¿QUÉ ES UN OLOR? - LA MANGUERA: ORIGEN, EVOLUCIÓN - LUCES DE BENGALA - ¿POR QUÉ VUELAN LOS GLOBOS? - LA PAREJA IDEAL: REALIDAD O SUEÑO.

¿QUÉ ES UN OLOR?

Intentar definir qué es un olor no puede limitarse a una explicación biológica técnica o científica.
Un aroma puede tener una lista infinita de significados. Un aroma son sigilosos pasos de recuerdos que se abren camino en nuestra memoria, y emociones que crean lágrimas y sonrisas. Además de enigmáticas combinaciones genéticas que nos predisponen más hacia uno u otro olor.
Por todo esto un olor es, muchas veces, algo que puedes sentir, pero no explicar.
Aunque en principio es lógico pensar que para contestar a esta pregunta hacen falta ciertos conocimientos en biología o fisiología, olvídalo. Es la propia ciencia la que sugiere interrogar a la parte emocional de nuestro cerebro.

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El trabajo del marketing olfativo se basa precisamente en utilizar las emociones que los aromas producen en cada uno de nosotros para conectarnos con un negocio o una marca. Y ahí reside también el éxito de los ambientadores profesionales, diseñados para este fin.
La memoria olfativa establece vínculos entre nuestras vivencias y los olores que las protagonizan. Una experiencia vital positiva probablemente transformará el olor que percibimos en un recuerdo positivo por sí mismo. Más adelante, cuando ese olor aparece de nuevo, la memoria olfativa se encarga de despertar esa emoción dormida.
Imagina una mañana temprano: paseas sobre el césped mojado, todo está tranquilo y huele a lluvia. Los minutos transcurren perfectos. En ese momento, tu memoria olfativa ha empezado a trabajar. Se ha construido un recuerdo.

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LA MANGUERA: ORIGEN, EVOLUCIÓN.

 
La primera manguera de que se tiene noticia fueron cañas conectadas que llevaban el agua a las terrazas cultivadas de Asia Menor hace 5000 años. Pero aquel material presentaba un problema: su rigidez hacía que se rompieran con facilidad. Así pues, la manguera no podía concebirse sin un material flexible.
El sabio inventor y físico griego del siglo III a.C. Ctesibio había inventado una manguera contra incendios basada en el principio físico del bombeo por presión, que sería uno de los principales elementos del bombero romano.
En la Edad Media se olvidaron todos aquellos avances y sus ideas para sofocar los incendios no fueron más allá del acarreo de cubos de agua allá donde fuese necesario.
Pero a mediados del siglo XVI se emplearon unos tubos de madera orientables utilizados como manguera para extinción de fuegos, habían sustituido al cubo y al hacha.
 
¿Quién inventó la manguera?
La manguera fue inventada por el holandés Jan van der Heyden en 1673 en la ciudad de Amsterdam. Van der Heyden era jefe del cuerpo de bomberos e ideó una manguera de cuero que era bastante flexible. Es la primera manguera de bomberos del mundo.
En la actualidad, se puede observar el ejemplar original en una sala del Museo de Bomberos de la localidad holandesa de Hellevoestsluis. Se trata de una manguera de 10 metros de longitud y realizada con piel curtida de vaca.

Evolución de la manguera.
Pese a que se conocía desde el siglo XVI, la goma no fue aplicada a la manguera de riego hasta 1835. Un anuncio publicitario de la época habla del caucho como “la cosa más extraordinaria que se haya visto nunca”.
En el año 1850 había mangueras de gutapercha (goma translúcida flexible) para sustituir a la regadera y al carro de riego tirado por un caballo o asno. En 1848 un tal monsieur Combaz creó un sistema que permitía regar a modo de lluvia artificial si se hacía con arte: era la manguera. El agua se dejaba caer desde lo alto para evitar que su golpe directo perjudicara a las plantas delicadas.
En el año 1914 surgió la primera manguera de goma sintética, invento del que todos se hicieron eco, así como de la versatilidad del nuevo material, tan flexible que permitía hacer sostenes de señora, calzado de caballero, aislantes eléctricos e incluso anticonceptivos.

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LUCES DE BENGALA.

Son varillas muy delgadas de metal, recubiertas de pólvora, polvo de hierro u otros metales como el aluminio o incluso titanio, que funciona como combustible. Se basan en una reacción química muy básica, por lo cual solo hace falta un combustible metálico y un oxidante. El oxidante es nitrato de potasio y todo se amalgama mediante un derivado de almidón llamado dextrina.

La American Chemical Society menciona que, aunque las luces de bengala no son tan peligrosas como un petardo, no son juguetes. Su punta incandescente alcanza temperaturas entre mil y mil 600 grados Celsius, y mantienen el calor bastante tiempo, así que no es conveniente tocarlas ni siquiera después de haberse consumido.

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¿POR QUÉ VUELAN LOS GLOBOS?

La idea pudo surgir al ver cómo suben con el aire caliente las pajas de una hoguera.
La clave está en la diferencia de fuerzas que empujan al globo hacia arriba y hacia abajo
El pasado mes de mayo, un globo aerostático se estrelló en Capadocia, en el centro de Turquía, acabando con la vida de tres personas e hiriendo a más de 20. A pesar de los riesgos, volar en globo siempre ha sido una aventura atractiva, pues permite viajar por el aire sin ruidos y viendo la Tierra como un pájaro.
La idea pudo surgir al ver como las pajas de las hogueras se elevan con el aire caliente que sale de ellas. Quien se haya fijado en una fogata habrá observado que el aire caliente sube cuando está rodeado de aire frío. La analogía es inmediata. Si llenamos un globo de papel o de tela con aire caliente, ¿no ascenderá como las pajas al calor de la hoguera?

Ambos fenómenos son parecidos físicamente, pero no iguales. El de la hoguera es muy complejo, pero lo que sucede en el globo, es más simple. Es el mismo que nos hace flotar al bañarmos en el mar. Es lo que llamamos el principio de Arquímedes.
Cuando el aire está caliente, sus moléculas se mueven más deprisa y ocupan más espacio, aún teniendo la misma masa. Cuando la temperatura del aire aumenta, la densidad del mismo hace exactamente lo contrario. La fuerza hacia abajo es proporcional a la masa del aire caliente más la de los objetos que cuelgan del globo. La fuerza hacia arriba, en cambio, es proporcional a la masa de aire frío que ocupa el mismo volumen que la masa de aire caliente dentro del globo. La diferencia entre ambas fuerzas es lo que hace subir o bajar al globo. El problema de los globos es que se mueven con el viento y que pierden flotabilidad al ascender debido a que se igualan las densidades del aire de dentro y de fuera del globo.

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LA PAREJA IDEAL: REALIDAD O SUEÑO.

Solemos idealizar a nuestra pareja o relación, de tal manera que cuando las cosas no son como esperamos, la frustración y la decepción pueden llegar a ser muy fuertes.
Es preciso darnos cuenta, de que no existe una única definición para encontrar a “la pareja ideal” y que son varias las características que pueden convertir una relación en “perfecta”, únicamente para nosotros.
Como primera medida, quizás sea bueno recordar que para que nuestro noviazgo, convivencia o matrimonio sea ideal, no sólo necesitamos ser felices con quién tenemos al lado, sino también con nosotros mismos. Todo lo demás es un adicional, algo accesorio, que puede estar o no.
¿Quién dice que la pareja ideal no pelea, no tiene problemas y no sortea dificultades? ¡Eso es un preconcepto muy difundido en la sociedad, en las películas y en los libros! Pero a esta altura de tu vida, seguro sabrás que nada es así en la realidad.

El matrimonio o la pareja, está compuesto por dos personas que no son perfectas y que pueden cometer errores. Equivocarse no es algo malo y además, nos sirve para crecer como individuos y como pareja. Tampoco es negativo discutir de vez en cuando o tener puntos de vista diferentes, porque eso nos permite conocer al otro y salir adelante los dos juntos.
Es más, hasta podría decirse que los problemas y las dificultades son lo que nos ayudan a forjar una mejor relación, ser más compañeros y cómplices.
De nada sirve estar siempre de acuerdo con el otro, porque además de ser todo muy aburrido y rutinario, en aquel momento en que realmente haya un problema no sabremos cómo superarlo juntos.
Es más fácil que una relación se vea afectada por las tempestades si nunca han atravesado tan siquiera una brisa, que superarlas luego tras varios huracanes y tsunamis.