LOS GATOS Y
SU FOBIA POR EL AGUA.
Lo cierto es que no es exactamente así. Los gatos son reacios al agua por su origen y procedencia. El hecho de que la mayoría de ellos provienen de El Medio Oriente, lugar poblado de desiertos en el que el acceso al agua era escaso, los condicionó a desconfiar de este elemento simplemente por extrañeza y desconocimiento.
A diferencia de los perros, habituados a moverse en espacios poblados de ríos, los felinos percibían el agua como un bien escaso, poco presente en su rutina habitual.
A medida que fueron domesticados, e interactuaron con otras zonas en las que el agua era un elemento presente y cotidiano, su carácter curioso los predispuso a acercarse a ella, siempre bajo los parámetros del respeto y la prudencia.
Para los gatos el agua no es sinónimo de limpieza. Nuestros felinos disponen de un tipo de saliva que elimina la grasa, y de una lengua con una textura que facilita que puedan acicalarse, deshaciéndose de la posible suciedad de su cuerpo, sin necesidad de pasar por el grifo. Ahora bien, eso no implica negar que a los gatos les gusta el agua y que no puedan disfrutar de la sensación de interactuar con ella, sobre todo, en términos de entretenimiento y juego.
De hecho, la mayoría de los gatos suelen ser excelentes nadadores, y muchos de ellos se caracterizan por demandar el contacto con el agua como terapia de juego y relación con sus propietarios. Entre ellos, cabe destacar el gato de raza de Bengala, que adora pasar por la bañera y chapotear a su gusto. Algo parecido le ocurre a la raza Main Coon, de enorme tamaño y pelaje. Y qué decir de la raza Van Turco, originariamente apodado como “el gran nadador”.
Pero, independientemente de que tu gato sea de una raza u otra, lo fundamental es que no perciba el agua como un peligro, sino como una opción más para curiosear y disfrutar a su antojo. Este aspecto es fundamental en los meses estivales, en los que tu gato está sometido a las altas temperaturas y busca fórmulas para sentirse cómodo y fresco.
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BOTELLAS CON
MENSAJES.
Finalmente, al preguntarle por la ubicación actual de la botella anecdótica, Morando aclaró: "la tengo en mi poder, la tengo yo bien guardada para que no se vuelva a perder".
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DORMIR CON
MASCOTAS.
El equipo de investigadores -formado por neumonólogos, psicólogos y estadistas- analizaron los hábitos de 40 adultos sanos sin trastornos de sueño que tenían la costumbre de dormir con sus perros en la cama o en algún lugar de la habitación. El periodo de evaluación duró cinco meses y una de las semanas tanto ellos como sus perros debían llevar unos aparatos para vigilar los hábitos de sueño.
Los resultados demostraron que dormir con perros, sin importar si estaban en la cama o simplemente en la habitación, empeoraba el descanso de las personas y hacía que muchas se levantasen varias veces durante la noche. Una de las cosas que más afectaba era la postura en la que dormía el perro.
Aunque la calidad de sueño resultó ser menor que la de una persona que no duerme con animales en la habitación, los datos no son alarmantes ni motivo para expulsar a nuestras mascotas de la cama. Los resultados explican que las personas que durmieron con los perros en la cama consiguieron un 80% de eficiencia del sueño, aquellos que durmieron con los animales en la habitación un 83%.
Según los expertos una eficiencia normal es aquella que está entre el 85 y 89%, y una vez superado el 90% estaríamos hablando de un sueño muy eficiente.
Otra encuesta anterior, también realizada por la Clínica Mayo, ya apuntaba este problema. En 2002 el director del Centro de Trastornos del Sueño de la Clínica Mayo, John Shepard, publicó los resultados de un cuestionario realizado a 152 pacientes que tenían animales y que les permitían dormir en sus camas. La mitad de ellos aseguraron que sus mascotas les despertaban cada noche, y un 21% de dueños de perros y un 7% de personas con gatos se quejaron de que sus mascotas roncaban.
Desde Australia
llegan datos similares. Una investigación llevada a cabo por la CQ University
concluyó que las personas que duermen con animales tardan más en coger el sueño
que aquellas que no les permiten dormir en la cama. También apuntan que los
ruidos de los perros al ladrar o roncar molestan las horas de descanso de sus
dueños.
Sin embargo, no hubo grandes diferencias en cuanto a la cantidad de veces que se despertaban las personas que dejaban pernoctar a sus animales en sus camas frente a las que no los tenían, ni tampoco en la cantidad de horas de sueño ni en lo cansados que estaban al día siguiente.
Más allá de la calidad del sueño, algunos expertos aseguran que el principal problema viene dado cuando los dueños tienen algún tipo de alergia o problema respiratorio: “Las personas con alergias a los animales o asma no deben dormir con sus mascotas ni tampoco permitirles la entrada en la habitación”, explica a WebMD el Dr. Derek Damin.
“Si no eres alérgico, realmente no existe ningún problema por dejar que el perro duerma en la cama”, añade el experto, aunque matiza que en caso de que moleste las horas de sueño no debemos dejarlos dormir con nosotros.
Sin embargo, no hubo grandes diferencias en cuanto a la cantidad de veces que se despertaban las personas que dejaban pernoctar a sus animales en sus camas frente a las que no los tenían, ni tampoco en la cantidad de horas de sueño ni en lo cansados que estaban al día siguiente.
Más allá de la calidad del sueño, algunos expertos aseguran que el principal problema viene dado cuando los dueños tienen algún tipo de alergia o problema respiratorio: “Las personas con alergias a los animales o asma no deben dormir con sus mascotas ni tampoco permitirles la entrada en la habitación”, explica a WebMD el Dr. Derek Damin.
“Si no eres alérgico, realmente no existe ningún problema por dejar que el perro duerma en la cama”, añade el experto, aunque matiza que en caso de que moleste las horas de sueño no debemos dejarlos dormir con nosotros.
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¿QUE ES EL
NEÓN?
Identificamos
el neón con un tubo de vidrio luminoso que dibuja unas letras o una figuración,
a veces animada. En realidad, el neón es un gas. Es uno de los llamados gases
raros o nobles. El neón y el argón son los principales gases utilizados para la
producción de tubos luminosos. El color producido por el neón es rojo
anaranjado; también se lo conoce como “rojo claro” cuando se lo ve a través de
un vidrio transparente. Los gases raros o nobles, son químicamente inertes y no
se combinan con otras sustancias. Incluyen el neón, el argón, el helio, el
xenón (que produce un resplandor azul brillante) y el kriptón. Son ideales para
tubos luminosos porque el voltaje que requieren por tamaño de vidrio es mucho
menor que el necesario para gases más comunes como el nitrógeno o el dióxido de
carbono.
Uno de los
aspectos curiosos del neón es que la tecnología de fabricación esencial se ha
mantenido tal como era cuando fue desarrollada por el ingeniero francés Georges
Claude en 1912 en París. Cada parte del proceso es manual, y es una artesanía
que por su naturaleza resiste la mecanización y la estandarización.
Rudi Stern
nos describe la técnica: “El principio eléctrico de los tubos luminosos está
directamente relacionado con el de la iluminación. Ambos son descargas
eléctricas en gas. En los tubos luminosos, la descarga está causada por un gas
raro y la iluminación esté causada por el aire. Una descarga de iluminación
tiene lugar a una presión atmosférica normal. Los dos gases raros principales
utilizados en los tubos luminosos son el neón (que produce el rojo anaranjado)
y el argón (azul). La iluminación que se produce consume muy poca energía y
emite poco calor al tiempo que proporciona un brillo continuo y constante. A
diferencia de los fluorescentes, no es necesario un tiempo de calentamiento. El
gas en el tubo vacío está compuesto por millones de moléculas. Para iniciar una
descarga gaseosa y producir luz, estas moléculas tienen que dividirse en
opuestos eléctricos: electrones negativos e iones positivos. Bailan juntos. En
términos de iluminación fría de cátodo o neón, esta coreografía se conoce como
ionización. El alto voltaje de un transformador produce muchos miles de
millones de pares de electrones e iones por segundo. Estos, debido a su
atracción mutua, vuelven a juntarse rápidamente y, en el proceso, emiten luz.
Los transformadores con tensiones secundarias de 2.000 a 15.000 voltios
mantienen este estado continuo de movimiento e iluminación. La danza es
cinética en su composición y estructura. La vitalidad visual de este medio
tiene mucho que ver con los principios cinéticos de la tecnología”.
Para comenzar
una construcción de neón, es necesario hacer un boceto de tamaño entero que se
transfiere primero a una lámina de asbesto que pueda soportar el calor del
vidrio fundido. Una de las claves del proceso es la flexión del vidrio. Según
Rudi Stern, “doblar un círculo simple requiere conocimiento y habilidad. Saber
el momento en que el vidrio está casi licuado y listo para doblarse lleva
muchos años de práctica. Un doblador nunca usa guantes, porque es muy importante
detectar el calor acumulado en el vidrio. Al sentirlo, el doblador sabe con
cuánto tiempo debe calentar el tubo y cuándo doblarlo antes de que el vidrio
finalmente se solidifique. Una vez que se ha doblado no se puede corregir ni
volver a hacer”.
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