viernes, 21 de febrero de 2020

NATIVOS AMERICANOS (USA): CAZADORES 3


NATIVOS NORTEAMERICANOS: CACERÍA 3

LOS NATIVOS AMERICANOS DE LA MESETA.

       La región cultural de la Meseta se caracteriza por tierras llanas, colinas y cañones empinados. Sus ríos grandes proporcionan agua.
     Al norte del Gran Valle está la región cultural de la Meseta. Esta región está limitada por las Cascadas al oeste, las Rocosas al este y el río Fraser dentro de los confines actuales de Canadá, al norte.


            Las montañas de esta región tienen bosques densos. La parte central, que es la más plana, es más seca y está cubierta de hierbas y artemisa. El invierno es largo y frío, mientras el verano es templado.
          Los habitantes de la Meseta cazaban animales y recogían plantas según las estaciones del año. El clima fresco y húmedo facilitaba el encontrar comida. También contribuían los dos sistemas de ríos poderosos de la Meseta, el Columbia y el Fraser.
        La gente de la Meseta construía sus aldeas a lo largo de los ríos principales. Los ríos proveían agua para beber, peces y desechos que se usaban en la construcción de sus casas y leña. La comida era tan abundante que algunos grupos podían vivir en sus aldeas todo el año. Para mantener la frescura en el verano y su comodidad en el invierno, construían sus casas para que se extendieran al subsuelo. Excavaban un hoyo, lo forraban con un armazón de troncos y lo cubrían todo de vástagos, artemisas y lodo. La gente de la Meseta practicaba sus habilidades del tejido para crear muchas clases de canastas, así como sombreros elaborados. Cuando se acercaban los meses fríos, se dedicaba a hacer ropa. En el otoño, los hombres cazaban antílope y venado. Entonces las mujeres raspaban y suavizaban las pieles para vestidos, pantalones y camisas. Decoraban sus productos con diseños de semillas y conchas.


     A pesar de que la cacería proporcionaba mucha carne en el otoño, los habitantes de la Meseta dependían la mayor parte del año del pescado y de las plantas para alimentarse. En la primavera, recogían brotes de cebollas silvestres y zanahorias de los pastizales bajos. Su planta comestible favorita era camas, una raíz almidonada de la familia de los lirios. Las mujeres la desenterraban con palos de sauce para excavar y la comían cruda o tostada y también la hacían harina. La comida más importante para la gente de la Meseta era el salmón. Cuando el salmón migraba río arriba, los hombres se paraban encima el agua en plataformas de madera construidas. De ahí podían atrapar fácilmente a los peces con una lanza o una red.


LOS NATIVOS AMERICANOS DEL SUROESTE.

        Sobrevivir en el Suroeste era un desafío. El área contiene montañas, mesas planas, cañones y desiertos. Las escasas lluvias impiden el crecimiento de muchos árboles y plantas.


         La región cultural del Suroeste incluye los estados actuales de Arizona, Nuevo México, las zonas al sur de Utah y Colorado y algunas partes de Texas, Oklahoma y California. Esta región cuenta con muchos medios ambientes—cañones, montañas, desiertos y mesas planas. Incluso hay dos ríos mayores, el Colorado y el Río Grande (Río Bravo), pero apenas hay lluvia en el área. El calor y la falta de agua hacían que vivir en el Suroeste fuera un verdadero reto. Aun así, algunos nativos americanos aprendieron a amar esta tierra árida. “Todo el Suroeste era una Casa Hecha del Amanecer”, dice una vieja canción de los indios. “Había muchos colores en las colinas y en el llano y había un despoblado oscuro en las montañas de más allá”.


     Los grupos diferentes desarrollaron maneras distintas de sobrevivir en el Suroeste. Algunos vivían como cazadores nómadas del desierto. A lo largo del Río Colorado, había grupos pequeños que cazaban, colectaban algunos alimentos y cultivaban otros. Otros grupos sembraban campos de maíz, frijol y calabaza en las partes altas y planas llamadas mesas.


LOS NATIVOS AMERICANOS DE LAS GRANDES LLANURAS.

      La región de las Grandes Llanuras consiste sobre todo en pastizales sin árboles y tiene inviernos fríos y veranos calurosos. Búfalos y otros animales pastaban libremente en un vasto territorio.
La región cultural de las Grandes Llanuras es un área extensiva de pastizales sin árboles. Las Grandes Llanuras se extienden 2,000 millas desde las Montañas Rocosas hasta el Valle del Misisipí y desde Canadá hasta el Golfo de México. La zona del este de esta región tiene más agua y un suelo más suave que la del oeste. En la zona del oeste más seca, las hierbas densas y bajas daban un tipo de pasto perfecto para alimentar a millones de búfalos.


        En los llanos del este, varios grupos se dedicaban a cultivar la tierra y cazaban búfalos sólo unos pocos meses al año. En los llanos del oeste, los nativos americanos seguían las manadas de búfalos la mayor parte del año. En la primavera y a principios del verano, grupos pequeños preparaban emboscadas donde los búfalos llegaban a tomar agua. Los cazadores cargaban arcos de madera dura reforzados con tiras de tendón de búfalo. Al apuntar, cada hombre disparaba una flecha de madera de punta de piedra afilada, cubierta con plumas que le ayudaban a volar siguiendo una trayectoria derecha.


         En el otoño se reunían grandes manadas de búfalos y la gente de los llanos viajaban en bandas más grandes. A veces los hombres les hacían una trampa a los búfalos amontonando piedras para construir dos paredes bajas en un pasillo en forma de V. Las paredes obligaban a los búfalos a juntarse mientras se acercaban a un precipicio. Detrás de la manada, la gente le prendía fuego al pasto o hacían ruidos fuertes para producirles pánico a los búfalos. Los animales pasaban en estampida entre las paredes y sobre el borde del precipicio. Abajo, otros cazadores los remataban con lanzas o arcos y flechas.


      El búfalo era el alimento principal de los habitantes de las llanuras. Las mujeres y los niños cortaban la carne de búfalo con cuchillos de hueso. La carne extra se secaba y se guardaba para el invierno.
Los indios de los llanos se aprovechaban de todas las partes del búfalo. La piel del búfalo se convertía en escudos, recipientes impermeables, ropa abrigadora y cobijas. Para hacer ropa y bolsas, las mujeres suavizaban la piel con raspadores de hueso y la frotaban con grasa y tejidos de cerebro de búfalo.


     El pelo y los tendones del búfalo se trenzaban en cuerdas para usos generales y para arcos. Los cuernos y las pezuñas se convertían en cucharas y platos, o se hervían para hacer pegamento. El estiércol seco del búfalo proporcionaba combustible para el fuego. Los búfalos también proporcionaban materiales para las casas. Usando los tendones como hilo, las mujeres cocían de ocho a 20 pieles de búfalo. Las pieles entonces se sujetaban alrededor de un cono alto de postes para hacer un tipi, palabra de los llanos para “vivienda”. Los habitantes de los llanos tuvieron más éxito cuando los exploradores españoles introdujeron caballos en la región. Ya con caballos, los cazadores podían cazar más búfalos y moverse más rápida y cómodamente a nuevas tierras de caza.


LOS NATIVOS AMERICANOS DE LOS BOSQUES DEL ESTE.

   Los bosques densos les daban hogar a los venados, castores y otros animales salvajes y proporcionaban comida, vestido y refugio a los nativos americanos de los Bosques del Este.
     La región cultural de los Bosques del Este se extiende desde el Río Misisipí hacia el este hasta el Océano Atlántico, y de Canadá hasta Carolina del Norte. Aquí, las nieves de invierno y las lluvias de verano producen bosques, lagos y arroyos que parecen interminables. Dos grupos de idiomas emergieron en esta región. En la mayor parte del territorio los habitantes hablaban lenguas algonquianas. En Nueva York y al sur de los Grandes Lagos, vivían los grupos de habla iroquesa descritos en esta sección.
    En ocasiones los hombres se dedicaban a la caza, usando cerbatanas para ardillas, conejos y guajolotes y arcos y flechas para animales grandes como venado. Incluso cazaban caimanes y tortugas.


martes, 18 de febrero de 2020

NATIVOS AMERICANOS (USA): CAZADORES 2


NATIVOS NORTEAMERICANOS: CACERÍA 2

LOS NATIVOS AMERICANOS DE LA COSTA DEL NOROESTE.

        Los nativos americanos del noroeste dependían de los bosques espesos, la copiosa comida del mar y la caza abundante para satisfacer sus necesidades.

              La región cultural de la Costa del Noroeste se extiende desde el sur de Oregon hasta Canadá. Los inviernos por la costa del océano son fríos, pero no gélidos y los veranos son frescos. Al este, las montañas escarpadas están cubiertas de gruesos bosques de abetos blancos, abetos rojos y cedros. Las montañas atrapan las tormentas del Pacífico así que hay mucha lluvia durante la mayor parte del año. Comida abundante Los grupos del noroeste encontraron mucha comida, en especial en el mar. Ellos construyeron sus aldeas junto a las playas angostas y las bahías de la costa y en las islas cercanas. Recogían almejas, otros mariscos y algas de las aguas poco profundas.


               Se aventuraron en el mar en canoas para cazar focas, lobos marinos y ballenas, así como halibut y otros peces. Los bosques proporcionaban venado, alce, oso, castor y cabra montés. Los cazadores desarrollaron armas especiales para cada clase de criatura. Para atrapar focas, por ejemplo, construyeron arpones largos de madera, o lanzas. El arpón tenía en su punta un gancho hecho de hueso que se atoraba en el cuero de la foca. En el otro extremo, los cazadores sujetaban una cuerda larga para no perder ni su arma ni su presa.


              A principios del verano, grandes cantidades de salmón nadaban desde el mar río arriba para poner sus huevos. Los hombres construían rejas de madera que alcanzaban atravesar el río para impedirles el paso a los peces, haciendo más fácil el atraparlos con una red. Las mujeres secaban la carne de salmón para que sirviera de alimento durante todo el año.


NATIVOS AMERICANOS DE CALIFORNIA.

     La región cultural de California contiene muchos ambientes diferentes. A lo largo de la costa, grandes árboles secoya cubren las montañas costeras. En las tierras del interior, robles y bayas crecen en las colinas.


                            La región cultural de California se extiende desde el sur de Oregon hasta Baja California. Las tormentas del océano llevan lluvias de invierno a esa región. Pero los veranos son calientes y secos, particularmente en el interior. La región de California incluye no sólo la costa, sino también las colinas costeras, un valle interior, desiertos y el lado oeste de la cordillera de la Sierra Nevada. Más de 100 grupos pequeños, más que en cualquier otra región cultural, establecieron sus hogares en estos diversos medios ambientes. Muchas fuentes de alimento Los grupos que vivían en la costa del norte de California dependían principalmente del salmón para alimentarse. Más hacia el sur, los grupos costeros dependían más de los mariscos. Lejos de la costa, había grupos que cazaban venado con arcos y flechas. Ponían trampas para cazar conejos y usaban redes para atrapar patos. La gente de California también recogía raíces, bayas y nueces.



NATIVOS AMERICANOS DEL GRAN VALLE.

        La vida era difícil para los nativos americanos que habitaban el Gran Valle. Debido a las temperaturas extremas y las lluvias escasas, pocas plantas y animales sobreviven ahí.

            Al este de California está el Gran Valle, un área baja entre la Sierra Nevada y las Montañas Rocosas. Las montañas de ambos lados de esta región impedían la caída de la lluvia, creando el desierto que caracteriza esta área. Las plantas que crecen en esta área son las que necesitan poca agua, como las hierbas bajas, las artemisas y árboles riscosos de piñón. Sólo los animales pequeños como los conejos y lagartijas viven en esta árida región.
         Con la comida y el agua limitadas, solamente unas cuantas familias podían vivir en un lugar a una sola vez. Era por eso que los habitantes del Gran Valle viajaban en grupos pequeños y pasaban gran parte del año en busca de comida.

          Donde acampaba la gente, hacía refugios temporales de postes de sauce en forma de cono cubiertos con arbustos o caña. La vida era difícil para los nativos americanos que habitaban el Gran Valle. Debido a las temperaturas extremas y las lluvias escasas, pocas plantas y animales sobreviven ahí. caña. Casi todo el año, acarreaba agua en canastas cubiertas de savia de pinos. Al llegar el invierno, las temperaturas bajaban más allá del punto de congelación. Para conservar el calor, la gente hacía ropa de pieles de conejo. Primero torcía tiras largas de piel para que se viera solamente el pelo. Luego tejía estas tiras en un telar de sauce. Cada abrigo de adulto requería cerca de 100 pieles de conejo.


         Los habitantes de este medio ambiente árido (seco), seguían las fuentes de alimento de una estación en otra. En la primavera, acampaban cerca de los lagos y ríos del valle, crecidos por la nieve derretida. Los hombres atraían a los patos migrantes con señuelos flotantes hechos de caña. Cuando aterrizaban las aves, los hombres los perseguían para que entraran en redes. Mientras tanto, las mujeres recogían huevos de pato y retoños tiernos de plantas de enea.


           Cuando los arroyos se secaban en el verano, los habitantes del Gran Valle disfrutaban de bocados de serpientes y saltamontes. Pero más que otra cosa, comían plantas, casi 100 variedades. Las mujeres usaban palos afilados para sacar las raíces. Para tirar las semillas de las plantas, usaban canastas planas de manga larga que habían tejido. Recogían bayas maduras de los arbustos que crecían en las pendientes de las montañas.


         En otoño, unas bandas cosechaban nueces y cazaban liebres gordas. Cuando llegaba el invierno, la gente del Gran Valle vivía en las colinas más cálidas y se arropaba de sus abrigos de conejo. Vivía en chozas y cuevas y se alimentaba de la comida que había puesto a secar antes, en espera del regreso de los patos en la primavera. 

viernes, 14 de febrero de 2020

NATIVOS AMERICANOS (USA): CAZADORES 1

NATIVOS NORTEAMERICANOS: CAZADORES 1

            La región cultural de los Bosques Orientales se extiende desde el Río Misisipi en dirección este hasta el Océano Atlántico, y de Canadá hasta Carolina del Norte. Las nieves de invierno y las lluvias de verano produjeron innumerables bosques, lagos y arroyos. Dos grupos lingüísticos emergieron en esta región. En la mayor parte del territorio se hablaban lenguas algonquianas. En Nueva York y por el sur de los Grandes Lagos vivían los grupos de habla iroquesa descritos en esta sección. Bosques Abundantes Los bosques proporcionaban la mayor parte de lo que los iroqueses necesitaban para vivir. Para obtener alimentos, los cazadores rastreaban venados por los bosques. Los hombres también cazaban osos, cazaban castores con trampas y cazaban aves con redes y arponeaban peces. 


       Las mujeres recolectaban verdura de hoja verde, nueces y bayas frescas. Hacían jarabe hirviendo la savia de arces. En lugar de atravesar a pie los densos bosques, con frecuencia los iroqueses remaban en canoas de troncos o corteza por lagos y ríos. Como las vías fluviales también eran fuentes de pesca y agua potable, los iroqueses construían sus pueblos cerca de ellas. Cada pueblo tenía docenas de casas resistentes con armazón de troncos cubierto de corteza de olmo. Por lo común estas casas comunales tenían alrededor de 20 pies de ancho y más de 100 pies de largo. Varias familias emparentadas vivían en secciones de la casa comunal. 


          La caza era un asunto masculino, aunque hubo excepciones dependiendo del tiempo y la cultura (por ejemplo, las mujeres Lipan podían ayudar cazando conejos).

Antes de la caza por lo general tenían lugar elaborados rituales como el ayuno y los curanderos (ang. Curandero) llevaban a cabo ciertas ceremonias religiosas antes y después de la caza. En la cultura Lipan, los ciervos eran custodiados por el espíritu de la montaña, por lo que se invocaba a dicho espíritu en sus rituales para que la caza tuviera éxito. El juego de cazar que cumplir con ciertas normas religiosas (muchas de los cuales se describen en los relatos religiosos), designadas para un animal sacrificado, cómo orar y cómo destruir los huesos. 


          Entre los criollos del sur era generalizada la división y repartición del cuerpo. Por ejemplo, entre el cazador mezcalero, que tuviera éxito en la caza, se esperaba que diera la mitad de sus presas a sus compañeros y los que carecían de alimentos en el campamento. La preocupación por otros individuos de la comunidad muestra un gran compromiso social y generosidad. Era posible ganar respeto entre los miembros de la tribu, precisamente quien tuviera mayor respeto y carisma podía convertirse en su líder.


        El arma más común durante la invasión de los europeos fue el arco y la flecha. Era utilizada en la caza en diversas tácticas. En casos especiales utilizaban cabezas de animales como carnada, y silbatos seductores para que el animal se acercara. También trataban de cansar al animal - los cazadores localizaban varios puntos rodeándolo y defendían su posición hasta que el animal caía agotado o muerto.


          Algunos animales no podían comerse, ya que era una falta a la moral pública. Diferentes tribus tenían diferentes tabúes. Algunos de los ejemplos más comunes: osos, pecaríes, pavo, pescado, ranas, serpientes, insectos, búhos, pumas y coyotes. Dos ejemplos de tabúes diferentes: el oso negro fue siendo parte de la dieta (como los bisontes, ciervos o antílopes), pero los Jicarilla nunca comían osos, porque los consideraban animales malignos. Algunos tabúes eran típicas de toda la región. Tal como ir sin peces, que era tabú en todo el suroeste, o que las serpientes eran la encarnación física del mal.


            Los apaches occidentales en su mayoría cazaban venado y berrendo a finales de otoño. En noviembre, comían carne seca y migraban a campamentos de invierno en Salto, Negro, Gilo o incluso los valles del Río Colorado.

Los Chiricahuas generalmente cazaban ciervos y berrendo. Sin embargo en el juego de la caza se mataban conejos (liebres), zarigüeyas, ardillas, caballos salvajes y mulas, venados, pecaríes, hámsteres.


      Para los Mezcaleros era mucho más importante el venado, aunque también cazaban borrego cimarrón, bisonte (los que vivían más cerca de los llanos), y según los estadounidenses conejos, ciervos, caballos y mulas, zarigüeyas, berrendo y hámsteres.
       Los Jicarilla cazaban borrego cimarrón, bisontes, ciervos y šakiaragis. También eran cazados los castores, conejos, ardillas, palomas, urogallo, mulas, puercoespín, conejos, ardillas, pavos y hámsteres. Los caballos solo se comían después de haber sido introducidos por los europeos. No comían pecarí, comadrejas, gatos y lobos salvajes, pero los cazaban para obtener ciertas partes de su cuerpo como la piel o los dientes. El zorrillo solo se comía en casos extremos de hambruna.


              El Lipán se defendió sobre todo por la carne de bisonte. Su caza se prolongó durante tres semanas en el otoño y después de unos pocos días hasta la primavera. Otro partido clave fue el venado. Bebían la sangre fresca de venado porque pensaban que era más saludable. Aunque también los lipanes cazaban castores, borrego cimarrón, osos negros, patos, caballos, pumas, palomas, perros de la pradera, berrendo, codornices, conejos, ardillas, pavos, tortugas y hámsteres.


            Entre los Apaches de los llanos era más común que se cazara bisontes y ciervos. Otros animales cazados eran tejones, osos, castores, coyotes, lobos, gallinas salvajes, gansos, caballos, mulas, zarigüeyas, nutrias, conejos y tortugas.
               La dispersión de cientos de caballos a otras regiones, como las planicies y grupos que ahí habitaban, cambió permanentemente la estructura del poder que existía en el corazón mismo del Norte de América (Webb 1981). Los Apaches habían sido los primeros indígenas de esta región del Norte América que habían tenido contacto con estos animales, y aprendido que se podía hacer en las cacerías y correrías si se tenía un caballo… y muy pronto los otros grupos también lo aprendieron, tal vez inclusive más rápido de lo que los mismos apaches esperarían.


              Así el conocimiento del caballo y como usarlo se distribuyó de una forma sorprendente a través de casi medio continente, lo que contribuyó que para 1630 no hubiera tribu que no montara. Para 1700, todas las tribus de Texas los tenían, y para 1750 las tribus de las planicies canadienses ya cazaban búfalo a caballo. A decir verdad, estos grupos humanos permanecieron dentro del mismo modo de vida que llevaban como cazadores y el caballo simplemente aseguro que ellos permanecieran de la misma forma y sin sentir interés por transformarse en sociedades agrícolas. 


         Finalmente, los Makah son una tribu nativa americana de Neah Bay (WA), el extremo más noroccidental de EEUU, excluyendo Alaska.
El mar era muy importante para los Makah. El origen de su nombre (según tribus vecinas) significa «pueblo generoso con la comida«. Pero en su lengua, los Makah se hacían llamar «qwi-dich-cha-at«: el pueblo que vive cerca de las rocas y las gaviotas.

Sus tierras originales poseían densos bosques en el interior y una extensa costa, lindando con el estrecho de Juan de Fuca y el océano Pacífico.
        Al igual que otras culturas indígenas aprovechaban los recursos naturales en cada época del año con una sabiduría y respeto profundos a los animales y plantas que aseguraban su sustento. La fauna marina les proveía de alimentos básicos y de enorme valor comercial, como las pieles de nutria de mar. 



         Para hacerse al mar construían largas canoas con madera de cedro rojo que podían tener velas. Los Makah eran navegantes expertos y no les preocupaba alejarse y perder de vista la tierra.
Cazaban ballenas, focas y nutrias de mar, además de pescar fletán, salmones y recolectar marisco en sus costas.
       La caza de ballenas era un orgullo para los Makah y una tradición muy importante. Incluía rituales y ceremonias espirituales, e inspiraba canciones, danzas y motivos de artesanía. De ellas aprovechaban la carne y la grasa. También usaban huesos de ballena para fabricar objetos diversos y adornos personales.


martes, 11 de febrero de 2020

PASADO Y PRESENTE DEL CERRO RUPIPE O PIEDRA PARADA.

EL CERRO PIEDRA PARADA,RUPIPE O APU DE LOS BRUJOS.


“Quien quiere a su Historia, quiere a su Patria.

Quien quiere a su Patria, velará por su patrimonio…

            El Cerro Piedra Parada, Rupipe o Apu de los Brujos es un macizo rocoso formado en la era Mesozoica, periodo Cretáceo Superior-Terciario inferior (Período en que se formaron las grandes montañas, hacia aproximadamente 100 millones de años). Se consideraba un lugar Sagrado por nuestros ancestros de manera que treparla es y será siempre interesante. Su nombre españolizado se debe a que en su cima presenta una "Piedra Parada", que según el arqueólogo Antonio Rodriguez Suy Suy convocaba antiguamente a los curanderos y chamanes como dadora de poder y fuerza al que sabía invocarla en un rito hechicero. 
Plano de como llegar al cerro desde la localidad de Chiquitoy.

HIDROGRAFIA
El Cerro forma parte de la Región Hidrográfica del Pacífico y la Unidad Hidrográfica 137719, confluyendo sus aguas en el Océano Pacífico. Geográficamente se localiza entre las divisorias de las subcuencas de Tres Palos y Río Seco, cuyas aguas desembocan el Océano Pacífico.

CLIMA
Forma parte de la región costera cuya temperatura fluctúa entre 17,9 y 24,9oC, quedando comprendido entre los límites una gama de valores térmicos que caracterizan a los diversos pisos altitudinales.
Los puntos más altos son en verano entre Enero y Marzo con 24,9oC y menores en invierno entre Julio y Septiembre con 17.9O C.

EDAFOLOGÍA

Edafológicamente es arcilloso-arenoso y pedregoso, arcilloso-pedregoso o rocoso-peñascoso en las crestas y pinachos superiores, dando como consecuencia un relieve muy escarpado y accidentado.

ACCESIBILIDAD.

El Cerro se encuentra a 4.1km de la localidad de Chiquitoy de donde se accede a ella por el camino afirmado de Chiquitoy- Panamericana Norte (Soledad). El tiempo estimado es de 20 minutos.


El Cerro y sus principales lugares.

HISTORIA

             El nombre españolizado de Piedra Parada se debe a que en su cima presenta una Piedra Parada que según el arqueólogo Antonio Rodriguez Suy Suy, convocaba antiguamente a los curanderos y chamanes como dadora de poder y fuerza al que sabía invocarla en un rito hechicero de allí, que se le llama Apu de los Brujos.
             Sin embargo, su nombre primigenio originario nace del idioma Muchik  y es Rupipe, pues así se le menciona desde el valle Chicama, en 1593, como un punto de referencia, en una escritura de venta de tierras arenosas, cercanas al mar, a Doña Florencia de Mora y Escobar: “…el cerro nombrado Rupipe que está cerca de Chiquitoy y hacia la mar y desde el Camino Real” que va “de este valle de Chicama hacia Truxillo”.
 Jorge Zevallos Quiñones, en “Los cacicazgos de Trujillo”, Trujillo, 1992, Pág. 59.
          Acotar que Doña Florencia de Mora y Escobar fue dueña de Chiquitoy y la heredó de su padre Don Diego de Mora y Escobar casado con Ana Pizarro Valverde sobrina del conquistador Francisco Pizarro.

PIEDRA PARADA

La leyenda dice que aquella piedra fue un guerrero que se convirtió en Piedra porque no llegó a la hora pactada por la luna luego de derrotar a una serpiente que rondaba por las faldas de este Cerro. Dicha serpiente mataba a los aldeanos y la luna se compadeció de ellos enviando a dos estrellas que se convirtieron en guerreros y los puso en la cima de este cerro. Debían estar en el siguiente plenilunio, en el mismo lugar que fueron dejados para ser recogidos por la luna luego de matar a la serpiente, pero no pudieron hacerlo, uno de los guerreros al mirar que la luna había pasado quedó petrificado en la cima y el otro en las faldas.


MIRADOR Y MURALLA PREINCA

              En el Cerro hay un mirador preinca en el sector norte, presuntamente para fines agrícolas y a pocos metros de ella una muralla que viene de la pendiente al Este, sube hasta la cima y se pierde a pocos metros del sector Oeste del Cerro.

La Piedra Parada al centro del Cerro y su perfil. Detrás se encuentra la piedra plana de sacrificios o altar mayor.

         Detrás del Cerro Piedra Parada, Rupipe o Apu de los Brujos, se suicidó el más grande General del Imperio Chimú llamado Querrutumi, junto con sus oficiales.
Antonio de la Calancha en su Crónica Moralizadora de San Agustín del año 1638 relata: “Es asentado entre aquellos Indios, que las visiones i ruidos deste cerro de la Canpana se ocasiona, de que un valeroso Capitán del Chimo llamado Querrutumi aviendo vencido a los egércitos de Lima, tres vezes fue después vencido, i de dolor se mató él i sus amigos en aquel cerro.
Añade más adelante: “A un cerro distante de Pacasmayo en el valle de Chicama cinco leguas de Trugillo bendijo i exorcisó el santo Arçobispo don Toribio, porque le informaron se oían entre las muchas guacas que tiene el cerro de estos atanbores i cantos tristes; i dejando los Demonios aquel lugar, asisten en otros, a que tan aquerenciados estavan entre estos Indios. Es asentado entre aquellos Indios, que las visiones i ruidos deste cerro de la Canpana se ocasiona, de que un valeroso Capitán del Chimo llamado Querrutumi aviendo vencido a los egércitos de Lima, tres vezes fue después vencido, i de dolor se mató él i sus amigos en aquel cerro”.

Antonio de la Calancha. Crónica Moralizadora de San Agustín, Cap IV, pág.30. Año 1638.


Microlophus thoracicus o lagartija. Desde el Mirador Preinca.

      Luego acota: “En Parmunca se començó la batalla, donde con millares de muertos de anbas partes salió vencedor el Chimu, i obligó a Topa Yupangui a pedir mayor socorro a su padre, el qual le envió veynte mil Indios de los más valerosos, i con tan grueso egército pudo ganar el valle de Parmunca, i con nuevo trabajo el de Guarmey. Resistió a varios conbates el valle de Santa entonces pobladísimo, i oy acabado; pero donde se vertió inumerable sangre, i se cautivó sin número, fue en el valle de Chimu, i con verse tan acabados, era ya la valentía contumacia, i el tesón ciega temeridad, las muertes i cautiverios no los sugetaron, i al fin con onrosos partidos, dádivas i quedarse en su antiguo señorío se rindieron, reconociendo al Inga por su Rey”
Antonio de la Calancha. Crónica Moralizadora de San Agustín, Cap II, pág.11.



Rhodopis Vesper o colibrí de oasis.

        Finalmente recalca: “Es tan asentado esto, que quando yo estuve en aquellos valles, i después acá, como me lo certifican las relaciones, oí en cerros i guacas distantes de Guadalupe (como es en el cerro junto a Chocope, i en el que llaman de la Canpana, i en otros diferentes-como el Cerro Piedra Parada) grandes ruidos de tanbores instrumento músico de los Indios en tono lúgubre, triste i afligido.

Antonio de la Calancha. Crónica Moralizadora de San Agustín, Cap IV, pág.29. Año 1638.

Aguila de pecho negro, Geranoaetus melanoleucusa ustralis.


           El General Querrutumi se suicida detrás del Cerro Piedra Parada o Rupipe, luego de haber derrotado en 3 batallas a los Incas: Paramonga, Huarmey y el valle del Santa. Finalmente, Michancaman rey del imperio Chimú se rinde y claudica. El imperio Chimú se quedaría sin hombres luego de las sangrientas batallas que impidieron que el Gran General Querrutumi pudiera hacerles frente. Se atrinchera en Chiquitoy Viejo junto con sus oficiales, para luego escapar al Cerro y detrás suicidarse. Su cosmovisión hacía que vean al Cerro como un guerrero del cual habían descendido todos los antepasados asentados en la zona, se unían así al regazo del cerro para ser libres y no rendirse al invasor Inca, liderados por Túpac Inca Yupanqui. Con la llegada de los españoles se continuó con la veneración a estos guerreros invencibles por parte de los Chimúes que solían llevarles ofrendas y proferir cánticos al General invensible que nunca se rindió. Esos canticos, fueron escuchados por Antonio de la Calancha y escribe denominándolos como demoniacos. No eran sino, cánticos para los grandes guerreros inmolados detrás del Cerro Piedra Parada o Rupipe.

Alfombra de achupayas, Tillandsia latifolia.

Flora del Cerro.
La flora nativa contiene algunas frutas comestibles, por ejemplo, Jaltomata (Jaltomata truxillana, J. lomana, J. umbellata, entre otras) y Solanum (Lycopersicon), ambos miembros de la familia de las solanáceas que tienen bayas comestibles parecidas al “tomate”. Tubérculos comestibles de diversas familias vegetales también podrían haber proporcionado algún alimento que podría haber sido utilizado periódicamente, por ejemplo, Argylia radiata (Bignoniaceae), Begonia octopetala (Begoniaceae), Oxalis dombeii (Oxalidaceae), Solanum montanum (Solanaceae) y Tropaeolum peltophorum (Tropaeolaceae). La agricultura también pudo haber sido practicada en algunos lugares, especialmente durante los años excepcionales asociados con eventos del Niño. 

Melocactus peruvianus, cactus del desierto.

                 La flora nativa contiene algunas frutas comestibles, por ejemplo, Jaltomata (Jaltomata truxillana, J. lomana, J. umbellata, entre otras) y Solanum (Lycopersicon), ambos miembros de la familia de las solanáceas que tienen bayas comestibles parecidas al “tomate”. Tubérculos comestibles de diversas familias vegetales también podrían haber proporcionado algún alimento que podría haber sido utilizado periódicamente, por ejemplo, Argylia radiata (Bignoniaceae), Begonia octopetala (Begoniaceae), Oxalis dombeii (Oxalidaceae), Solanum montanum (Solanaceae) y Tropaeolum peltophorum (Tropaeolaceae). La agricultura también pudo haber sido practicada en algunos lugares, especialmente durante los años excepcionales asociados con eventos del Niño. 

Amazilia Amazilia o  colibrí del viento rufo


La Cueva de los Gallinazos.

        Gracias a los aportes realizados por Jesús Briceño (1994) en investigaciones aledañas al Cerro se confirma la tesis de Horkheimer de que esta parte de la costa norte del Perú se desarrolló el Precerámico más temprano (Lítico 10000-7000 a,c,); se registran sitios paijanenses anteriormente no reportados, y se la entiende no solo como "una cultura de cazadores-recolectores adaptados a la costa, sino también en la parte baja de la sierra" (César Gálvez, 2004) La cueva de los gallinazos, es uno de los lugares donde habitaron los primeros cazadores-recolectores.

Cueva de los gallinazos.

Flora de lugar.

      Familias, géneros y especies más relevantes Asteraceae [14 géneros, 17 especies]. Ageratina, Ophriosporus y Philoglossa, 2 especies cada uno Solanaceae [9 géneros, 20 especies], Solanum 9 especies Poaceae [8 géneros, 13 especies], Eragrostis y Paspalum 3 especies cada uno Bromeliaceae [3 géneros, 8 especies], Tillandsia 6 especies Malvaceae [5 géneros, 7 especies], Palaua y Urocarpidium 2 especies cada uno Boraginaceae [5 géneros, 6 especies], Heliotropium 2 especies Cactaceae [5 géneros, 6 especies], una cada una. 
Cathartes Aura o gallinazo de cabeza Roja.

       Listado de plantas registradas en Cerro, donde se presenta la División, Familia (indicando el número de géneros / especies) y Nombres Científicos acompañados por su respectivo autor o autores: I. PTERIDOPHYTA 1.ADIANTHACEAE (1/1) - Adiantum subvolubile Kunth 2. POLYPODIACEAE (2/2) - Polypodium lasiopus Klotzsch - Pteridium aquilinum (L.) Kunth II. LILIOPSIDA [16/26] 3. ASPARAGACEAE (=AGAVACEAE) (1/1) - Furcraea occidentalis Trel. 4. AMARYLLIDACEAE (2/2) - Ismene amancaes (Ruiz & Pav.) Herb. - Stenomesson flavum (Ruiz & Pav.) Herb. 5. BROMELIACEAE (3/8) - Pitcairnia lopezii L. B. Sm. - Puya ferruginea (Ruiz & Pav.) L. B. Sm. - Tillandsia disticha Kunth - Tillandsia latifolia Meyen - Tillandsia multiflora (Benth) A. M. Spencer & L. B. Smith - Tillandsia purpurea Ruiz & Pav. - Tillandsia recurvata (L.) L. - Tillandsia usneoides (L.) L. 6. CONMELINACEAE (1/1) - Tinantia erecta (Jacq.) Schlecht. 7. ORCHIDACEAE (1/1) - Pelexia matucanensis (Kraenzl.) Schlter. 8. POACEAE (=GRAMINEAE) (8/13) - Aristida adscensionis L. - Avena fatua L. - Avena sterilis L. - Bromus catharticus Vahl - Eragrostis mexicana (Hornem.) Link - Eragrostis nigricans (Kunth) Steud. - Eragrostis peruviana (Jacq.) Trin. -Jarava ichu Ruiz & Pav. - Paspalum candidum (Humb. & Bonpl. ex Flüggé) Kunth - Paspalum penicillatum Hook. f. - Paspalum racemosum Lam. - Polypogon interruptus Kunth - Vulpia myuros (L.) C. C. Gmel. I I I . M A G N O L I O P S I D A (=Dicotiledóneas) [ 93/125] 9. ACANTHACEAE (2/3) - Dicliptera montana Lindau - Dicliptera peruviana (Lam.) Juss. - Justicia carthaginensis Jacq. 1 0 . A M A R A N T H A C E A E (=CHENOPODIACEAE) (3/4) - Alternanthera albotomentosa Suess. - Alternanthera halimifolia (Lam.) Standl. - Atriplex rotundifolia Dombey ex Moq. - Chenopodium petiolare Kunth 11. APIACEAE (=UMBELIFERAE) (4/4) - Bowlesia palmata Ruiz & Pav. -Cyclospermum laciniatum (DC.) Constance - Daucus montanus Humb. & Bonpl. ex Spreng. -Eremocharis longiramea (H. Wolff) I. M. Johnst.
12. APOCYNACEAE (2/2) - Matelea aliciae Morillo - Sarcostemma solanoides (Kunth) Decne. 13. ASTERACEAE (=COMPOSITAE) (14/17) - Acmella alba (L’Hér.) R. K. Jansen - Ageratina articulata (Sch. Bip. ex Hieron.) R. M. King & H. Rob. - Ageratina sternbergiana (DC.) R. M. King & H. Rob. - Baccharis linearifolia (Lam.) Pers. - Chionopappus benthamii S. F. Blake - Encelia canescens Lam. - Erigeron leptorhizon DC. - Ophryosporus galioides (DC.) R. M. King & H. Rob. - Ophryosporus peruvianus (J. F. Gmel.) R. M. King & H. Rob. - Philoglossa peruviana DC. - Philoglossa purpureodisca H. Rob. - Senecio truxillensis Cabrera - Sonchus oleraceus L. - Trixis cacalioides (Kunth) D. Don - Villanova oppositifolia Lam. - Verbesina saubinetioides S. F. Blake - Wedelia latifolia DC. 14. BEGONIACEAE (1/2) - Begonia geraniifolia Hook. - Begonia octopetala L’Hér. 15. BIGNONIACEAE - Tourrettia lappacea (L’ Hér) Willd. ex L.f. 16. BORAGINACEAE (5/6) - Cordia macrocephala (Desv.) Kunth.
- Cryptantha parviflora (Phil.) Reiche - Heliotropium angiospermum Murray - Heliotropium arborescens L. - Tiquilia paronychioides (Phil.) A. T. Richardson - Tournefortia microcalyx (Ruíz & Pav.) I. M. Johnst. 17. CACTACEAE (5/5) - Espostoa melanostele (Vaupel) Borg -Loxanthocereus sp. - Melocactus peruvianus Vaupel -Neoraimondia arequipensis (Meyen) Backeb. - Opuntia quitensis F. A. C. Weber 18. CALCEOLARIACEAE (1/3) - Calceolaria angustiflora Ruiz & Pav. - Calceolaria pinnata L. - Calceolaria utricularioides Benth. 19. CAPPARACEAE (1/2) - Capparis crotonoides (Kunth) Iltis & Cornejo - Capparis scabrida Kunth 20. CARICACEAE (1/1) - Carica candicans A. Gray 21. CARYOPHYLLACEAE - Drymaria paposana Phil. - Stellaria cuspidata Willd. ex Schltdl. 22.CELASTRACEAE (1/1) - Maytenus octogona (L’Hér.) DC. 23. CONVOLVULACEAE (2/4) - Cuscuta foetida Kunth - Cuscuta grandiflora Kunth.
- Ipomoea dubia Roem. & Schult. - Ipomoea dumetorum Willd. ex Roem. & Schult. 24. CRASSULACEAE (1/1) - Crassula connata (Ruiz & Pav.) A. Berger 25. CUCURBITACEAE (3/3) - Apodanthera ferreyrana Mart. Crov. - Cyclanthera mathewsii Arn. ex A. Gray - Sicyos baderoa Hook. & Arn. 26. EUPHORBIACEAE (2/3) - Croton alnifolius Lam. - Euphorbia lasiocarpa Klotzsch - Euphorbia viridis (Klotzsch & Garcke) Boiss. 27. FABACEAE (=LEGUMINOSAE) (3/3) - Acacia huarango J. F. Macbr. - Dalea onobrychis DC. - Parkinsonia praecox (Ruiz & Pav.) Hawkins. 28. GERANIACEAE (2/2) - Erodium malacoides (L.) L’Hér. - Geranium limae R. Knuth 29. HYDROPHYLLACEAE - Nama dichotoma (Ruiz & Pav.) Choisy 30. HYPERICACEAE - Hypericum silenoides Juss. 30. LAMIACEAE (1/1) - Salvia tubiflora J. E. Sm. 32. LOASACEAE (2/2) - Mentzelia scabra Kunth - Nasa chenopodifolia (Desr.) Weigend

                                     Tithonia diversifolia o gigantón.


33. MALVACEAE (5/7) - Cristaria multifida Cav. - Fuertesimalva pennellii (Ulbr.) Fryxell - Palaua moschata Cav. - Palaua rhombifolia R. Graham - Sida jatrophoides L’ Hér. - Urocarpidium chilense (A. Braum & C. D. Bouché) Krapov. - Urocarpidium macrocarpum Krapov. 34. NYCTAGINACEAE (3/3) - Boerhaavia coccinea Mill. - Cryptocarpus pyriformis Kunth - Mirabilis viscosa Cav. 35. ONAGRACEAE (1/1) - Oenothera laciniata Hill. 36. OROBANCHACEAE (1/1) - Castilleja scorzonerifolia Kunth 37. OXALIDACEAE (1/3) - Oxalis lomana Diels - Oxalis megalorrhiza Jacq. - Oxalis pachyrhiza Wedd. 38. PASSIFLORACEAE (1/1) - Passiflora suberosa L. 39. PIPERACEAE (1/2) - Peperomia dolabriformis Kunth - Peperomia galioides Kunth 40. PLANTAGINACEAE(1/1) - Galvezia fruticosa Gmel. 41. POLYGALACEAE (2/2) - Pteromonnina herbacea (DC.) B. Eriksen - Pteromonnina pterocarpa (Ruiz & Pav.) B. Eriksen
42. POLYGONACEAE (1/1) - Coccoloba gracilis Kunth 43. PORTULACACEAE (2/3) -Calandrinia alba (Ruiz & Pav.) DC. -Cistanthe lingulata (Ruiz & Pav.) Hershk. -Cistanthe paniculata (Ruiz & Pav.) Carolin, Roger Charles ex Hershk. 44. RUBIACEAE (1/1) -Galium aparine L. 45. SAPINDACEAE (1/1) -Cardiospermum corindum L. 46. SCROPHULARIACEAE (1/1) -Alonsoa meridionalis (L. f.) Kuntze 47. SOLANACEAE (9/20) -Browallia americana L. -Exodeconus maritimus (Benth) D’Arcy -Exodeconus prostratus (L’Hér.) Raf. -Jaltomata truxillana S. Leiva & Mione -Lycianthes lycioides (L.) Hassl. -Lycium boerhaviifolium L. f. -Lycium stenophyllum J. Remy -Nicandra john-tyleriana S. Leiva & Pereyra -Nicandra physalodes (L.) Gaertn. -Nicotiana paniculata L. -Nolana humifusa (Gouan) I. M. Johnst. -Solanum habrochaetes S. Knapp & D. M. Spooner -Solanum mochiquense Ochoa -Solanum montanum L. -Solanum multifidum Lam. - Solanum peruvianum L.
Solanum phyllanthum Cav. -Solanum pimpinellifolium L. -Solanum radicans L. f. -Solanum tuberiferum Dunal 48. TROPAEOLACEAE (1/2) -Tropaeolum minus L. -Tropaeolum peltophorum Benth. 49. URTICACEAE (1/1) -Parietaria debilis G. Forst. 50. VALERIANACEAE (2/2) -Astrephia chaerophylloides (Sm.) DC. -Valeriana pinnatifida Ruíz & Pav. 51. VERBENACEAE (1/1) -Lantana scabiosaeflora Kunth Del total de taxones registrados, se presenta un listado de unas 126 especies que habitan o son consideradas de las regiones andinas, incluídas otras de amplia distribución, las mismas que fueron recolectadas en la Loma del Cerro: Adiantum subvolubile Kuhn Polypodium lasiopus Klotzsch Pteridium aquilinum (L.) Kunth Furcraea occidentalis Trel. Puya ferruginea (Ruíz & Pav.) L. B. Sm. Tillandsia disticha Kunth Tillandsia latifolia Meyen Tillandsia multiflora (Benth) A. M. Spencer & L. B. Smith Tillandsia purpurea Ruíz & Pav. Tillandsia recurvata (L.) L. Tillandsia usneoides (L.) L.

Geranoaetus Polysoma o aguilucho variable.

       Tinantia erecta (Jacq.) Schlecht. Atriplex rotundifolia Dombey ex Moq. Aristida adscensionis L. Avena fatua L. Avena sterilis L. Bromus catharticus Vahl Browallia americana L. Eragrostis mexicana (Hornem.) Link Eragrostis nigricans (Kunth) Steud. Eragrostis peruviana (Jacq.) Trin. Exodeconus prostratus (L’Hér.) Raf. Paspalum candidum (Humb. & Bonpl. ex Flüggé) Kunth Paspalum penicillatum Hook. F. Paspalum racemosum Lam. Polypogon interruptus Kunth Jarava ichu Ruíz & Pav. Vulpia myuros (L.) C. C. Gmelin Dicliptera montana Lindau Dicliptera peruviana (Lam.) Juss. Justicia carthaginensis Jacq. Alternanthera albotomentosa Suess. Alternanthera halimifolia (Lam.) Standl. (Sudamérica y el Caribe) Chenopodium petiolare Kunth Bowlesia palmata Ruíz & Pav. Cyclospermum laciniatum (DC.) Constance Daucus montanus Humb. & Bonpl. ex Spreng. (Sudamérica) Matelea aliciae Morillo Sarcostemma solanoides (Kunth) Decne. Eremocharis longiramea (H. Wolff) I. M. Johnst. Acmella alba (L’Hér.) R. K. Jansen Ageratina articulata (Sch. Bip. ex Hieron.) R. M. King & H. Rob. Ageratina sternbergiana (DC.) R. M. King & H. Rob. Baccharis linearifolia (Lam.) Pers. Chionopappus benthamii S. F. Blake Encelia canescens Lam. Erigeron leptorhizon DC. Ophryosporus galioides (DC.) R. M. King & H. Rob. Ophryosporus peruvianus (J. F. Gmel.) R. M. King & H. Rob. (Perú y Ecuador) Philoglossa peruviana DC. Philoglossa purpureodisca H. Rob. Senecio truxillensis Cabrera (Sólo en Contumazá) Sonchus oleraceus L. (Todo América) Trixis cacalioides (Kunth) D. Don Villanova oppositifolia Lam. Verbesina saubinetioides S. F. Blake Wedelia latifolia DC. Begonia geraniifolia Hook. Begonia octopetala L’Hér. Tourrettia lappacea (L’ Hér) Willd. ex L. f. Cordia macrocephala (Desv.) Kunth. Cryptantha parviflora (Phil.) Reiche Heliotropium angiospermum Murray Heliotropium arborescens L. Tiquilia paronychioides (Phil.) A. T. Richardson
Saltamontes de los arenales.

En los reptiles, el Cerro Campana registra 10 especies (6 saurios y 4 ofidios), menor de las 17 reportadas por Brack (1974) y Aguilar (1985). Zeballos et al. (2000) reporta 10 especies (5 saurios y 5 ofidios) para las lomas de Atiquipa (8) y Mejía (7); de las cuales solamente se presentan en común dos ofidios (Alsophis elegans y Bothrops pictus) y los géneros Phyllodactylus y Microlophus, de distribución a lo largo de la costa peruana (Dixon & Huey, 1970; Dixon & Wright, 1975).

Athene Cunicularia o lechuza de los arenales.

El Cerro presenta 38 especies de aves, menor a las 42 y 85 especies registradas, para las lomas costeras del Perú, por Brack (1974) y Aguilar (1985), respectivamente. Del mismo modo, es menor respecto a las diversas lomas peruanas. Péfaur (1978) registra 39 especies de aves en las Lomas de Matarani; Wust (1987), para las lomas de Lachay registra 50 especies; Hughes (1991) reporta una riqueza semejante de 38 especies para las Lomas de Islay, incluyendo las lomas de Mejía; y Zeballos et al. (2000), registra 74 especies de aves terrestres, para las dos lomas (59 Atiquipa y 63 en Mejía).

Leptasthenura Pileata o tijeral.

Lagidium peruanum presenta una población numerosa, encontrándose la mayor parte en el sotavento; sin embargo, en los últimos cinco años, son capturadas por grupos de cazadores que pernoctan en algunas quebradas del sotavento propiciando su disminución, de manera alarmante, trayendo consigo, la disminución probable de Leopardus colocolo, que en las ocasiones que fue observada, estaban acechando a pequeños y juveniles de “vizcacha”.

 Haageocereus decumbes, “rabo de zorro”.

El Cerro conglomerado del Campana, alberga 55 vertebrados, ocupándola de acuerdo al uso que hacen de las formaciones vegetales, del microhábitat y del alimento; y son los factores extrínsecos (ecogeográficos) los que van a determinar la heterogeneidad del espacio habitable, conformando una variada gradación, propiciando una diversidad de microhábitats, y por ende una gran diversidad de vertebrados. 

Las 55 especies de vertebrados registradas es mayor que las 40 especies encontrado por Valverde (1983), para las Lomas de Iguanil; pero, menor respecto a las 113 especies registrado por Zeballos et al. (2000), para las lomas de Atiquipa (86 especies) y Mejía (88 especies)

Leptasthenura Pileata o tijeral.

TENER EN CUENTA SIEMPRE.
    Si visita este lugar sagrado por las Culturas Moche, Chimú y Lambayeque, trate de no dejar botellas, colillas de cigarros, latas ni pinte las piedras. Recuerde, este lugar es un santuario que debemos cuidar. Regresemos lo que llevemos.


NOTA: A los interesados en subir al Cerro Piedra Parada, Rupipe o Apu de los Brujos, coordinar con el: Club Social Cultural y Deportivo "Amigos Siempre Amigos" (ASA) de Chiquitoy, con registro No 11118198 SUNARP; sito Jirón Micaela Bastidas S/N AA.HH. Santa Rosa o a: tigreasa@outlook.com; TLF: 949 699 848
Facebook: A Reconstruir Chiquitoy Viejo (Chiquitayap).