Un perro salchicha ve su horizonte a apenas un kilómetro, mientras que un niño de poco más de un metro de estatura tiene el suyo a unos cuatro kilómetros
Bernardo de Chartres, filósofo neoplatónico del siglo XII acuñó una expresión que ha hecho fortuna entre los grandes creadores del conocimiento: podemos ver más y más lejos, dijo, no por nuestra agudeza visual ni por el tamaño de nuestros cuerpos, sino porque cabalgamos "a hombros de gigantes" que ya están a una gran altura. La idea trascendió desde que Isaac Newton la utilizara en una carta a Robert Hooke el 16 de febrero de 1676. El padre de la física se refería nada menos que a Copérnico, Galileo y Kepler. A hombros de gigantes es también el título que Stephen Hawking eligió en el 2002 para uno de sus libros.
Me imagino a Bernardo de Chartres de niño caminando por la playa de la mano de su padre y de una alegre mascota. De repente se detiene, mira hacia el mar y pregunta: "¿Está muy lejos el horizonte?" "¿Por qué? ¿Quieres ir allí?" "No puedo, ¿verdad?" "Puedes, claro que puedes, pero cuando llegues allí ya no será el horizonte". "Vaya, pero puedo llegar al horizonte que vemos desde aquí. ¿Está muy lejos?" "¿Para ti o para mí?" "Para mí está más cerca porque soy más bajito, ¿no?".
La distancia entre el horizonte y mis ojos depende de la altura de mis ojos respecto de la superficie de la Tierra. ¿Se puede calcular esta relación? Nada más fácil.
TRIÁNGULO RECTÁNGULO
Consideremos el triángulo formado por los siguientes tres puntos: el centro de la Tierra (A), el lugar que ocupan mis ojos (B) y el horizonte (C). Este triángulo es rectángulo porque la visual que mira el horizonte es una línea BC tangente a la esfera del planeta y por lo tanto perpendicular a la recta que une C con el centro de la Tierra. En este triángulo rectángulo la hipotenusa es la distancia entre mis ojos y el centro de la Tierra, o sea, la altura a la que están mis ojos sumada al radio de la Tierra (el segmento AB), uno de los catetos es el radio del planeta (el segmento AC) y el otro cateto es, precisamente, la distancia entre mis ojos y el horizonte (el segmento BC que quiero calcular).
El teorema de Pitágoras afirma que la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa, por lo que puedo escribir una igualdad que relacione directamente la distancia de mis ojos al suelo, digamos h, con la distancia de mis ojos al horizonte, llamémosla d.
Para despejar este pequeño cálculo solo necesitamos saber cuál es el valor del radio medio de la esfera del planeta. En esta operación, la altura h de nuestros ojos puede despreciarse perfectamente cuando aparece sumada al valor del diámetro del planeta (unos 12.756.000 metros). He aquí la solución final: la distancia d que media entre mis ojos y el horizonte es igual a 3.571,6 multiplicado por la raíz cuadrada de la altura h de mis ojos al suelo (todo medido en metros).
Esto significa que un perro salchicha ve su horizonte a un kilómetro apenas y un niño de poco más de un metro de estatura tiene el suyo a unos cuatro kilómetros, mientras que a hombros de un adulto su horizonte retrocede más allá de los cinco kilómetros. Desde la plataforma elevada de los vigilantes de la playa, esto es, a unos cinco metros de altura, el horizonte se divisa a ocho kilómetros de distancia.
Si en Barcelona uno sube hasta la cima del Tibidabo (512 m.) disfrutará de un horizonte a más de 80 kilómetros. Si uno sube a la cima del Turó de l’Homme (la cumbre más alta del Montseny con sus 1.706 metros sobre el nivel del mar) entonces la recompensa será un horizonte que se ha alejado hasta los 147 kilómetros. Esto significa que, en un día claro de tramontana, las islas de Mallorca y Menorca se asomarán por la línea del horizonte. Desde la cumbre del Everest, y en condiciones óptimas, se conseguiría una máxima visión teórica de 336 kilómetros.
Los abuelos no solo les legan a sus nietos los apellidos, sino también actitudes, hábitos, gestos y, a veces, hasta el gusto por una determinada profesión. Además, los abuelos proyectan sus ilusiones en los nietos, de ahí que les procuren la satisfacción de deseos o aficiones que ellos no se pudieron permitir.
Los nietos son, en definitiva, una fuente de ilusión para ellos: no hay más que ver como la abuela guarda sus joyas o un recuerdo que heredó para sus nietas; o el abuelo, su reloj para el varón. En resumen, los nietos son para los abuelos una inyección de vida.
¿Y los abuelos para los nietos? ¿Qué significan? En primer lugar, son un soporte emocional: dan amor, afecto y satisfacción. Ofrecen un amor incondicional, pues no tienen las obligaciones derivadas de educar como los padres. Los abuelos representan, también, un puente entre padres e hijos.
Pero, a menudo, son también cuidadores o "padres subrogados" que asumen responsabilidades diarias en los cuidados de los pequeños. Un rol que es frecuente en los casos de las hijas que trabajan fuera de casa a tiempo completo, de las madres adolescentes o de las familias uniparentales.
Chittenden, de 42 años, un granjero lechero de tercera generación cuya familia alimenta con biberón a cada ternero recién nacido, expresa su afecto por sus animales. Es un sentimiento que rememoró en una tarde reciente cuando las vacas preñadas asomaron sus cabezas por el recinto para lamerle la mano.
“Me encargo de toda esta vida desde la cuna hasta la tumba, y para mí es importante saber que este animal vivió sin sufrir”, dijo mientras acariciaba la cabeza de una vaca especialmente insistente. “Sería una mala persona si permito que sufran”.
Los activistas por el bienestar de los animales tienen una visión muy diferente de granjas como la de Chittenden que sacian el apetito de leche, queso y yogur en el país. Para ellos, los granjeros lecheros son engranajes de un sistema industrial de producción de alimentos inhumano que abandona a estos dóciles rumiantes a una vida de miseria. Después de años de exitosas campañas que han unido a la opinión pública en contra de otras prácticas agrícolas aceptadas desde hace tiempo, han apuntado con fuerza contra la industria láctea de la nación, que asciende a 620.000 millones de dólares.
Algunas de sus reivindicaciones son indiscutibles: las vacas lecheras son preñadas repetidamente por inseminación artificial y les quitan a sus recién nacidos al nacer. Las hembras son confinadas en corrales individuales y se les destruyen los brotes de los cuernos cuando tienen unas ocho semanas de edad. Los machos no tienen tanta suerte. Poco después de nacer, son transportados en camiones a granjas de ternera o ranchos de ganado donde terminan como carne de hamburguesa.
La típica vaca lechera de Estados Unidos pasará toda su vida dentro de un recinto con suelo de hormigón y, aunque pueden vivir veinte años, la mayoría es enviada al matadero después de cuatro o cinco años, cuando disminuye su producción de leche.
“La gente tiene la imagen de la granja del viejo MacDonald, con vacas felices que viven en prados verdes, pero eso está muy lejos de la realidad”, dijo Erica Meier, presidenta de la organización activista Animal Outlook. “Algunas granjas pueden ser menos crueles que otras, pero no existe la leche libre de crueldad”.
El esfuerzo por satanizar la leche como fundamentalmente cruel ha sido avivado por las imágenes de granjas tomadas de manera subrepticia por grupos como Animal Outlook que a menudo son ampliamente vistas en las redes sociales. En octubre, la organización publicó un breve video filmado de manera encubierta en una pequeña granja familiar del sur de California que revelaba a trabajadores que pateaban y golpeaban a las vacas con varillas de metal y a un ternero macho recién nacido, con la cara cubierta de moscas, abandonado para que muriera en el barro. Un segmento mostraba a una excavadora que elevaba en el aire, por sus patas traseras, a una vaca Holstein que estaba herida.
Stephen Larson, abogado de la lechería Dick Van Dam, describió las imágenes como montadas o sacadas de contexto. A principios de este mes, un juez desestimó una demanda contra la granja presentada por otra organización de bienestar animal, diciendo que carecía de fundamentos. “La acusación de que maltrataron a sus vacas es algo que conmueve profundamente a la familia Van Dam, porque la verdad es que siempre, durante generaciones, se han preocupado y han cuidado a todas sus vacas”, dijo Larson.
Los expertos de la industria lechera y los granjeros que han visto las imágenes expresaron su repulsión y dijeron que los abusos descritos no eran la norma. “Estos videos hacen que todos los granjeros lecheros y veterinarios se enfermen del estómago porque sabemos que la gran mayoría de los granjeros nunca les harían esas cosas a sus vacas”, dijo Carie Telgen, presidenta de la Asociación Estadounidense de Médicos Bovinos.
El esfuerzo para que los estadounidenses se manifiesten en contra de los productos lácteos gana fuerza en un momento en que muchas de las granjas del país tienen dificultades para obtener ganancias. El consumo de leche ha disminuido un 40 por ciento desde 1975, una tendencia que se acelera a medida que más personas adoptan la leche de avena y almendras. En la última década, 20.000 granjas lecheras han quebrado, lo que representa un descenso del 30 por ciento, según el Departamento de Agricultura. Y la pandemia de coronavirus ha obligado a algunos productores a tirar la leche no vendida por el desagüe, ya que disminuyó la demanda de los programas de almuerzos escolares y restaurantes.
Durante su discurso de agradecimiento tras ganar el Premio de la Academia a mejor actor, el pasado mes de febrero, Joaquin Phoenix atrajo un fuerte aplauso cuando instó a los espectadores a rechazar los productos lácteos.
“Nos sentimos con derecho a inseminar artificialmente a una vaca y cuando da a luz le robamos su bebé, aunque sus gritos de angustia son inconfundibles”, dijo, con la voz entrecortada por la emoción. “Y luego tomamos su leche que está destinada al ternero y la ponemos en nuestro café y cereal”.
FUENTE: The New York Time.
1. Rejuvenece y previene el envejecimiento del cerebro:
Practicar la meditación diaria, ayuda a preservar el envejecimiento cerebral. Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts ha demostrado cómo, a través de la práctica regular de la meditación y técnicas de mindfulness, se incrementa el tamaño de unas estructuras localizadas en los extremos de los cromosomas, que están directamente relacionadas con el envejecimiento y desarrollo de determinadas patologías asociadas a la vejez. Este incremento afecta de manera positiva en la prevención del envejecimiento del cerebro, e incluso lo rejuvenece.
Otro estudio de la Universidad de Oregón, concluye cómo la meditación diaria puede modificar la estructura neuronal del cerebro, generando un importante aumento de la densidad axonal, retrasando de este modo el envejecimiento cerebral natural. Otra reciente investigación de la Universidad de California, también probó cómo, a través de la práctica regular de la meditación y técnicas de mindfulness, los meditadores experimentados, participantes en el estudio, presentaban una importante diferencia en el volumen de materia gris en todo el cerebro con respecto a los no meditadores, incluso al comparar meditadores de mayor edad con respecto a los no meditadores más jóvenes. Según Florian Kurth, autor del estudio, inicialmente esperaban encontrar efectos más pequeños y distintos ubicados en algunas de las regiones que previamente se habían asociado a la meditación; sin embargo, los resultados finales mostraron que la meditación produce un efecto generalizado de rejuvenecimiento y prevención del envejecimiento que abarca regiones de todo el cerebro.
2. Aumenta la concentración y la capacidad de atención:
Muchas tradiciones filosóficas y ciencias milenarias inciden en la importancia de vivir el momento presente como clave fundamental para la felicidad. Sin embargo, la mente del ser humano tiende a divagar constantemente, dejándose llevar por la distracción mental generada por los múltiples pensamientos que genera nuestra mente de manera natural. Esta agitación mental está directamente relacionada con la infelicidad y afecta negativamente a determinadas áreas del cerebro relacionadas con la capacidad para mantener el pensamiento enfocado.
Un reciente estudio de la Universidad de Washington ha investigado los cambios que se producen en la actividad cerebral a través de la meditación, demostrando modificaciones producidas en la red neuronal asociada a los procesos de distracción mental, detectando cambios importantes en regiones directamente asociadas con la reducción de la actividad mental distractora, y equilibrando, de este modo, la actividad en el centro del cerebro.
Otro estudio de la Universidad de Harvard, tras un programa de 8 semanas de meditación diaria, desveló importantes aumentos en la densidad de la materia gris del cerebro en ocho regiones diferentes, de las cuales dos son elementos clave en la capacidad de dirigir la atención, y mostrar una mayor resistencia a las distracciones. También mostró aumento en la actividad de las áreas directamente asociadas con la capacidad cognitiva relacionada con el aprendizaje basado en la experiencia para la óptima toma de decisiones. Todas estas modificaciones mejoran las aptitudes fundamentales para poder afrontar cualquier situación externa con mayor ductilidad y capacidad resolutiva.
3. Mejora la memoria y otras funciones cognitivas:
Entre los grandes cambios que se generan en nuestro cerebro a través de la práctica regular de la meditación, encontramos una significativa mejora en la memoria. En un estudio publicado por la prestigiosa American Psychological Association, se realizó un ensayo experimental bajo un programa de meditación diaria durante 8 semanas, mostró como resultado una significativa mejora en la memoria de trabajo en aquellos participantes que habían realizado el programa de meditación diaria, con respecto a los participantes que, a modo de control, no habían sido expuestos a dicho programa.
En otra investigación realizada por la Universidad de California Irvine, se muestra científicamente como, en tan sólo 4 días de práctica de meditación diaria, se producen cambios a nivel cerebral en las regiones que afectan a los procesos que intervienen en la memoria de trabajo. Es decir, a través de la meditación, uno de los muchos beneficios que se obtienen de manera casi inmediata es una importante mejora en la memoria.
4. Favorece la creatividad:
Existen muchos estudios que demuestran los beneficios que ofrece la meditación a con respecto al desarrollo del pensamiento creativo. En el ya mencionado estudio de la Universidad de Harvard, se muestra cómo a través de la meditación se obtiene un aumento en la capacidad de generar nuevas ideas, gracias al estado de calma mental que aporta esta técnica.
En otro reciente estudio neurocientífico realizado en Holanda, por el “Institute for Psychological Research and Leiden Institute for Brain and Cognition”, se demuestra la notable mejora que ofrece la práctica de la meditación y técnicas de mindfulness en el proceso creativo, tanto en el pensamiento divergente, como el convergente, favoreciendo la creación de nuevos mapas mentales. El pensamiento divergente es aquél que permite a la parte consciente de la mente abrir espacios para la generación de nuevas ideas y diversos enfoques. Mientras que, el pensamiento convergente, es aquél que demanda al cerebro la creación de respuestas correctas para resolver un problema y, por tanto, requiere lógica y velocidad. Los resultados de este estudio prueban una significativa mejora, tanto en el pensamiento divergente, como en el convergente, que favorece los procesos creativos de la mente a ambos niveles, aumentando la creatividad y, por tanto, nuestra capacidad de generar nuevas ideas y pensamientos de manera más rápida, eficiente e ilimitada.
5. Desarrolla la inteligencia intrapersonal y emocional:
Gracias a la meditación, podemos iniciar un camino de autoconocimiento, que nos ayuda a indagar en nuestro interior y nos permite acceder a nuestro verdadero Ser. De este modo, la meditación se nos presenta como una potente herramienta para la mejora de la autoconsciencia y autoconocimiento, como llaves fundamentales para avanzar en nuestro proceso personal de crecimiento interior.
Según varios estudios realizados por la Universidad de Toronto, a través de la meditación, se producen modificaciones en áreas del cerebro relacionadas con el control emocional, aportándonos un mayor control de nuestras emociones y ayudándonos a gestionar mejor el modo en el que las distintas situaciones externas nos afectan emocionalmente. De esta forma, a través de la meditación, obtenemos un mayor desarrollo de nuestra inteligencia emocional, que nos ayuda a enfrentar las distintas situaciones de la vida diaria de una forma mucho más sana y eficiente.
6. Potencia la aparición de emociones con valencia positiva:
Una de las grandes aportaciones que ofrece la meditación en nuestro camino hacia la felicidad es la capacidad de ampliar y construir emociones con valencia positiva. En un prestigioso estudio publicado en la APA, se estudió cómo las personas pueden construir una gran variedad de recursos personales para afrontar las distintas experiencias de la vida, a través de la generación de lo que consideramos emociones positivas. Los resultados concluyentes de este estudio mostraron que, a través de la práctica de la meditación, se produce un notable aumento de las emociones positivas en las distintas situaciones cotidianas que experimentamos a lo largo del día, que potencia la aparición de pensamientos positivos.
Gracias a este aumento de las emociones positivas, se desencadena una serie de efectos asociados a nivel mental como mejoras en los procesos cognitivos relacionados con la memoria, la atención o la concentración; y también fisiológicos: obteniendo mejoras en los sistemas cardíaco, respiratorio, digestivo, e inmunológico. Todo ello, nos ayuda a alcanzar un mayor bienestar y una importante mejora en la calidad de vida.
7. Mejora las relaciones sociales:
Otro de los maravillosos beneficios de la meditación diaria, e ingrediente clave para disfrutar de una vida más feliz, es la satisfacción en nuestras relaciones sociales. A través de la práctica regular de la meditación, se desarrollan nuestras habilidades para relacionarnos con las personas de nuestro entorno. Así lo han demostrado prestigiosos estudios, como el, ya citado, realizado por la Universidad de Harvard, reforzado por otros, como el estudio realizado por la Universidad de Wisconsin. En ésta investigación se comprobó científicamente la significativa mejora que la práctica regular de la meditación produce en el procesamiento afectivo. Según este estudio, durante la meditación, se produce una mayor activación en determinadas áreas del cerebro vinculadas con la empatía y la capacidad de respuesta a estímulos emocionales, mejorando nuestras habilidades emocionales y, por tanto, la capacidad del ser humano para cultivar mejores relaciones sociales y afectivas.
La necesidad social del ser humano es un elemento fundamental a la hora de alcanzar la felicidad. Sentirse socialmente conectado aporta beneficios a la salud mental y física, que incrementan notablemente el bienestar y la calidad de vida. Un estudio de la Universidad de California, demostró cómo la práctica de ciertos tipos de meditación produce un aumento en el sentimiento de conexión social y la positividad hacia otras personas, probando así el aumento en las emociones sociales positivas experimentadas por las personas que practican estas técnicas.
En conclusión, gracias a la meditación se producen importantes cambios en procesos cerebrales cognitivos, como la atención, la concentración o la memoria. También produce cambios en las regiones cerebrales relacionados con la empatía, las emociones y nuestra capacidad de comunicarlas, permitiéndonos disfrutar de relaciones sociales y afectivas mucho más satisfactorias, y, en definitiva, una mejora en nuestro bienestar, calidad de vida y abriéndonos las puertas hacia una vida mucho más feliz.
Esta pequeña y sencilla historia cuenta lo que sucedió a un cordero que por envidia traspasó los límites del respeto y ofendió a sus compañeros. ¿Quieres conocerla?
El corderito en cuestión vivía como un marqués, o mejor dicho como un rey, por la sencilla razón de que era el animal más mimado de la granja. Ni los cerdos, ni los caballos, ni las gallinas, ni el resto de ovejas y carneros mayores que él, disfrutaban de tantos privilegios. Esto se debía a que era tan blanquito, tan suave y tan lindo, que las tres hijas de los granjeros lo trataban como a un animal de compañía al que malcriaban y concedían todos los caprichos.
Cada mañana, en cuanto salía el sol, las hermanas acudían al establo para peinarlo con un cepillo especial untado en aceite de almendras que mantenía sedosa y brillante su rizada lana. Tras ese reconfortante tratamiento de belleza lo acomodaban sobre un mullido cojín de seda y acariciaban su cabecita hasta que se quedaba profundamente dormido. Si al despertar tenía sed le ofrecían agua del manantial perfumada con unas gotitas de limón, y si sentía frío se daban prisa por taparlo con una amorosa manta de colores tejida por ellas mismas. En cuanto a su comida no era ni de lejos la misma que recibían sus colegas, cebados a base de pienso corriente y moliente. El afortunado cordero tenía su propio plato de porcelana y se alimentaba de las sobras de la familia, por lo que su dieta diaria consistía en exquisitos guisos de carne y postres a base de cremas de chocolate que endulzaban aún más su empalagosa vida.
Curiosamente, a pesar de tener más derechos que ninguno, este cordero favorecido y sobrealimentado era un animal extremadamente egoísta: en cuanto veía que los granjeros rellenaban de pienso el comedero común, echaba a correr pisoteando a los demás para llegar el primero y engullir la máxima cantidad posible. Obviamente, el resto del rebaño se quedaba estupefacto pensando que no había ser más canalla que él en todo el planeta.
Un día la oveja jefa, la que más mandaba, le dijo en tono muy enfadado:
– ¡Pero qué cara más dura tienes! No entiendo cómo eres capaz de quitarle la comida a tus amigos. ¡Tú, que vives entre algodones y lo tienes todo!… ¡Eres un sinvergüenza!
– Bueno, bueno, te estás pasando un poco… ¡Eso que dices no es justo!
– ¡¿Qué no es justo?!…Llevas una vida de lujo y te atiborras a diario de manjares exquisitos, dignos de un emperador. ¿Es que no tienes suficiente con todo lo que te dan? ¡Haz el favor de dejar el pienso para nosotros!
El cordero puso cara de circunstancias y, con la insolencia de quien lo tiene todo, respondió demostrando muy poca sensibilidad.
– La verdad es que como hasta reventar y este pienso está malísimo comparado con las delicias que me dan, pero lo siento… ¡no soporto que los demás disfruten de algo que yo no poseo!
La oveja se quedó de piedra pómez.
– ¿Me estás diciendo que te comes nuestra humilde comida por envidia?
El cordero se encogió de hombros y puso cara de indiferencia.
– Si quieres llamarlo envidia, me parece bien.
Ahora sí, la oveja entró en cólera.
– ¡Muy bien, pues tú te lo has buscado!
Sin decir nada más pegó un silbido que resonó en toda la granja. Segundos después, treinta y tres ovejas y nueve carneros acudieron a su llamada. Entre todos rodearon al desconsiderado cordero.
– ¡Escuchadme atentamente! Como ya sabéis, este cordero repeinado e inflado a pasteles se come todos los días parte de nuestro pienso, pero lo peor de todo es que no lo hace por hambre, no… ¡lo hace por envidia! ¿No es abominable?
El malestar empezó a palparse entre la audiencia y la oveja continuó con su alegato.
– En un rebaño no se permiten ni la codicia ni el abuso de poder, así que, en mi opinión, ya no hay sitio para él en esta granja. ¡Que levante la pata quien esté de acuerdo con que se largue de aquí para siempre!
No hizo falta hacer recuento: todos sin excepción alzaron sus pezuñas. Ante un resultado tan aplastante, la jefa del clan determinó su expulsión.
– Amigo, esto te lo has ganado tú solito por tu mal comportamiento. ¡Coge tus pertenencias y vete!
Moraleja: Sentimos envidia cuando nos da rabia que alguien tenga suerte o disfrute de cosas que nosotros no tenemos. Si lo piensas te darás cuenta de que la envidia es un sentimiento negativo que nos produce tristeza e insatisfacción. Alegrarse por todo lo bueno que sucede a la gente que nos rodea no solo hace que nos sintamos felices, sino que pone en valor nuestra generosidad y nobleza de corazón.