AVES
INSECTÍVORAS
La alimentación de los seres vivos es un proceso fundamental para la sobrevivencia en cualquier espacio, por ello los procesos evolutivos han dotado a las diferentes especies de características particulares tanto anatómicas como fisiológicas que les permiten adaptarse a un determinado hábitat y de esta forma poder hacer uso de manera eficiente de los recursos que este le proporciona. En este artículo describiremos las características y adaptaciones que tienen las aves insectívoras para vivir en distintos hábitats.
En la definición de las aves insectívoras, se ha llegado al consenso de que son aquellas cuya alimentación se compone en su mayoría de insectos. Por lo que en este grupo podremos encontrar aves que consumen en determinado momento o como complemento de su dieta frutas, vegetales o granos, pero si la mayor parte de su alimento se base en insectos se debe considerar como aves insectívoras.
Las aves insectívoras no se unen a un solo patrón distintivo, sino que dependiendo de su hábitat van a expresar características propias necesarias para la adaptación al medio externo, por estos aspectos es que se encuentran gran diversidad de especies pertenecientes a diferentes grupos taxonómicos. Sin embargo, una de las características que pudieran tener en común es con respecto a su tamaño o dimensión, ya que la mayoría de ellas son pequeñas, aunque ciertas especies pueden ser medianas, tal es el caso del cuco.
Gracias a la gran diversidad de especies, las coloraciones de estas son variadas y en cuanto al comportamiento también dependerá del ejemplar, hay algunas que les gusta comer durante el día y otras por las noches e incluso hay individuos que son migradores.
Con respecto a la alimentación de estas aves, se conoce que tienen un amplio repertorio para comer distintos tipos de insectos, entre los cuales se encuentran las distintas fases del ciclo de vida como las larvas, mariposas, moscas, abejas, mosquitos, avispas e incluso pueden comer algunos coleópteros como los escarabajos. Dependerá de cada especie y su proceso de adaptación escoger los insectos que puedan comer y si lo hacen de manera general, con cualquier tipo de insecto, por lo que serían aves insectívoras generalistas o se especializan en alguna especie en particular, en este caso serían aves insectívoras especialistas.
ADAPTACIONES
Como ya se ha mencionado las aves insectívoras abarcan múltiples especímenes, las cuales se han adaptado a su medio con la finalidad de beneficiarse de los recursos alimenticios que este les ofrece. Las adaptaciones que mejor se observan en estas aves las podemos notar en los picos, los cuales se han modificado para capturar con más eficiencia los insectos preferidos por cada especie.
Hay aves que poseen un pico corto y aplanado, esto les ayuda a capturar a las presas cuando se encuentran en pleno vuelo, otra forma de pico presente en las aves insectívoras son los cortos y rectos tal como los tiene el petirrojo, mientras que picos más finos y largos los poseen las aves que sacan los insectos y lombrices de la tierra, un caso particular lo representa el pájaro carpintero con su pico fuerte, recto y su terminal en punta con el cual rompe la corteza de los árboles en busca de su alimento.
Otra característica adaptativa de las aves insectívoras son unas plumas que se encuentran ubicadas alrededor del pico, así como de los ojos en forma de pestañas, estas plumas reciben el nombre de vibrisas o bridas y le ayudan a las aves a tener una mayor sensibilidad para localizar y capturar a los insectos.
IMPORTANCIA
ECOLÓGICA Y PARA EL HOMBRE
Tienen una gran importancia a nivel ecológico pues forman parte de las redes tróficas, fungiendo en parte como depredadores de los consumidores primarios, en lo que hacen vida los insectos, su importancia radica en que son un factor clave en la transferencia de energía de un nivel a otro, ya que utilizan la energía de los organismos consumidores primarios que a su vez se alimentan de los ejemplares productores. Al extraer y aprovecharse de esa energía, pasan a ser fuente para el nivel trófico inmediato o superior, manteniendo de esta manera el equilibrio ecológico en la naturaleza.
Por su parte, las aves insectívoras también son de gran utilidad para el hombre, sobre todo en las áreas de siembra, ya que pueden mantener controlado el número de insectos que hacen vida en un área determinada y que pueden ser consideradas como plagas al hacerle daño a los cultivos mediante su alimentación, por lo que actúan como verdaderos controladores biológicos lo que podría disminuir de manera significativa el daño que los insectos podrían causarles a estos cultivos.
Como ya se ha mencionado las aves insectívoras abarcan múltiples especímenes, las cuales se han adaptado a su medio con la finalidad de beneficiarse de los recursos alimenticios que este les ofrece. Las adaptaciones que mejor se observan en estas aves las podemos notar en los picos, los cuales se han modificado para capturar con más eficiencia los insectos preferidos por cada especie.
Hay aves que poseen un pico corto y aplanado, esto les ayuda a capturar a las presas cuando se encuentran en pleno vuelo, otra forma de pico presente en las aves insectívoras son los cortos y rectos tal como los tiene el petirrojo, mientras que picos más finos y largos los poseen las aves que sacan los insectos y lombrices de la tierra, un caso particular lo representa el pájaro carpintero con su pico fuerte, recto y su terminal en punta con el cual rompe la corteza de los árboles en busca de su alimento.
Otra característica adaptativa de las aves insectívoras son unas plumas que se encuentran ubicadas alrededor del pico, así como de los ojos en forma de pestañas, estas plumas reciben el nombre de vibrisas o bridas y le ayudan a las aves a tener una mayor sensibilidad para localizar y capturar a los insectos.
Tienen una gran importancia a nivel ecológico pues forman parte de las redes tróficas, fungiendo en parte como depredadores de los consumidores primarios, en lo que hacen vida los insectos, su importancia radica en que son un factor clave en la transferencia de energía de un nivel a otro, ya que utilizan la energía de los organismos consumidores primarios que a su vez se alimentan de los ejemplares productores. Al extraer y aprovecharse de esa energía, pasan a ser fuente para el nivel trófico inmediato o superior, manteniendo de esta manera el equilibrio ecológico en la naturaleza.
Por su parte, las aves insectívoras también son de gran utilidad para el hombre, sobre todo en las áreas de siembra, ya que pueden mantener controlado el número de insectos que hacen vida en un área determinada y que pueden ser consideradas como plagas al hacerle daño a los cultivos mediante su alimentación, por lo que actúan como verdaderos controladores biológicos lo que podría disminuir de manera significativa el daño que los insectos podrían causarles a estos cultivos.
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EL GANSO
Entre el grupo de los animales herbívoros, se encuentran muchas clasificaciones, entre ellas, los granívoros, entre los cuales se agrupan a los gansos. Como bien se mencionó, muchas personas suelen confundirlos con los patos, sin embargo, son especies distintas. Por ello, es importante conocer más sobre ellos, sus características, hábitat, alimentación y forma de vida en general.
Características: aspecto y comportamiento
Los gansos son unas aves acuáticas, que se caracterizan por tener el cuerpo robusto y pesado. Existen varios tipos de especies, en donde se tienen conocimiento de unas 29, entre los que destacan:
De frente blanca.
Ganso blanco.
Branta bernicla.
Branta sandvicensis.
Emiten constantemente sonidos, bien sea cuando se encuentran en peligro, para comunicarse entre sí, e incluso cuando derrotan a algún enemigo. De hecho, tienen una acción peculiar cuando se encuentran enojados, y es que hacen que las plumas de su cuello vibren.
Son por lo
general animales sociables, ya que pasan su vida en grupos. Además, son
monógamos, ya que pasan su vida con una sola pareja, con la cual crean vínculos
muy fuertes, y se dedican a criar y cuidar a sus crías en conjunto. Sin
embargo, esto se da únicamente cuando viven en su hábitat natural; ya que cuando
son domesticados, suelen mantener un comportamiento polígamo, por lo que, a
fines reproductivos, resulta beneficioso.
Sus alas también son muy fuertes, y es que poseen la fuerza necesaria para elevar el vuelo, y sostener el cuerpo pesado que poseen. Algo que los caracteriza es precisamente la forma en la que vuelan en grupo; ya que lo hacen en forma de “V” como un método de conservación de energía.
Sus alas también son muy fuertes, y es que poseen la fuerza necesaria para elevar el vuelo, y sostener el cuerpo pesado que poseen. Algo que los caracteriza es precisamente la forma en la que vuelan en grupo; ya que lo hacen en forma de “V” como un método de conservación de energía.
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MARIPOSA:
TIEMPO DE VIDA
La vida promedio de una mariposa es de unos 30 días, aunque las mariposas más pequeñas, que generalmente se pueden ver revoloteando en el jardín, viven alrededor de una semana.
Las únicas mariposas que viven mucho más son las mariposas Capa de luto, algunos heliconianos tropicales y las mariposas Monarcas. Todas estas especies tienen una vida promedio de aproximadamente 9 meses.
EL CLIMA
DETERMINA LA EXTENSIÓN DE LA VIDA DE UNA MARIPOSA.
Las mariposas son criaturas de sangre fría, por lo cual debe considerarse el clima como uno de los factores para determinar la extensión de su vida.
Si el huevo de mariposa se ha puesto justo antes de que llegue el clima frío, por ejemplo, permanecerá en forma de huevo hasta que el clima se caliente, y tan pronto como lo haga, la oruga eclosionará y todo comenzara de nuevo.
Si la mariposa es adulta y el clima comienza a volverse más frío y aún no migrado hacia el sur, la mariposa hibernará en algún lugar hasta que el clima sea más caliente.
Técnicamente entonces, esto significa que una mariposa podría vivir muchos meses más que el promedio estimado para su especie. Todo dependerá directamente del clima y de la etapa de vida en la que se encuentre la mariposa cuando llegue el invierno.
Las mariposas libres en la naturaleza siempre están expuestas a muchos depredadores, como aves y otros insectos, por lo que es posible que no lleguen a vivir tanto como sean capaces de hacerlo.
Las mariposas son criaturas de sangre fría, por lo cual debe considerarse el clima como uno de los factores para determinar la extensión de su vida.
Si el huevo de mariposa se ha puesto justo antes de que llegue el clima frío, por ejemplo, permanecerá en forma de huevo hasta que el clima se caliente, y tan pronto como lo haga, la oruga eclosionará y todo comenzara de nuevo.
Si la mariposa es adulta y el clima comienza a volverse más frío y aún no migrado hacia el sur, la mariposa hibernará en algún lugar hasta que el clima sea más caliente.
Técnicamente entonces, esto significa que una mariposa podría vivir muchos meses más que el promedio estimado para su especie. Todo dependerá directamente del clima y de la etapa de vida en la que se encuentre la mariposa cuando llegue el invierno.
Las mariposas libres en la naturaleza siempre están expuestas a muchos depredadores, como aves y otros insectos, por lo que es posible que no lleguen a vivir tanto como sean capaces de hacerlo.
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HISTORIA DEL
VESTIDO DE NOVIA
Es fácil imaginarse un vestido de novia: blanco (o similar, llámese marfil, hueso, perla o champaña), absolutamente esplendoroso y, de alguna forma, una personificación de la mujer que lo usa. Muchas veces, también, es un vestido único: la novia lo usa para su gran día y después lo archiva en su baúl de recuerdos, para no ponérselo nunca más. Pero no siempre fue así: el color blanco de los vestidos de novia es una invención moderna. De hecho, la misma existencia de una prenda especial para el día de la boda es relativamente reciente.
Tal vez los primeros vestigios del vestido de novias se encuentran en Babilonia, Sumer y Asiria, en donde se llevaba a las jóvenes para ser vendidas en una especie de mercados de esposas. Las mujeres eran escogidas por sus futuros maridos de acuerdo con su belleza. Resulta casi imposible concebir que no fueran vestidas de manera especial para resaltar sus atributos y, así, incrementar su valor.
Pero los primeros en emplear un verdadero traje ceremonial especial para celebrar la unión matrimonial de parejas parecen haber sido los chinos. Hace unos tres mil años atrás, la Dinastía Zhou impuso la obligación de usar ciertos colores en las celebraciones matrimoniales: novia y novio debían usar batas negras con metidos rojos sobre una prenda interior blanca, siempre visible. Esta imposición continuó bajo la Dinastía Han (que asumió al poder cerca del año 200 a.C.) que, además, introdujo el uso de distintos colores para las diferentes estaciones: verde en la primavera, rojo en el verano, amarillo en el otoño y negro en el invierno. Y aun hoy, las novias chinas usan, como una especie de talismán, el famoso «traje fénix» de color escarlata en el día de su boda.
En Occidente, la historia es algo distinta: en lugar de conformarse como parte de un edicto real, el vestido de novias es más bien el resultado de un proceso social algo más complicado.
Frente del baúl (cassone) narrando la historia bíblica de Ester, creado alrededor de 1460–70. La ilustración representa la boda de Ester en el contexto de la Florencia del siglo XV. La novia es presentada con un lujoso traje hecho con hilos de oro. Imagen cortesía del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Ya en el Renacimiento, se celebraban esplendorosas bodas de los más importantes personajes de la sociedad. En Florencia, por ejemplo, se acostumbraba vestir a las novias con sus mejores vestidos, con frecuencia en tonos dorados o con brocados de oro sobre fondos de colores vivos. Vestidas esplendorosamente, ellas eran llevadas, a veces montadas sobre un caballo blanco, en una grandiosa procesión desde la puerta de su hogar hasta la casa de su marido. Por esta época el matrimonio era más un intercambio de bienes —entre ellos las mujeres de la familia— y una estrategia de negocios que buscaba expandir la red comercial familiar, entonces era más que lógico que las mujeres fueran vestidas en los más lujosos vestidos para demostrar las riquezas familiares. El intercambio de familias muchas veces se demostraba en insignias y símbolos de las dinastías familiares, incluidos sus escudos de armas, que eran incluidos en los motivos decorativos de los vestidos. Además, como la única misión de la mujer era mantener la fidelidad de su marido y procrear hijos varones, sus vestidos eran adornados con joyas de todo tipo para protegerlas del mal y concederles fertilidad: las perlas y el coral rojo eran las más comunes.
Durante siglos,
se mantuvo la tradición de que la mujer usara su mejor vestido, sin importar el
color para su boda. Y, casi a modo de excepción, algunas de las más importantes
mujeres en las cortes europeas eligieron casarse de blanco. La primera que
conocemos fue la Princesa Philippa de Inglaterra, quien usó una túnica blanca
con forro de armiño para su matrimonio con el Rey Eric de Escandinavia en 1406.
En 1558, María Estuardo, Reina de Escocia, usó un vestido blanco para su boda
con el futuro Rey de Francia, sin importarle que, para entonces, el blanco era
considerado un color de luto en la corte francesa. En 1816, la Princesa Carlota
de Inglaterra usó un vestido de lamé de plata con corte imperio para su boda
con el Príncipe Leopoldo de Saxe-Coburg-Saalfeld. Y, en general, muchas mujeres
de la nobleza y familias adineradas eligieron usar vestidos blancos para sus
bodas —y otras ocasiones especiales— porque éste era el color más lujoso en
aquella época: costoso por las dificultades técnicas para blanquear las telas y
difícil de mantener por el poco acceso a detergentes que mantuvieran su color.
No fue sino hasta 1840, cuando la Reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto de Saxe-Coburg-Gotha, que el blanco se convirtió en la regla. Esto parece haber sido ayudado por los avances en la imprenta y el auge de las revistas de modas que difundieron la idea. Otro factor importante pudo haber sido el mayor acceso al color blanco que generaron las nuevas técnicas industrializadas de producción textil y lavado en el siglo XIX. Finalmente, la asociación del blanco con la pureza, la inocencia y la virginidad parece haber sido acorde a los planteamientos victorianos sobre el papel de la mujer en la sociedad. Sin embargo, como ocurre con muchísimos otros aspectos de la historia de la modaModelos caminando en la pasarela del desfile de Georges Hobeika en la semana de la moda de Alta costura de París en julio de 2019.
Según la política editorial de Fashion Theory: The Journal of Dress, Body & Culture, la moda es una "construcción cultural de la identidad encarnada." Como tal, la moda abarca una...
, no es posible atribuir la adopción del vestido de novia blanca a un sólo fenómeno. Y lo más importante: tal vez nunca sabremos con certeza cuándo empezó ni cómo se gestó en realidad.
Lo cierto es que el vestido blanco sigue siendo la tradición para las novias en el mundo occidental, incluso años después de la boda de la Reina Victoria. Durante la década de 1920 se acortó y adquirió una figura tubular, en los 50s se volvió a anchar la falda para responder a la repuesta silueta del New Look y, con los años, se ha ido acomodando a la estética que define el estilo de su era. Con frecuencia, el vestido de novias ha sido decorado con detalles románticos como el encaje y los bordados de perlas, a veces resaltando distintas técnicas de producción textil nacionales y artesanales. Y aunque siempre han existido mujeres amantes de la moda (a algunos les gusta llamarlas fashionistas, tomando un término en inglés) las que se atreven a saltarse la norma y usar otros colores en sus bodas, el blanco es, por excelencia, el color del vestido de novia. Y su capacidad de perdurar en el tiempo, según Edwina Ehrman, curadora senior del Museo de Victoria y Alberto en Londres, es su capacidad de adaptación a través de los años.
No fue sino hasta 1840, cuando la Reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto de Saxe-Coburg-Gotha, que el blanco se convirtió en la regla. Esto parece haber sido ayudado por los avances en la imprenta y el auge de las revistas de modas que difundieron la idea. Otro factor importante pudo haber sido el mayor acceso al color blanco que generaron las nuevas técnicas industrializadas de producción textil y lavado en el siglo XIX. Finalmente, la asociación del blanco con la pureza, la inocencia y la virginidad parece haber sido acorde a los planteamientos victorianos sobre el papel de la mujer en la sociedad. Sin embargo, como ocurre con muchísimos otros aspectos de la historia de la modaModelos caminando en la pasarela del desfile de Georges Hobeika en la semana de la moda de Alta costura de París en julio de 2019.
Según la política editorial de Fashion Theory: The Journal of Dress, Body & Culture, la moda es una "construcción cultural de la identidad encarnada." Como tal, la moda abarca una...
, no es posible atribuir la adopción del vestido de novia blanca a un sólo fenómeno. Y lo más importante: tal vez nunca sabremos con certeza cuándo empezó ni cómo se gestó en realidad.
Lo cierto es que el vestido blanco sigue siendo la tradición para las novias en el mundo occidental, incluso años después de la boda de la Reina Victoria. Durante la década de 1920 se acortó y adquirió una figura tubular, en los 50s se volvió a anchar la falda para responder a la repuesta silueta del New Look y, con los años, se ha ido acomodando a la estética que define el estilo de su era. Con frecuencia, el vestido de novias ha sido decorado con detalles románticos como el encaje y los bordados de perlas, a veces resaltando distintas técnicas de producción textil nacionales y artesanales. Y aunque siempre han existido mujeres amantes de la moda (a algunos les gusta llamarlas fashionistas, tomando un término en inglés) las que se atreven a saltarse la norma y usar otros colores en sus bodas, el blanco es, por excelencia, el color del vestido de novia. Y su capacidad de perdurar en el tiempo, según Edwina Ehrman, curadora senior del Museo de Victoria y Alberto en Londres, es su capacidad de adaptación a través de los años.
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EL OTOÑO Y SUS
COLORES
En otoño, con el paso de los días, cada vez hay menos horas de sol y esto reduce la actividad fotosintética, lo que va dejando sin clorofila a las hojas de los árboles caducifolios. Las precipitaciones y el viento ayudan a su caída.
Las condiciones
meteorológicas pueden provocar un adelanto o un atraso en esta evolución
vegetal. Las hojas irán perdiendo su color verde, volviéndose amarillas,
marrones, pardas y en algunos casos rojizas, empezando su caída, que será
notablemente ayudada por las cambiantes condiciones atmosféricas propias de
esta estación, días con más precipitaciones y más viento.
Muchos de nuestros bosques caducifolios tienen variedad de especies, por lo que la transición de colores no es uniforme, existe un desfase temporal, incluso dentro de un mismo árbol, por lo que hay diferentes tonalidades. Además, existen factores locales de tipo orográfico, como por ejemplo la ladera de solana frente a las zonas de umbría, dando como resultado microclimas particulares que afectan a áreas aún más pequeñas dentro del propio bosque.
Muchos de nuestros bosques caducifolios tienen variedad de especies, por lo que la transición de colores no es uniforme, existe un desfase temporal, incluso dentro de un mismo árbol, por lo que hay diferentes tonalidades. Además, existen factores locales de tipo orográfico, como por ejemplo la ladera de solana frente a las zonas de umbría, dando como resultado microclimas particulares que afectan a áreas aún más pequeñas dentro del propio bosque.
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