Llevando el arte al movimiento con la creación de gif animados. Historia local, arte y cultura.
martes, 17 de enero de 2023
SEMBRADO - KIMONO - MASCOTA -VIDA MARINA- TRIGAL.
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MIS CREACIONES: TEMAS LIBRES.
viernes, 13 de enero de 2023
BROTE - CABINA - CASCADA - CONEJO - CONQUISTA
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sábado, 7 de enero de 2023
AGRICULTORA - ARCO IRIS - ATARDECER - BASQUETBOL - MUJER CABRA
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martes, 3 de enero de 2023
AGRICULTORA - COMETA - LECTURA - LUCIÉRNAGA - OTOÑO
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miércoles, 28 de diciembre de 2022
MARIPOSAS - AVECILLA - BESOS - RIACHUELO - AROMAS
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sábado, 24 de diciembre de 2022
ISLA DE LA CALAVERA - LA LÁMPARA - ORILLA - FELIZ NAVIDAD Y PROSPERIDAD - NEVADA - FAMILIA NAVIDEÑA
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jueves, 22 de diciembre de 2022
BAHIA CONTINENTAL - LIMPIEZA - FUEGOS ARTIFICIALES - YAK - PAREJA
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sábado, 17 de diciembre de 2022
TERRAZA Y BALCÓN - PICNIC EN LA PLAYA - TIPOS DE ESTRELLAS SEGÚN SU CICLO DE VIDA - MABEL Y SUS RABIETAS.
¿QUÉ DIFERENCIAS EXISTEN ENTRE
TERRAZA Y BALCÓN?
Otra diferencia importante es el acceso a ambos espacios, ya que, mientras el balcón se accede siempre desde una de las estancias de la casa, las terrazas suelen tener un acceso totalmente independiente. Así, el suelo de las terrazas es prácticamente el techo o cubierta de una parte del edificio.
También, es importante resaltar que
las terrazas suelen tener una superficie mayor que los balcones, lo cual
influye directamente en su uso. Mientras que los balcones son un espacio ideal
para leer, relajarse o tomar café, las terrazas suelen utilizarse para hacer
ejercicio, desayunar, comer y realizar reuniones sociales.
Por último, la decoración es otra de las diferencias entre balcones y terrazas. Mientras que los balcones suelen tener algunas macetas y sillas, las terrazas puede tener muebles de exterior, grandes plantas, o incluso, un pequeño jardín natural o pasto artificial.
Por último, la decoración es otra de las diferencias entre balcones y terrazas. Mientras que los balcones suelen tener algunas macetas y sillas, las terrazas puede tener muebles de exterior, grandes plantas, o incluso, un pequeño jardín natural o pasto artificial.
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PICNIC EN LA PLAYA
Por ejemplo, una de las cosas que puedes hacer es organizar el picnic en aquellas horas en las que atardece para evitar el calor sofocante. Además, te evitarás esos momentos del día en los que suele haber más gente en la playa. De hecho, si eliges un día ligeramente nublado, pero en el que aun así el tiempo acompañe, será mucho más placentero y no tendrás que ir buscando sombra constantemente.
Además, no olvides hacerte con una
buena colección de objetos imprescindibles: desde el mantel hasta los platos o
los vasos. Si te olvidas de alguno, ya sabes que volver a casa no suele ser una
opción viable. No debes dejar a un lado el hecho de que todos deben ser fáciles
de transportar, que pesen poco para que tengas que estar soportando un gran
peso (sobre todo si hay una caminata hasta la plata). Pero eso no quiere decir
que no los puedas elegir un menaje de diseño y acorde a tus gustos. ¿Unos
platos de colores? ¿Un mantel con un bonito estampado? ¿Servilletas
personalizadas? ¿Por qué no?
Estas son las claves con las que no podrás fallar en caso de que organices un picnic en la playa. Si las sigues, este verano, tu beach picnic será mágico.
Estas son las claves con las que no podrás fallar en caso de que organices un picnic en la playa. Si las sigues, este verano, tu beach picnic será mágico.
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RELOJES DESPERTADORES.
Antes de profundizar sobre el reloj perfecto para ti, vamos a instruirnos un poco ¿sabes quién inventó este artefacto? Viajemos a 1760 en la revolución industrial, donde los trabajadores prestaban servicios durante jornadas fijas y la hora de entrada era las más importante, allí surge la necesidad de crear un mecanismo que les indicará el momento exacto en el que debían comenzar con la faena.
Fue en 1787 cuando el estadounidense
Levi Hutchins inventó el primer despertador del mundo para que lo despertada a
las 4 de la mañana todos los días, horario que respondía a sus
responsabilidades de trabajo, un artefacto bastante básico. Fue en 1847 cuando
Antoine Redier creo el modelo digital con la opción de elegir la hora en la que
debería sonar, es decir, personalizando su funcionamiento.
El reloj despertador se convirtió no solo en el mejor amigo que evita que llegues tardes a tus citas, sino como artefacto decorativo de tu habitación, cocina u oficina. Puedes elegir entre modelos digitales o analógicos según se te haga más fácil reconocer el uso horario, y también puedes elegir la melodía, canción o audio con la que quieres que la alarma se anuncie.
El reloj despertador se convirtió no solo en el mejor amigo que evita que llegues tardes a tus citas, sino como artefacto decorativo de tu habitación, cocina u oficina. Puedes elegir entre modelos digitales o analógicos según se te haga más fácil reconocer el uso horario, y también puedes elegir la melodía, canción o audio con la que quieres que la alarma se anuncie.
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TIPOS DE ESTRELLAS SEGÚN SU CICLO DE
VIDA.
La clasificación de las estrellas según su ciclo de vida abarca desde el nacimiento de la protoestrella a partir de una nube molecular de gran tamaño, hasta la muerte de la estrella en sus distintas formas y los diferentes remanentes estelares que pueden dejar.
Fases de la vida de la estrella
PSP: Presecuencia principal
SP: Secuencia principal
SubG: Subgigante
GR: Gigante roja
AR: Apelotonamiento rojo
RH: Rama horizontal
RAG: Rama asintótica gigante
SGAz: Supergigante azul
SGAm: Supergigante amarilla
SGR: Supergigante roja
WR: Estrella Wolf-Rayet
VLA: Variable luminosa azul.
Además, las estrellas pueden morir en
distintas formas, que son las siguientes:
EM: Enana marrón
NP: Nebulosa planetaria
SN: Supernova
HN: Hipernova
BRG: Brote de rayos gamma
Y, por último, estos son los remanentes estelares que pueden dejar:
EB: Enana blanca
EN: Estrella de neutrones
AN: Agujero negro.
EM: Enana marrón
NP: Nebulosa planetaria
SN: Supernova
HN: Hipernova
BRG: Brote de rayos gamma
Y, por último, estos son los remanentes estelares que pueden dejar:
EB: Enana blanca
EN: Estrella de neutrones
AN: Agujero negro.
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MABEL Y SUS RABIETAS.
(Cuento)
Mabel era la pequeña de la familia. Cuando vino al mundo, Malú, su hermana mayor, tenía 16 años. Según iba creciendo, la niña descubrió el poder que tenían sus rabietas para conseguir todo lo que se proponía.
Una mañana Malú preguntó a su madre:
- ¿Puedo llevar esta tarde a la niña a las ferias? He quedado con Carlos.
Carlos era el mejor amigo de su hermana y la niña sentía un gran cariño por él. Mabel empezó a saltar alrededor de su hermana muy contenta cuando escuchó que la iban a llevar a las ferias.
- Si vienes con nosotros me tienes que prometer que te portarás bien - le dijo.
Malú sabía las rabietas que cogía su hermana y se ponía muy nerviosa cuando esto sucedía. La niña asintió con cara de buena.
A las seis en punto Carlos estaba en la puerta de la casa para recogerlas. Estuvieron paseando entre el bullicio de la gente y las numerosas atracciones. Se pararon a mirar delante de una tómbola.
- ¡Quiero esa muñeca! - dijo Mabel señalando una de las estanterías.
- Mabel, esto es una tómbola, no se puede comprar. Además, no tendría dinero aunque la vendieran.
- ¡Quiero esa muñeca! - repitió la niña haciendo una mueca.
- Cogeré dos papeletas. A ver si tenemos suerte - dijo mirando a su amigo Carlos.
Se hizo el sorteo y como era de esperar no tocó.
- No, no has tocado. ¡Vámonos! - dijo Malú a su hermana pequeña.
- ¡Quiero esa muñeca! - gritó Mabel llorando y se tiró al suelo.
Carlos rebuscó en su cartera y compró otras dos papeletas. La suerte tampoco estuvo esta vez de su lado.
- ¡Vamos! - dijo agarrando a Mabel de la mano.
La niña entonces se volvió a tirar al suelo pataleando, y empezó a llorar desesperadamente: toda la gente los miraba.
Carlos levantó a Mabel del suelo,
mientras pataleaba y lloraba, y en brazos la llevó entre sirenas de las
atracciones, globos de colores y dulces de algodón, hasta donde tenían el
coche; Malú los seguía avergonzada.
La sentaron en el sillón trasero y esperaron a que se le pasara el berrinche. Malú no gritó ni se puso nerviosa como otras veces había sucedido.
Cuando vio más calmada a la niña, se sentó a su lado y con voz serena se le ocurrió preguntarle:
- Mabel, ¿es un problema tan grande para ti no tener esa muñeca? - La niña asintió con la cabeza.
- Entonces, ¿crees que podemos traer a Lulú, tu muñeca favorita y cambiarla por esa? A lo mejor al señor de la tómbola le parece bien.
Mabel se quedó muda y dejó de hipar pensando en las palabras de su hermana. Cuando llegaron a casa Malú no contó nada a su madre, y Mabel tampoco contó nada de la muñeca de la tómbola.
Cuando Mabel se fue a dormir puso a Lulú en su almohada, y se acordó de la que estaba en la estantería de la tómbola: no cambiaría a Lulú por nada en el mundo, y se olvidó del tema.
La sentaron en el sillón trasero y esperaron a que se le pasara el berrinche. Malú no gritó ni se puso nerviosa como otras veces había sucedido.
Cuando vio más calmada a la niña, se sentó a su lado y con voz serena se le ocurrió preguntarle:
- Mabel, ¿es un problema tan grande para ti no tener esa muñeca? - La niña asintió con la cabeza.
- Entonces, ¿crees que podemos traer a Lulú, tu muñeca favorita y cambiarla por esa? A lo mejor al señor de la tómbola le parece bien.
Mabel se quedó muda y dejó de hipar pensando en las palabras de su hermana. Cuando llegaron a casa Malú no contó nada a su madre, y Mabel tampoco contó nada de la muñeca de la tómbola.
Cuando Mabel se fue a dormir puso a Lulú en su almohada, y se acordó de la que estaba en la estantería de la tómbola: no cambiaría a Lulú por nada en el mundo, y se olvidó del tema.
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MIS CREACIONES: TEMAS LIBRES.
miércoles, 14 de diciembre de 2022
NAVIDEÑAS # 10
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MIS CREACIONES: NAVIDEÑAS
sábado, 10 de diciembre de 2022
AEROPUERTOS: TIPOS Y FUNCIÓN - CIERVO DE MONTAÑA - ENAMORAMIENTO - FRANCISCA Y LA MUERTE.
AEROPUERTOS: TIPOS Y FUNCIÓN
A) Aeropuertos transoceánicos: aptos para admitir aviones de hasta 135 toneladas.
B) Aeropuertos transcontinentales: que deben admitir aeronaves de 90 toneladas.
C)Aeropuertos Internacionales: que admiten aeronaves de 60 toneladas.
D)Aeropuertos nacionales: que admiten aeronaves de 40 toneladas.
E) Aeropuertos Locales: que admiten aeronaves de 27 toneladas.
F) Que deben admitir hasta las 18 toneladas de carga total, pero a los cuales no les hace
falta balizamiento de noche ni medios de radionavegación.
G) Que se construirán para una carga mínima de 11 toneladas.
H) Pequeños aeropuertos: Construidos para aviones de peso menor de 7000 Kilogramos.
I)Helipuertos.
FUNCIÓN
"Desde el punto de vista de las
operaciones aeroportuarias, se pueden distinguir dos partes: el denominado
"lado aire" y el llamado "lado tierra". La distinción entre
ambas partes se deriva de las distintas funciones que se realizan en cada una. El
lado tierra contiene todos los servicios y espacios que giran en torno al
pasajero tales como vestíbulos de salidas y llegadas, control de pasaportes,
salas de embarque, zonas de ocio, y control de aduanas. El lado aire del
aeropuerto atiende toda la parte referente a las aeronaves, y la operatividad
de las mismas.Al principio las exigencias de los usuarios eran muy pocas, pero en los últimos 25 años esta edificación se ha desarrollado como una expresión de las necesidades de una sociedad móvil aumentando año a año; en un mundo influenciado por el uso de la tecnología en el que el tiempo vale oro este edificio es un tipo de estructura que se desarrolla dinámicamente, un gran complejo
comparable a una ciudad nueva debido a la variedad de servicios que el mismo debe concentrar.
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CIERVO DE MONTAÑA.
De 1.3 m de altura al hombro, 2.4 m de largo y unos 230 kg de peso, sus dimensiones lo colocan intermedio entre el venado bura y el wapití. Los fuertes huesos de sus patas y adaptaciones estructurales similares a las de los borregos y cabras monteses le permitieron habitar terrenos montañosos. De manera común sus restos se encuentran en cuevas y en menor medida en lugares a campo abierto como en Tlapacoya, municipio del Estado de México.
Fue un cérvido que se alimentaba de pastos, árboles y arbustos que hallaba en su camino a través de las laderas boscosas de las montañas.
Sus parientes modernos cuentan con gran
cantidad de aceite en su pelaje, una condición que les permite mantener su
temperatura pese al clima glacial y les ayuda a permanecer a flote cuando se
arrojan a lagos, ríos o arroyos para alejarse de algún depredador que los
acose. Si el extinto ciervo de montaña contaba con esa adaptación, bien pudo
tener las mismas conductas frente a los grandes carnívoros de su época. Al
final de la Edad de Hielo, con el calentamiento global, esta adaptación en su
pelaje (que en ese momento debió sobrecalentarlo), la escasez de alimento y los
cazadores humanos, fueron factores protagonistas para que ocurriera su
extinción.
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ENAMORAMIENTO.
Laura Romans Demaria, psiquiatra adscrita a los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, precisa que este tipo de sensaciones surgen del enamoramiento (primera etapa del amor), que se presenta a cualquier edad y puede durar días, semanas y hasta años.
La especialista informó que el enamoramiento es un estado emocional que se caracteriza por un conjunto de sensaciones positivas que se experimentan tanto a nivel mental como físico, que ocurre cuando alguien tiene una fuerte atracción hacia otra persona.
Este estado particular también puede manifestarse a través de alegría, emoción y excitación cuando se está en compañía de la persona o se piensa en ella.
Todo ello deriva de un intrincado mecanismo fisiológico cerebral, que provoca elevación en la producción de algunos neurotransmisores como la dopamina, que al liberarse genera sensación de euforia, motivación e incremento de la energía.
Otra de las sustancias cerebrales que intervienen en este tipo de emoción es la noradrenalina, que se relaciona directamente con la respuesta fisiológica a través de sudor, taquicardia, palpitaciones, insomnio, hiperactividad, ansiedad y disminución del apetito, entre otros.
Cuando la persona está enamorada, percibe la vida de manera positiva, lo que le permite sobrellevar de mejor manera las situaciones negativas que ocurren en el día a día.
Explicó que el enamoramiento es un estado emocional involuntario, y cuando ocurre, el siguiente paso puede ser el establecimiento de una relación más cercana mediante el conocimiento del otro, la comunicación y la identificación de intereses, afinidades y diferencias. Así, con el tiempo, es posible establecer una relación sólida y real.
En la etapa del amor a largo plazo intervienen
a nivel cerebral otro tipo de neuromoduladores como son la oxitocina y la
vasopresina, que están relacionados con el apego y el establecimiento de
vínculos, lo que se traduce en un amor más estable.
“El amor a largo plazo se da con el conocimiento del otro; la excitación y la euforia disminuyen; es un amor más apacible, donde hay calma, seguridad y una sensación de unión consolidada”, enfatizó.
Romans Demaria puntualizó, que existen estudios que señalan que el amor es un factor protector contra la depresión y la ansiedad, e incluso contra enfermedades cardiovasculares. “Cuando una persona establece relaciones de amor estables y duraderas con una pareja, con sus familiares o con amistades, logra mayor bienestar físico y emocional”.
“El amor a largo plazo se da con el conocimiento del otro; la excitación y la euforia disminuyen; es un amor más apacible, donde hay calma, seguridad y una sensación de unión consolidada”, enfatizó.
Romans Demaria puntualizó, que existen estudios que señalan que el amor es un factor protector contra la depresión y la ansiedad, e incluso contra enfermedades cardiovasculares. “Cuando una persona establece relaciones de amor estables y duraderas con una pareja, con sus familiares o con amistades, logra mayor bienestar físico y emocional”.
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FRANCISCA Y LA MUERTE
(Cuento: Onelio Jorge Cardozo)
—Pues mire —le respondieron, y asomándose a la puerta, un hombre señaló con su dedo rudo de labrador:
Allá por los matorrales que bate el viento, ¿ve? hay un camino que sube la colina. Arriba hallará la casa.
"Cumplida está" pensó la muerte, y dando las gracias echó a andar por el camino aquella mañana que, precisamente, había pocas nubes en el cielo y todo el azul resplandecía de luz.
Andando pues, miró la muerte la hora y vio que eran las siete de la mañana. Para la una y cuarto, pasado el meridiano, estaba en su lista cumplida ya la señora Francisca.
"Menos mal, poco trabajo; un solo caso", se dijo satisfecha de no fatigarse la muerte y siguió su paso, metiéndose ahora por el camino apretado de romerillo y rocío.
Efectivamente, era el mes de mayo y con los aguaceros caídos no hubo semilla silvestre ni brote que se quedara bajo tierra sin salir al sol. Los retoños de la ceibas eran pura caoba transparente. El tronco del guayabo soltaba, a espacios, la corteza, dejando ver la carne limpia de la madera. Los cañaverales no tenían una sola hoja amarilla; verde era todo, desde el suelo al aire, y un olor a vida subía de las flores.
Natural que la muerte se tapara la nariz. Lógico también que ni siquiera mirara tanta rama llena de nidos, ni tanta abeja con su flor. Pero ¿qué hacerse?; estaba la muerte de paso por aquí, sin ser su reino.
Así pues, echó y echó a andar la muerte por
los caminos hasta llegar a casa de Francisca.
—Por favor, con Panchita
—dijo adulona la muerte.
—Abuela salió temprano
—contestó una nieta de oro, un poco temerosa, aunque la parca seguía con su trenza bajo el sombrero y la mano en el bolsillo.
—¿Y a qué hora regresa?
—preguntó la muerte.
—¡Quién lo sabe! —dijo la madre de la niña—. Depende de los quehaceres. Por el campo anda, trabajando.
Y la muerte se mordió el labio. No era para menos seguir dando rueda por tanto mundo bonito y ajeno.
—Hace mucho sol. ¿Puedo esperarla aquí?
— Aquí quien viene tiene su casa. Pero puede que ella no regrese hasta el anochecer.
"¡Chin!", pensó la muerte, "se me irá el tren de las cinco. No; mejor voy a buscarla". Y levantando su voz, dijo la muerte:
—¿Dónde, de fijo, pudiera encontrarla ahora?
—De madrugada salió a ordeñar. Seguramente estará en el maíz, sembrando.
—¿Y dónde está el maizal? -preguntó la muerte.
—Siga la cerca y luego verá el campo arado detrás.
—Gracias —dijo secamente la muerte y echó a andar de nuevo.
Pero miró todo el extenso campo arado y no había un alma en él. Sólo garzas. Soltóse la trenza la muerte y rabió:
"¡Vieja andariega, ¡dónde te habrás metido!" Escupió y continuó su sendero sin tino.
Una hora después de tener la trenza ardida bajo el sombrero y la nariz repugnada de tanto olor a hierba nueva, la muerte se topó con un caminante:
—Señor, ¿pudiera usted decirme dónde está Francisca por estos campos?
—Tiene suerte —dijo el caminante—, media hora lleva en casa de los Noriega. Está el niño enfermo y ella fue a sobarle el vientre.
—Gracias —dijo la muerte como un disparo, y apretó el paso.
Duro y fatigoso era el camino. Además, ahora tenía que hacerlo sobre un nuevo terreno arado, sin trillo, y ya se sabe cómo es de incómodo sentar el pie sobre el suelo irregular y tan esponjoso de frescura, que se pierde la mitad del esfuerzo. Así por tanto, llegó la muerte hecha una lástima a casa de los Noriega:
—Con Francisca, a ver si me hace el favor.
—Ya se marchó.
—¡Pero , cómo! ¿Así, tan de pronto?
—¿Por qué tan de pronto? —le respondieron—.
Sólo vino a ayudarnos con el niño y ya lo hizo. ¿De qué extrañarse?
—Bueno... verá —dijo la muerte turbada—, es que siempre una hace la sobremesa en todo, digo yo.
—Entonces usted no conoce a Francisca.
—Tengo sus señas —dijo burocrática la impía.
— A ver; dígalas —esperó la madre. Y la muerte dijo:
— Pues... con arrugas; desde luego ya son sesenta años...
—¿Y qué más?
—Verá... el pelo blanco... casi ningún diente propio... la nariz, digamos...
—¿Digamos qué?
—Filosa.
—¿Eso es todo?
—Bueno... además de nombre y dos apellidos.
—Pero usted no ha hablado de sus ojos.
—Bien; nublados... sí, nublados han de ser... ahumados por los años.
—No, no la conoce —dijo la mujer—.
—Por favor, con Panchita
—dijo adulona la muerte.
—Abuela salió temprano
—contestó una nieta de oro, un poco temerosa, aunque la parca seguía con su trenza bajo el sombrero y la mano en el bolsillo.
—¿Y a qué hora regresa?
—preguntó la muerte.
—¡Quién lo sabe! —dijo la madre de la niña—. Depende de los quehaceres. Por el campo anda, trabajando.
Y la muerte se mordió el labio. No era para menos seguir dando rueda por tanto mundo bonito y ajeno.
—Hace mucho sol. ¿Puedo esperarla aquí?
— Aquí quien viene tiene su casa. Pero puede que ella no regrese hasta el anochecer.
"¡Chin!", pensó la muerte, "se me irá el tren de las cinco. No; mejor voy a buscarla". Y levantando su voz, dijo la muerte:
—¿Dónde, de fijo, pudiera encontrarla ahora?
—De madrugada salió a ordeñar. Seguramente estará en el maíz, sembrando.
—¿Y dónde está el maizal? -preguntó la muerte.
—Siga la cerca y luego verá el campo arado detrás.
—Gracias —dijo secamente la muerte y echó a andar de nuevo.
Pero miró todo el extenso campo arado y no había un alma en él. Sólo garzas. Soltóse la trenza la muerte y rabió:
"¡Vieja andariega, ¡dónde te habrás metido!" Escupió y continuó su sendero sin tino.
Una hora después de tener la trenza ardida bajo el sombrero y la nariz repugnada de tanto olor a hierba nueva, la muerte se topó con un caminante:
—Señor, ¿pudiera usted decirme dónde está Francisca por estos campos?
—Tiene suerte —dijo el caminante—, media hora lleva en casa de los Noriega. Está el niño enfermo y ella fue a sobarle el vientre.
—Gracias —dijo la muerte como un disparo, y apretó el paso.
Duro y fatigoso era el camino. Además, ahora tenía que hacerlo sobre un nuevo terreno arado, sin trillo, y ya se sabe cómo es de incómodo sentar el pie sobre el suelo irregular y tan esponjoso de frescura, que se pierde la mitad del esfuerzo. Así por tanto, llegó la muerte hecha una lástima a casa de los Noriega:
—Con Francisca, a ver si me hace el favor.
—Ya se marchó.
—¡Pero , cómo! ¿Así, tan de pronto?
—¿Por qué tan de pronto? —le respondieron—.
Sólo vino a ayudarnos con el niño y ya lo hizo. ¿De qué extrañarse?
—Bueno... verá —dijo la muerte turbada—, es que siempre una hace la sobremesa en todo, digo yo.
—Entonces usted no conoce a Francisca.
—Tengo sus señas —dijo burocrática la impía.
— A ver; dígalas —esperó la madre. Y la muerte dijo:
— Pues... con arrugas; desde luego ya son sesenta años...
—¿Y qué más?
—Verá... el pelo blanco... casi ningún diente propio... la nariz, digamos...
—¿Digamos qué?
—Filosa.
—¿Eso es todo?
—Bueno... además de nombre y dos apellidos.
—Pero usted no ha hablado de sus ojos.
—Bien; nublados... sí, nublados han de ser... ahumados por los años.
—No, no la conoce —dijo la mujer—.
Todo lo dicho está bien, pero no los ojos. Tiene menos tiempo en la mirada. Ésa, a quien usted busca, no es Francisca.
Y salió la muerte otra vez al camino. Iba ahora indignada sin preocuparse mucho por la mano y la trenza, que medio se le asomaba bajo el ala del sombrero.
Anduvo y anduvo. En casa de los González le dijeron que estaba Francisca a un tiro de ojo de allí, cortando pastura para la vaca de los nietos. Mas sólo vio la muerte la pastura recién cortada y nada de Francisca, ni siquiera la huella menuda de su paso.
Entonces la muerte, quien ya tenía los pies hinchados dentro de los botines enlodados, y la camisa negra, más que sudada, sacó su reloj y consultó la hora:
"¡Dios! ¡Las cuatro y media! ¡Imposible! ¡Se me va el tren!"
Y echó la muerte de regreso, maldiciendo.
Mientras, a dos kilómetros de allí, Francisca escardaba de malas hierbas el jardincito de la escuela. Un viejo conocido pasó a caballo y, sonriéndole, le echó a su manera el saludo cariñoso:
—Francisca, ¿cuándo te vas a morir?
Ella se incorporó asomando medio cuerpo sobre las rosas y le devolvió el saludo alegre:
—Nunca —dijo—, siempre hay algo que hacer.
FIN
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