jueves, 23 de abril de 2020

CONSEJOS ANTES DE VIAJAR,TRABAJO EN EQUIPO, ETC

DIEZ CONSEJOS ANTES DE VIAJAR.

Viajar es un arte.

     Con el tiempo uno se acostumbra a cómo hacer las cosas, sin embargo, hay ciertos detalles que por más que tengamos en mente, se nos olvidan una y otra vez. Teniendo esto en cuenta, te compartimos estos sencillos consejos que te facilitarán la organización de tu próximo paseo:
1. Recuerda escanear o sacar copias de cualquier documento importante que consideres llevar en tu paseo (pasaporte, visa, boletos de avión, tarjetas de crédito, licencia de conducir, etc.). Intenta siempre tener una copia de estos en tu correo electrónico.
2. No pongas todo tu dinero u otros objetos de valor en un mismo lugar. Recuerda separar tus tarjetas de crédito, cheques, y efectivo en diferentes maletas y bolsillos.
3. Trata de utilizar envases pequeños para tus productos de baño (shampoo, acondicionador, pasta dental, etc.). Esto te ayudará no sólo a ahorrar espacio, sino a facilitar tu tránsito a través de la seguridad del aeropuerto.
4. Intenta empacar la ropa que más uses en la parte de arriba y la ropa que vayas ensuciando en la parte de abajo.


5. Pon todos tus productos de baño dentro de bolsas de plástico. En caso de que uno se abra o rompa, tú y tu maleta apreciarán la doble protección.
6. No olvides tener todos tus medicamentos o documentos importantes en la bolsa de mano. También intenta llevar contigo un cepillo de dientes y pasta dental en caso de tener un largo tránsito adelante.
7. Empaca únicamente lo que estás seguro que utilizarás, especialmente en viajes que se extienden más de dos semanas. También recuerda que es posible lavar tu ropa durante tu recorrido, por lo que trata no empacar de más.
8. Recuerda que muchas prendas de vestir pueden utilizarse para diferentes momentos. Tus pants pueden ser utilizados como pijama y tus camisas también.


9. En caso de meter algún instrumento electrónico a tu maleta, recuerda voltearle las baterías. Esto se mostrará eficiente en caso de que el artículo accidentalmente se prenda durante el recorrido.
10. Para evitar los malos olores dentro de tu maleta, intenta utilizar bolsas de plástico para tus zapatos.

* Probablemente el consejo más importante que te podemos dar es: ¡prepara y disfruta! Planear todo de antemano te ayudará a relajarte durante tu viaje y a tener menos cosas en mente.
FUENTE: National Geographic en español.

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LAS ENSEÑANZAS DEL TRABAJO EN EQUIPO DE LAS HORMIGAS.

Podemos traspasar este tipo de organización a nuestra vida cotidiana y aprovechar un sistema que es realmente eficaz en cada situación. El trabajo en equipo de las hormigas nos enseña sobre:

1.      DEFINIR LOS ROLES DE CADA MIEMBRO.

No todos los individuos somos capaces de hacer las mismas tareas. Por ello, si cada miembro de un grupo o asociación tiene claro cuáles son sus obligaciones será más fácil que todo funcione correctamente.

2.      COMUNICARSE ENTRE SÍ

Si una hormiga encuentra una gran fuente de alimento llama a sus compañeras para que todas se beneficien, o si existe un peligro alerta a las demás. Lo mismo deberíamos hacer nosotros con quienes nos rodean, aunque sabemos que esto no es lo habitual, por desgracia.

3.      COMPROMETERSE.

Las hormigas hacen todo lo que pueden para cumplir con su tarea asignada, aunque eso signifique no descansar o incluso caer en las fauces de un depredador. ¿Cómo podemos las personas comprometernos realmente con alguien o algo?

4.      CAMBIAR LO QUE SEA NECESARIO.

Si por algún motivo en la colonia hay una baja en la cantidad de hormigas guerreras, aquellas que se encargan de cuidar a las larvas no dudarán un minuto en salir a defender a su gran familia. Este cambio de roles y adaptabilidad nos puede ser de gran ayuda.

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"CÓMO EL VENENO DE ABEJA ME SALVÓ LA VIDA"

Ellie Lobel tenía 27 años cuando fue mordida por una garrapata y contrajo la enfermedad de Lyme.
Aún no había cumplido 45 años cuando decidió dejar de luchar para seguir viviendo.
La enfermedad de Lyme, que afecta a unas 300.000 personas al año en Estados Unidos, está causada por la bacteria Borrelia burgdorferi.
El trastorno se puede curar si se diagnostica a tiempo y se trata con antibióticos.
Pero puede causar la muerte cuando la bacteria se propaga al corazón, las articulaciones y el sistema nervioso.
En el verano de 1996, Ellie pensó que se trataba solo de un extraño mordisco de araña.
Pero luego llegaron tres meses de síntomas gripales y horribles dolores que iban cambiando de una a otra zona del cuerpo.
Ellie, que tenía tres hijos, estaba en forma y era activa. Pero su cuerpo no sabía cómo manejar este nuevo invasor.
No podía moverse.
¿Virus?

El primer médico le dijo que se trataba solo de un virus, que seguiría su curso. Lo mismo el siguiente. Luego fue pasando el tiempo y cada médico le daba un diagnóstico distinto.
Ninguno se dio cuenta de que estaba infectada con Borrelia hasta casi un año después de contraer la enfermedad. Y para entonces ya era demasiado tarde.
"Probé todos los tratamientos", dice Ellie. Su estado iba empeorando.
Tras 15 años, renunció. "Nada funcionaba, y nadie me podía dar respuestas", dice.
"No me importaba si iba a llegar o no a mi próximo cumpleaños. Ya había tenido suficiente. Estaba dispuesta a que se terminara mi vida".
Ellie hizo las maletas y se mudó a California para morir. Y casi lo hizo.
Menos de una semana después de mudarse fue atacada por un enjambre de abejas africanas.
En ese momento, Ellie tenía que luchar solo para poder mantenerse de pie. Contaba con un cuidador que la ayudaba.
"Un día estaba de pie cerca de una pared rota cuando apareció la primera abeja", recuerda, "que me picó en la cabeza".
"De pronto, había abejas por todos lados", explica.
Su cuidador salió corriendo. Pero Ellie no podía correr, de hecho no podía ni andar.
"Estaban en mi pelo, en mi cabeza, todo lo que oía era ese zumbido loco en mis oídos. Pensé: bueno, esto es. Voy a morir aquí mismo".
Ellie, igual que entre 1% y 7% de la población mundial, sufre una alergia severa a las abejas.
Cuando tenía dos años, un picotazo le provocó anafilaxis, una reacción grave del sistema inmunitario, que provoca sudor, náusea y el cierre de las vías respiratorias.
Casi muere. Dejó de respirar y tuvo que ser revivida con un desfibrilador. Su madre le inculcó el miedo a las abejas para asegurarse de que nunca le volviese a pasar lo mismo.
Las abejas están armadas con un potente aguijón. Su veneno tiene una mezcla de muchos componentes. Quizás el más importante es el minúsculo péptido llamado melitina, responsable del sentimiento de quemazón."Me quedé sin fuerzas. Me cubrí la cara con las manos porque no quería que me picasen en los ojos. Pero lo siguiente que sucedió es que las abejas se fueron".
Cuando se disiparon finalmente, su cuidador intentó llevarla al hospital, pero Ellie se negó a ir. "Me encerré en la habitación y le dije que volviera mañana a buscar mi cuerpo".
Pero no murió. Ni ese día, ni tres o cuatro meses después. "No puedo creerme que eso pasara hace tres años, y no puedo creer que esté aquí ahora", me dice. "Me hicieron todos los análisis de sangre. Todo. Lo analizaron todo. Estoy sana". Ellie cree que las abejas, y su veneno, le salvaron la vida.


Melatina.

La idea de que las mismas toxinas del veneno que provocan daño pueden utilizarse para curar no es nueva. El veneno de abeja se ha utilizado como tratamiento en Asia oriental durante siglos.
"Tras millones de años, estas pequeñas ingenieras químicas han desarrollado una diversidad de moléculas que se dirigen a distintas partes de nuestro sistema nervioso", dice Ken Winkel, director de la Unidad de Investigación de Venenos de la Universidad de Melbourne, en Australia.
Las aplicaciones prácticas de los venenos en las terapias modernas han sido mínimas hasta hace unos diez años, según Glenn King, de la Universidad de Queensland, en Australia.
En 1997, cuando Ellie iba de médico en médico sin resultado, King estaba separando los distintos componentes del veneno de la mortal araña autraliana.
King es ahora pionero en el descubrimiento de medicamentos relacionados con el veneno.
El grupo de King fue el primero en hacer pasar el veneno de esta araña por un método de separación llamado cromatografía líquida de alta disolución, que puede separar los distintos componentes.
"Estaba pasmado", dice. "Es una mina de oro farmacológica que nadie ha explorado. Cientos y cientos de péptidos diferentes".
La melatina no solo causa dolor. En concentraciones altas las moléculas de melatina se agrupan  en anillos para crear grandes poros en las membranas, debilitando la barrera protectora de las células y provocando que aumenten y exploten como un globo.
Gracias a esto la melatina es un potente antimicrobiano que actúa contra una variedad de bacterias y hongos.
Pero, ¿es posible que las abejas realmente curaran la enfermedad de Lyme de Ellie?
Tras el ataque, Ellie miró el reloj esperando que la anafilaxis empezase a mostrar sus síntomas, pero no lo hizo.
En lugar de eso, tres horas después su cuerpo se retorció de dolor.
Durante tres días, solo sentía dolor. De pronto, el dolor desapareció.

Terapia con abejas.

Ellie empezó a preguntarse qué había sucedido. Así que hizo lo que haría cualquiera: buscarlo en Google.
Pero sus búsquedas dieron pocos frutos. Aunque sí encontró un pequeño estudio de 1997 de científicos de los Laboratorios Rocky Mountain en Montana, que descubrieron que la melatina mata a la Borrelia.
Al exponer cultivos celulares a metalina pura, los científicos descubrieron que el compuesto inhibía completamente el crecimiento de la Borrelia.
Cuando observaron de cerca, vieron que poco después de añadir la metalina, las bacterias efectivamente se paralizaban, incapaces de moverse al ser atacadas sus membranas exteriores.
Poco después, esas membranas empezaron a deshacerse, matando a las bacterias.
Convencida por su experiencia y por las pocas investigaciones que encontró, Ellie decidió intentar la apiterapia, el uso terapéutico de materiales derivados de abejas.
Empezó con un régimen de 10 picaduras al día, tres días a la semana. Después de tres años, parece que se ha recuperado del todo.
Los casos raros como el de Ellie son un recordatorio del gran potencial de los venenos. Pero trasladar el conocimiento popular en tratamientos farmacológicos puede ser un proceso largo y arduo.
"Podría llevar hasta 10 años desde el momento en que lo encuentras y lo patentas", dice King. "Y por cada uno que consigues desarrollar, 10 fracasan".
"Necesitamos investigar mucho más estos venenos", me dice Ellie convencida, "y mirar qué hay en la naturaleza que nos pueda ayudar".
FUENTE: Christie Wilcox. BBC Future.

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¿POR QUÉ LAS GALLINAS NO VUELAN?

La respuesta más sencilla a por qué las gallinas no vuelan es que se debe a su peso, ya que las gallinas domésticas al estar en cautiverio son generalmente criadas para la producción de huevos y carne de pollo.
Estas aves desde su nacimiento las someten a una crianza y crecimiento especial que las obliga a aumentar su peso, y este es otro problema que evita alzar su vuelo ya que, al pertenecer a granjas, ponen huevos por lo menos una vez por día y son obligadas a estar postradas durante mucho tiempo.
Por ser animales de granja, es muy frecuente ver que los dueños corten sus alas para evitar que salten cercas o para que no corran más rápido y así domesticarlos con más facilidad. En casos más normales, las gallinas pueden hacer vuelos cortos lo cual les permite explorar sus alrededores, pero generalmente las gallinas no vuelan sino cuando se sienten amenazadas o para escapar de los depredadores.

¿Cuál es la mayor distancia a que puede recorrer una gallina?

Las gallinas si pueden volar, pero no pueden recorrer mucha distancia como antes se dijo, sus cuerpos son muy pesados y sus alas son pequeñas, por lo que un vuelo normal de gallina sólo es de unos 30 metros más o menos. Pero el récord de mayor vuelo que ha tenido una gallina es de una distancia de 70 metros, y es mucho más de lo que podrían conseguir otras aves como Los avestruces, los pingüinos o los kiwis.


Similitudes con los pollos salvajes.

Los pollos salvajes a diferencia de las gallinas domesticas son de un peso mucho más bajo y solo ponen huevos dos veces al año, pero a pesar de que son animales salvajes, igualmente no pueden ejecutar grandes desplazamientos de vuelo. Otra explicación que podría ser un poco más lógica es que las gallinas no vuelan ya que en su periodo de evolución, fue domesticada y perdió la necesidad de volar para escapar de depredadores que las vean como presas.
Las gallinas no tienen lo que se conoce como huesos neumáticos, ni músculos en el área pectoral lo cual desarrollaría sus alas y así poder emprender un vuelo normal, y realmente es por lo que muy poco se ven gallina volando, ya que solo viven para estar domesticadas y estar gordas para ser consumidas por los hombres.

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“REALMENTE LOS HUMANOS Y CHIMPANCÉS SOMOS CASI LA MISMA CRIATURA”

El primatólogo Tetsuro Matsuzawa de la Universidad de Kyoto, ha dedicado su vida a estudiar la inteligencia de los chimpancés. Gracias a él sabemos que no somos los seres más listos del planeta, nuestro pariente vivo más próximo nos gana en memoria visual.
Si en una pantalla de ordenador se muestra una secuencia del 1 al 9 que desaparece al instante, ningún humano es capaz de retener dicha correlación y señalarla, pero un chimpancé joven sí. Es una capacidad, la de la memoria visual, que pudimos perder al dar paso al desarrollo del lenguaje y que nuestros primos más cercanos aún conservan. Es la denominada hipótesis del intercambio cognitivo.
Tetsuro Matsuzawa, director del Instituto de Investigación de Primates de la Universidad de Kioto, ha estudiado la inteligencia de los chimpancés durante más de cuatro décadas para comprender a través de ellos cómo ha evolucionado nuestra mente. “Los chimpancés tienen su propia forma de comunicarse”, explica durante la presentación de sus estudios en la Fundación Biodiversidad, a la vez que imita sus llamadas de ‘hola’.
En su laboratorio en la Universidad de Kioto tiene una ‘socia’, según él mismo dice. Se trata de Ai, una hembra de chimpancé que conoció con un año de edad y que protagoniza gran parte de sus investigaciones. Su nombre significa amor: “es común en Japón”, apunta.
En 2000 Ai tuvo una cría (Ayumu) que, a diferencia de lo que se hacía antes en el laboratorio, no ha sido separado de su madre para continuar con la investigación. “Pensamos que no era lo correcto. Ella está presente en los estudios y gracias a esta actuación directa podemos trabajar sin protección”.
De hecho, el equipo es capaz de sentarse para hacer un encefalograma o una ecografía y observar así el volumen del cerebro de un feto y su evolución de manera colaborativa.
Además de Ai y Ayumu, en el Primate Research Institute viven otros chimpancés que entran y salen libremente de sus jaulas y participan también cuando ellos quieren en los diferentes ensayos cognitivos que los investigadores preparan. “No los forzamos a hacer estos experimentos y cada uno recibe unas tareas adecuadas”.
Les enseñaron, por ejemplo, el abecedario y letras en japonés que se traducen por algunos colores. “No existe ninguna relación entre el símbolo de la letra en japonés y el color, y aun así lo identifican. Para eso hace falta algo de imaginación”, asegura.
Esta sería la principal distinción entre humanos y chimpancés. “La imaginación es una fuerza única del ser humano y es la base para entender la mente de los demás. Los chimpancés viven en el presente, nosotros también tenemos pasado y futuro. Ellos viven aquí y ahora, no tienen ansiedad. Nosotros tenemos esperanza”.
En libertad, los chimpancés aprenden las destrezas de sus mayores a través del llamado ‘aprendizaje por el maestro’ que, a diferencia de los humanos, implica que no enseñan a su prole sino que esta aprende por observación. “Les muestran un modelo que la cría repite porque tiene una motivación muy fuerte. El adulto manifiesta una tolerancia muy alta para dejarles observar y aprender”.
También muestran otras diferencias como cuando son crías. “Solo los bebés humanos lloran por la noche. Las crías de chimpancé no lo hacen porque la madre siempre está ahí”. Asimismo, los comportamientos de colaboración de madre a hijo existen, pero no al contrario. “He visto como una madre tiende una mano a su cría, pero no al revés”.

¿Por qué un chimpancé puede enseñarnos a entender la mente humana?

El estudio de los chimpancés es bastante reciente, de hace unos 50 años. Pero si no existieran investigaciones sobre estos animales, los humanos estaríamos convencidos todavía de que somos ejemplares muy especiales. Nosotros por un lado y los animales por otro, en una estricta dicotomía. Pero cuando se comienza a analizar a estos primates en libertad y en los laboratorios, te das cuenta de que son muy parecidos y cercanos a los humanos. O incluso nos superan, como ya demostró nuestra investigación más conocida: la memoria visual de los chimpancés.
Sí, son mucho mejores memorizando visualmente números que desaparecen en una fracción de segundo...
Es que esta captura de memoria fotográfica directamente no existe en los humanos. La gente piensa que somos la criatura más inteligente en el mundo, que no somos como los perros, las tortugas o las aves, pero yo digo que no. Los chimpancés son mejores capturando los números del 1 al 9. Esto es algo 100 % seguro. Muchos han intentado replicarlo y ningún humano puede competir con los chimpancés jóvenes.

¿Nos podrían superar en otras facetas?

Puede haber muchas más cosas en las que sobresalgan, pero no lo sabemos todavía. Si les enseñas, por ejemplo, una foto de alguien conocido –como la de Cristiano Ronaldo– pero dada la vuelta, para ellos no es difícil de reconocer. Aunque todavía son estudios algo controvertidos y estamos esperando a tener más datos.


¿Cómo son sus relaciones familiares comparadas con las nuestras?

No hay mucha gente que entienda claramente la familia y la sociedad en humanos. Para los primatólogos que estudian a todas las especies (447 en total, desde bonobos, monos japoneses, orangutanes, gorilas o babuinos), los humanos somos solo una de ellos. Si lo ves desde este punto de vista, nosotros tenemos un vínculo muy fuerte de pareja entre hombre y mujer. En otros primates también existe, pero no ocurre con los chimpancés. Pueden vivir en un grupo de cincuenta individuos o hasta cien, pero las hembras tienen relaciones con todos los machos. Su manera de vivir es diferente.
Somos 98,77 % chimpancés según nuestra genética. Siendo nuestros ‘primos’ más cercanos, ¿por qué somos tan diferentes aparentemente?
Una gran diferencia es que su cuerpo está cubierto de pelo negro. Sin embargo, si te fijas en los perros, un chiguagua o un san bernardo son diferentes razas, pero su genética es la misma. Es una criatura única denominada Canis familiaris. En los humanos en una generación se puede cambiar el color del pelo o el de los ojos, la apariencia externa es fácil de manipular. El estudio de los chimpancés nos demuestra que no podemos dejarnos llevar por las apariencias físicas. Humanos y chimpancés somos casi la misma criatura.
Lleva toda una vida dedicado al estudio de chimpancés. ¿Qué le gustaría afrontar en el futuro?
Ahora he empezado a investigar a los bonobos, que tienen hembras dominantes, no como los chimpancés, sus comportamientos sexuales son muy diferentes y tampoco se matan entre ellos. También a los gorilas, a los monos japoneses y a los orangutanes. Pero mi idea es seguir a los chimpancés tanto tiempo como pueda.

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