domingo, 30 de octubre de 2022

LÁMPARAS FLOTANTES - LA COQUETERÍA - EL MOTOCICLISMO - PASEO DE PERROS: TIPOS - LA POZA DE LA SIRENA (LEYENDA)

LÁMPARAS FLOTANTES DE AGUA

Flotan en el agua y se pueden utilizar tanto con velas de té como con nuestras velas led. Para decorar un estanque, piscina, fuentes, etc. Con su delicada luz crean un ambiente acogedor y mágico. Es un tipo de lámpara que flota en la superficie del agua también se la conoce como lámpara de río o lámpara de lago farol flotante.


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LA COQUETERÍA.

La coquetería, primero, es una palabra derivada del francés, coquette, con la cual se hace mención a un modo de ser y estar y cuyo sentido enfatiza el cómo es que te aprecian y aprecias al otro en situación. La coquetería representa, en términos generales, una de las tantas experiencias eróticas de la alteridad.
Georg Simmel, un sociólogo y filósofo alemán, hace ya varios años dedicó algunas de sus reflexiones a dar luz sobre aquella tremenda suerte en donde ocupan un espacio importante las miradas y la interpretación de ellas para nuestra subjetividad. O también, cómo, en otro caso, valiéndose de la etnología, entendió que una señal, simple o extravagante en el mostrar de la vestimenta e incluso de un adorno también conformaban un elemento nodal de la coquetería. Como sea, pareciera que la coquetería se abre paso en la interpretación simbólica como un acto que dice más de lo que aparenta y que se hace presente de modo firme cuando las personas cruzan su camino. Para Simmel, coquetear, como verbo, significa dejar apreciarte con el fin de agradar (o gustar).
No obstante, pretender agradar, en efecto, no agota lo sustancial del coqueteo. O más bien, no sería un agradar cualquiera. Razón por la cual Simmel subrayó más puntualmente y con mucho acierto que la coquetería desemboca en una especie de doble acción cuyo efecto se da en sucesivo: tesis y antítesis,[1] que aquí, cercano un poco a Hegel (pero no en todo), significan ofrecerse al otro, y negarse al mismo tiempo. Ofrecerse y negar el ofrecimiento. Potenciar el deseo de quien nos ve y en el mismo acto decir no; eso es un juego, como se dijo, estupefacto de ida y vuelta que deja en suspenso lo posible. Es la entrega aparente de la sexualidad sin que ello se cumpla. “La coquetería tiene que hacer sentir a la persona a quien va dirigida, el juego fácil entre el sí y el no, la negativa, que pudiera ser un rodeo para llegar a la entrega (…).
Por esto es que la coquetería nos habla de la acción simbólica para atraer, y de la cual todos de algún modo nos valemos sin previo entrenamiento cuando nos relacionamos con los demás. En los círculos de amigos, fiestas, o la misma calle. No importa realmente el escenario mientras estemos frente a otro. La coquetería, por esto, es una forma de actuar que básicamente se aprende por tanteos, apreciando el modo de comportarse de quienes nos rodean; y es por ello que se ejerce la gran mayoría de veces con sencillez, ya con un simple toque del cabello, una sonrisa, algún detalle ornamental, etcétera (Algunos le llaman el lenguaje corporal). O bien, por el contrario, también es factible de accionarse el coqueteo, pero con una franca racionalidad estratégica. No obstante, cuando esto último sucede, entonces ya estamos en el plano de la seducción, el otro nivel de la atracción.
Por esto dijimos que coquetear y seducir son dos caras de la misma moneda. La última por supuesto hace del juego de atraer un cálculo razonado en donde se atienden los costos y los beneficios. Seducir en efecto, es un paso adelante de la coquetería a tal grado que puede incorporar a ésta como elemento de un plan determinado. No siempre por supuesto, la seducción supone un entrenamiento bien definido, al contrario, la gran mayoría de ocasiones, tal como la coquetería, se ejercita por tanteo, ensayo y error, es decir, se pule en la práctica sin que ello garantice que quien lo haga se volverá un audaz y hábil seductor. De hecho, gran número de jóvenes y adultos tienen problema, en mucho por timidez, para ejercitar esa habilidad.  


Don Juan, o Casanova, por el contrario, encarnan, como sabemos, a dos de los personajes más emblemáticos de la literatura que hacen de la seducción su modus vivendi. Ellos son los expertos, los grandes maestros. Lo mismo sucederá con otro Juan, pero el de Kierkegaard. Éste último, con su novela El diario de un seductor, logró disertar con verdadero ahínco narrativo el problema que implica la estrategia seductora. Básicamente, salvo el corte de los vocablos, de su sentido, seducir es similar a declarar una guerra. Porque involucra un plan de ataque donde el fin de la conquista será muy claro: la posesión sexual.
Esto es evidente a lo largo de la narración del filósofo danés, que conjunta vivazmente todos los posibles escenarios y elementos requeridos para impactar en el alma de la otra persona. Al decir alma, aquí nos referimos por supuesto a la imaginación del otro, que será pronto estimulada por el deseo, el cual se truncará cuidadosamente bajo el efecto del amor. Cordelia, la bella mujer elegida, la contraparte del seductor kierkegaariano, va a ser el objetivo que lleva a Juan a coordinar una serie de momentos bien marcados que consisten en simular o engañar. Tengamos esto en cuenta porque la acción de seducir implica eso: simular. Un buen seductor sabrá de antemano que lo primordial para sus fines consiste fundamentalmente en la simulación entendida ésta como una técnica que se vale de otras estratagemas o astucias secundarias para avanzar hacia su objetivo.

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EL MOTOCICLISMO.

El Motociclismo de Velocidad es una modalidad del motociclismo disputada en circuitos de carreras, pistas o rutas pavimentadas, cuyo objetivo suele ser el recorrer la mayor distancia en una cantidad de tiempo específica, o una determinada distancia en el menor tiempo posible, o aunque puede haber otras modalidades.
La distancia mínima a recorrer suele ser 401 m, para el caso de los piques o arrancones, y a partir de allí a distancias mayores, por lo que normalmente para competencias más largas se utilizan circuitos con una o más vueltas para completar la prueba de que se trate.
Una carrera de esta modalidad normalmente consta de uno o dos días de entrenamientos formados por varias sesiones (libres y oficiales) en las que los pilotos intentan dar una vuelta al circuito lo más rápido posible, la cual determinará su posición en la parrilla de salida de la carrera propiamente dicha.
Dentro de un mismo evento puede haber distintas carreras dependiendo del tipo de motocicleta y de su cilindrada, y en algunos de ellos se disputan varias mangas para cada categoría.


MOTOCROSS
El Motocross es una modalidad de motociclismo que consiste en competir en velocidad por terrenos al aire libre muy accidentados (con desniveles, ríos, caminos pedregosos o embarrados); las competiciones constan de dos mangas, que se disputan en el mismo circuito y el mismo día.
 
SUPERCROSS
El Supercross es una modalidad de motociclismo derivada del motocross. Cada carrera está compuesta por un sistema de eliminatorias hasta llegar a una final. Las mangas clasificatorias son más cortas y los circuitos son mucho más pequeños e intensos que en el motocross.

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PASEO DE PERROS: TIPOS.
 
1.       Pasear con perro por la Montaña
Todos tenemos nuestras rutas favoritas para pasear con los perros. Pero ¿qué pasa si quieres experimentar algo ligeramente distinto? Puede que el senderismo por la montaña no sea apto para todos los perros, pero son un verdadero premio para aquellos dispuestos a afrontar retos. Si tu perro es un animal atlético, le encantará el reto de una excursión por la montaña. Existen varios senderos que permiten explorar las pendientes montañosas de forma segura. Deberían explicar el nivel de estado físico requerido para completar el recorrido. Deberás echar una ojeada a la ruta y juzgar si tú y tu perro seréis capaces de completarla antes de comenzarla. A los perros les encanta la estimulación mental de las excursiones por la montaña porque hay muchas cosas que observar a medida que se va avanzando. El terreno irregular también ayuda a generar fuerza y equilibrio, aunque en lugares más peligrosos es conveniente llevar al perro con correa para garantizar su seguridad. Por último, no nos olvidemos del premio por haber elegido una ruta por la montaña: ¡Las verdaderamente preciosas vistas que tendremos al llegar a la cima de la montaña!
2.       Pasear con perro por la orilla del mar
Las playas caninas no solo nos permiten pasear por un entorno natural precioso, sino que también nos permiten proporcionar mucho entretenimiento a nuestro perro. Tu perro está destinado a disfrutar del mar y pasárselo en grande jugando a cazar las olas. Si tu perro tiene un buen comportamiento y está bien adiestrado, puedes incluso soltarlo para que corra libremente sin correa. La mayoría de las playas para perros, al estar relativamente desprovistas de estructuras grandes, facilitan el contacto visual con el perro. Obviamente, es importante comprobar antes si se permiten los paseos con perro en la playa elegida. Si es una playa en la que se aceptan perros, deberías consultar las normas y asegurarte de seguirlas de forma adecuada. La belleza de la playa hace que un paseo por la costa se convierta en uno de los mejores paseos con tu perro. Tendrá muchísimo espacio para jugar. Además, la arena es una superficie amable para las articulaciones.
3.       Pasear con perro por la Ciudad
Si estás dispuesto a encontrarlas, la mayoría de las ciudades están repletas de excelentes rutas para pasear con perros. Muchos propietarios de perros pasean con sus mascotas por sus barrios de residencia, llevándolos siempre por los mismos caminos. ¿Por qué no llevar al perro al centro de la ciudad para poder explorar nuevas rutas juntos? Los barrios viejos de las ciudades suelen contener muchas rutas de este tipo. Son relativamente tranquilos y están repletos de historias, lo que significa que tú y tu perro podréis explorar juntos el lugar en que vivís. Si hay demasiada gente y tu perro parece ponerse nervioso solo tienes que llevarlo a un parque donde se acepten perros para que pueda corretear por el césped, jugar a buscar y traer objetos y hacer amistad con otros perros. Pasear con tu perro por la ciudad tiene la ventaja de favorecer su socialización, tanto con personas como en perros. Y esto se traduce en más ocasiones de juego para tu perro además de un montón de caricias. También puede ser una aventura. Y ¿a quién no le gustan?

4.       Pasear con perro por el Bosque
Muchos parques forestales poseen senderos específicos para pasear con el perro por el bosque. Estos senderos están repletos de flora y fauna a ambos lados. A tu perro le encantará la multitud de olores y los pequeños animales salvajes. ¡Es probable que se entusiasme tanto que no sepa por dónde empezar! Un paseo por el bosque es, ciertamente, uno de los mejores paseos para hacer con tu perro. No te sorprendas si no para de tirar cuando estéis en el bosque y deja que explore tanto como quiera. A la mayoría de los perros les encanta el bosque porque hay multitud de cosas por descubrir. El aire limpio también os irá bien a ambos. Se ha demostrado que ayuda a reducir la presión arterial, la ansiedad y la depresión.
5.       Pasear con perro en parques para mascotas
Los parques para perros son recintos especialmente preparados para la diversión canina. Podemos encontrar parques para ir con perros cerca de nosotros prácticamente en todas las ciudades y garantizar allí que nuestra mascota pueda hacer ejercicio, jugar y disfrutar del aire libre en un recinto para perros controlado y seguro. Los parques para llevar perros resultan también una oportunidad única para promover la socialización entre ellos. A la mayoría de perros les encanta jugar y hacer amigos, siendo este lugar idóneo para convivir y pasar un buen rato. No obstante, es importante tener en cuenta que no todos los perros socializan por igual. Como las personas, algunos perros se sienten incómodos rodeados de otros canes. Si durante tu paseo en parques para perros detectas que tu mascota no lo pasa bien, deberás acudir en otro momento en que pueda jugar allí de forma más tranquila, o bien ir a otros lugares donde el entorno parezca más agradable o no le genere tanta tensión.

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LA POZA DE LA SIRENA
(LEYENDA-MOQUEGUA: PERÚ)

“Yo tuve la suerte de conversar en esa época muy niño todavía con un señor que tenía cerca de noventa años de nombre Don Amador Mazuelos y él nos aseguraba una leyenda que había sucedido en Ilo. En esa época Ilo era una caleta, un caserío se puede decir, porque era un grupo muy pequeño; las casas estaban diseminadas, casi aisladas en ciertos sitios del puerto. Así que esa gente, en esa época, solamente se conocía la manera más rústica de cocinar que era a leña… Entonces la materia prima era la leña y había gente que vivía de ese trabajo. Y se trata cabalmente de uno de estos señores que en una época en que se fue al valle a traer su materia prima para las cocinas, se entretuvo en el valle comiendo fruta, porque era temporada de frutas y, cuando acordó, ya el tiempo se le había vencido. Comenzó a recolectar la leña, formó su atado y se lo puso a la espalda y este señor comenzó a caminar por rutina por el mismo sitio que era el camino del puerto al valle, por la orilla del mar hasta la Boca del Río. Así que cuando estaba pasando por un trecho muy pegado al mar, siente una voz de una mujer que estaba tarareando, una voz muy bonita. Pero el agarró y pensó: “!Caray! esta mujer a dónde viene a cantar en este desierto” Pero después se quedó parado y sorprendido porque recapacitó y resulta que él se orienta bien y ve que la voz salía del mar. “¿Cómo –dijo- una mujer bañándose a estas horas de la noche?” Y esa era una noche oscura, no había luna. Así que, a las justas dejo tirado la leña en el suelo, se sentó sobre el atado y se puso a escudriñar el mar.
Y en el mar había un mochito y allí se veía un bulto que se movía, pero él decía que era un lobo; pero sentía que desde allí salí una voz que era de una mujer que gritaba, que cantaba, que entonaba algo. Pero de repente vio con sorpresa que siente un chapuzón y ve en la espuma blanca que con velocidad salía en su dirección, una raya blanca que se dirigía hacia él. Cuando de repente ve que sale del agua una mujer. Él no se dio cuenta de la cola ni nada y recién supo más tarde que era una sirena. El problema era de comunicarse hasta que se comunicaron con mímica y al fin se comprendieron. Entonces ella le decía “¿Qué haces acá?” Y él le señalaba la leña y así.
Luego de una larga conversación, resulta que se despiden, pero la sirena le dice que ponga las manos juntas que le iba a dar algo. Entonces mete la sirena debajo del agua las manos y comienza a llenarle las manos con lo que del fondo sacaba y él se lo mete al bolsillo. Luego se despiden y recién cuando se da la vuelta, se da cuenta el leñador recién que la mujer tenía una cola de pescado. Cuando la sirena desapareció, él se sentó un rato sobre la leña, pensativo y se dijo “Esto no lo puedo contar en el puerto, porque si lo cuenta me van a decir que estoy loco, que estoy chiflado; nadie me va a creer porque no hay otra persona que lo haya visto”. Entonces se quedó calladito.
Llegó al puerto y comenzó a repartir la leña; cada persona necesitaba dos palitos para cocinar. Termina su venta y entonces se queda pensativo y va y se acerca a un bar; en ese tiempo los bares solo vendían vino. Cuando terminó, metió la mano al bolsillo, saca la plata para pagar y empezó a examinar unas cosas raras como unas bolitas de fierro, pero brillante, medio blanquizcas. Como los del costado conocían de esto, dijeron “!Perlas!” El leñador metió la mano al bolsillo, pagó y se fue asustado pensado en las perlas.
Pero dicen que “en pueblo chico infierno grande”; voló la noticia y todo el mundo se enteró, hasta las autoridades de esa época. Ellas se reunieron y se informaron de quién tenía las perlas, que era un pobre diablo que vivía de la leña, que cómo puede tener perlas, que de dónde las habrá sacado, que seguro las habrá robado… y especularon muchas cosas, incluso que había encontrado un banco de perlas. “! Vamos a ser ricos¡” dijeron entonces y decidieron chapar al leñador. Luego de hacerlo le quitaron las perlas y le dijeron que confiese de donde las había sacado. El se mantuvo en silencio porque tenía miedo de decir la verdad, hasta que decidió contarlo todo, pero a condición de que le crean: “Me las dio una sirena” les dijo. No bien dijo esto lo castigaron. Le echaron agua, lo colgaron y le pegaron, lo que le mortificó mucho; pero como insistía en su versión, uno de sus captores propuso que hiciera lo mismo para demostrar que decía la verdad. Así que lo enviaron al mismo sitio custodiado por soldados sin mayor fortuna por espacio de quince o veinte veces, recibiendo castigos por mentiroso. Uno de ellos le dijo “¿Por qué no te concentras y así puedas transmitirle a la sirena para que venga?” Así que el leñador se concentraba y llamaba a la sirena, hasta que en una noche sin luna salió nuevamente hacia el lugar seguido de cerca por sus captores. Se puso frente al mar y de repente, igual que en la primera vez, escuchó el canto de la sirena y su figura sobre la roca en medio del mar. “¿La sienten? ¡¿La sienten?!” empezó a gritar. Tiro la leña al suelo y la llamaba a gritos “!Ven sirena! ¡Ven sirena!” Sintió el chapuzón, vio la espuma del mar y la raya blanca que se le acercaba.

Al preguntarle qué pasaba, el leñador le comentó que desde el día que la había visto, en vez de ser una alegría había sido una desgracia porque había sufrido mucho y le contó lo sucedido. Entonces el leñador se agarró las puntas de la camisa formando una bolsa y le dijo “Dame perlas, dame perlas” La sirena le entendió el mensaje y le lleno la camisa con lo que pedía; luego de lo cual llamó a las autoridades para que vean lo que tenía. Al llegar al sitio algunos lograron ver algo de la sirena y al dar su chapuzón pudieron verla por completo perdiéndose en el mar. la gente curiosa fue a ver lo que le había entregado al leñador y éste soltó su camisa y las perlas se fueron al suelo, luego de lo cual todos se arrodillaron para poder agarrar algo de ella, mientras el leñador desapareció por completo del lugar en el momento de la confusión.

FUENTE: http://leyendas-peru.blogspot.pe/2011/08/la-poza-de-la-sirena-moquegua.html

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