en el número requerido, se llegó a un acuerdo con los señoríos de Huejotzingo y Tlaxcala, también azotados por el hambre, mediante el cual se establecía la “Guerra Florida” (xochiyáoyotl), que no tendría como fi n la conquista de territorios al enemigo, sino sólo la lucha contra él, en lugares y tiempos determinados con objeto de obtener prisioneros que unos y otros contendientes sacrificasen a sus respectivos dioses. No existía, pues, entonces, una enemistad real entre ambos grupos, sino un pacto cuyos resultados creían mutuamente benéficos.
Sin embargo, esas luchas periódicas llegaron a producir la rivalidad definitiva entre ellos, sobre todo después que Moteczuma venció extendió sus dominios hasta la Sierra Nevada, en donde empezaban los de los huejotzinga.