EL ARTE DE TROTAR O CORRER, BENEFICIOS Y MOTIVACIÓN.
Los trotes suaves se utilizan para aumentar el volumen o el kilometraje
total del entrenamiento pues aportan grandes beneficios fisiológicos que
construyen una base sólida para luego realizar entrenamientos de mayor
intensidad. Es el ritmo que se utiliza para el calentamiento y la relajación,
trotes de recuperación, de mantenimiento y fondos:
Calentamiento: Antes de un entrenamiento fuerte o de una carrera, entre
10 y 20 minutos de trote suave.
Relajación: Inmediatamente después de un entrenamiento fuerte o de una
carrera, unos 10-30 minutos de trote suave.
Recuperación: Un día después (pueden ser horas en atletas muy entrenados
que hagan doble sesión), entre 30 y 60 minutos de trote suave.
Mantenimiento: Sesiones para mantener los beneficios alcanzados hasta el
momento. Según el nivel del atleta, entre 30 y 90 minutos.
Fondos: Sesiones para aumentar la resistencia. Según el nivel del
atleta, entre 60 y 150 minutos de trote suave.
La intensidad del trote suave es distinta según el objetivo. Si por ejemplo
lo estás usando como trote de recuperación luego de una competencia, o como
relajación luego de un entrenamiento fuerte, debes correrlo aún más suave que
tu suave "normal". Si lo usas como calentamiento o como descanso
entre intervalos también debe ser más suave de lo normal. Si estás terminando
un calentamiento de cara a una competencia puedes hacerlo un poco más rápido
para que tu cuerpo llegue mejor preparado al inicio de la carrera.
¿Qué clase de beneficios esperamos obtener de la práctica de un
ejercicio que, visto fríamente, consiste en repetir una y otra vez a mayor o
menor velocidad, durante más o menos un tiempo con los mismos movimientos?
Algunas respuestas tradicionales a esta pregunta serían: ponernos en forma,
mantener a raya nuestro peso o relacionarnos con los demás. Cada corredor sabrá
cuáles son sus motivos y, por mucho que especulemos, jamás tendremos un acceso
íntimo a sus pensamientos secretos, pero sí que somos libres para establecer
las teorías que nos apetezca con el objetivo de proyectar un poco de luz sobre
la motivación de los corredores.
En muchas ocasiones, una persona
empieza a correr no porque piense que obtendrá algún tipo de mejora en su
organismo o en su estado anímico (aunque generalmente la obtiene, claro), sino
porque una combinación de factores, algunos internos y otros externos, la
obligan a actuar así. En general, podríamos hablar de dos tendencias opuestas:
el determinismo freudiano (cualquier acción, y también la de correr, es el
producto de diversos impulsos o conflictos derivados de más de un nivel de la
personalidad) y el romanticismo, en el que una sola causa es suficiente para
explicar un comportamiento determinado.
Romanticismo.
Llevar al extremo esta última tendencia desemboca en episodios como el
de un carpintero de Nebraska que a sus cincuenta años jamás había andado más de
un kilómetro y tras enamorarse de una atleta que ya rozaba la treintena y con
la que nunca había intercambiado más de tres palabras seguidas decidió
inscribirse en un club de atletismo con la intención de conocerla. Acabó
corriendo cuatro o cinco maratones anuales y, por supuesto, tuvo la oportunidad
de hablar horas enteras con la chica, pero descubrió que no tenía nada que ver
con la mujer que había forjado en su imaginación. Sin embargo, entró con tal
fuerza en el mundo de running que ya ni se plantea abandonarlo. Sólo quiere
correr. El running es su vida y le aporta mucho más de lo que en su momento
pensó que le aportaría la atleta que, sin saberlo, le introdujo en este
deporte. Pluralidad de motivos Las razones de tipo romántico abundan más de
lo que parece, pero es muy posible que no tengan tanto peso como la pluralidad
de motivos. Una persona que empieza a correr acostumbra a tener unas cuantas
razones para hacerlo. Algunas pragmáticas, otras que satisfacen su amor propio,
otras que son un autoengaño, otras que son subconscientes… La lista de motivos
puede ser tan larga como queramos, porque cada persona es distinta y los
estímulos que recibe también son distintos. En cualquier caso, es muy extraño
que alguien nos diga lo que le está pasando realmente por la cabeza, qué le
empuja a actuar de una manera determinada, por lo que si nos quedamos con lo
que nos cuentan es muy posible que vivamos engañados. Lo único que importa De hecho, si fuera así no tendría ni la más
mínima importancia. Casi da igual saber por qué nosotros mismos empezamos a
correr. Lo único que debería importarnos es que corremos y nos gusta hacerlo.
No importa que nos dejemos llevar por razones sutiles o por argumentos
convincentes, por vanidad, curiosidad, salud o cualquier causa que se nos ocurra,
aunque no tengamos ni la más remota idea de si es auténtica. Lo único que
importa, insisto, es que disfrutamos al correr y hemos hallado un motivo más
para seguir viviendo.
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LA DANZA DEL VIENTRE.
La
Danza Oriental es una de las danzas más antiguas del mundo, que combina
elementos de diferentes países del Medio Oriente y Norte de África, aunque sus
orígenes precisos son inciertos.
En
los países árabes esta danza se conoce como Raks Sharki que significa
literalmente Danza Oriental. El nombre Danza del vientre se empieza a utilizar
en el siglo XIX por los europeos que viajaron a los países exóticos en busca de
nuevas culturas, costumbres y paisajes. Estos viajeros acuñaron este término
sorprendidos por los movimientos de vientre y cadera que no existían en las
danzas europeas.
Tenemos
que distinguir entre el Raks Sharki (Danza Oriental) y el Raks Baladi (Danza
del Pueblo). El rak báladi es una danza más elemental, prácticamente sin
desplazamientos y con movimientos de cadera predominantes. El rak sharki es más
refinado y rico. Incluye movimientos del folklore egipcio, la danza clásica y
la danza contemporánea, con grandes desplazamientos, vueltas y movimientos para
todas las partes del cuerpo, aunque los de cadera son también los más importantes.
En
algunos pueblos de la antigüedad se pensaba que la fertilidad humana estaba
directamente relacionada con la tierra. A las mujeres, que eran las que creaban
nuevas vidas, se las atribuía poderes mágicos.
Por
ejemplo: En la Anatolya Central y mediterránea (Turquía), hace miles de años,
las mujeres tenían danzas rituales en honor a estos poderes mágicos (ceremonias
relacionadas con la fertilidad). Los hombres estaban excluidos de estos ritos.
En
la antigua Grecia y Roma se realizaban diferentes danzas de la fertilidad
basadas en la rotación de las caderas y vientre. Algunas de ellas se realizaban
en honor a las diosas. Muchas de estas divinidades provenían del este, en
particular de Siria y Turquía. En Chipre, lugar de nacimiento de Afrodita, la
diosa griega del amor y la fertilidad, las mujeres realizaban danzas rituales
eróticas acompañadas de cantos y percusión mediante las cuales se ponían en
trance. Esto les permitía entrar en contacto con la diosa y que ésta les pasase
su poder.
Asimismo,
estos ritos o similares tuvieron lugar en Mesopotamia, fenicia, Egipto, Arabia
y la India. En estas ceremonias
participaban gran número de mujeres. En ellas se bailaba, se cantaba e incluso
en algunas las mujeres se ofrecían a los hombres en honor a la diosa. El
propósito de estas ceremonias era traer el poder de la diosa a la tierra y
favorecer la fertilidad esta.
Durante
el S. IV D. C. el Cristianismo y el Islam pasaron a dominar el Medio Oriente.
Aunque tomaron ciertas fiestas y ritos paganos y se los apropiaron adaptándolos
a su nueva religión, también destruyeron los rituales con culto a las diosas y
trataron de eliminar las danzas femeninas relacionadas con la sexualidad y
fertilidad.
Hace
siglos, los bailarines, músicos y cantantes eran esclavos. Aunque este estatus
luego cambió los intérpretes nunca escaparon totalmente del estigma atribuido a
su profesión dentro de los países árabes.
Durante
el S. XIX, en Egipto existían dos tipos de bailarinas: las ghawazee (gitanas)
que bailaban al aire libre o en el campo, normalmente para audiencias de clase
social baja. Actuaban con un pequeño grupo de músicos que solían incluir
mizmar, nay y tabla. Las awalim eran más respetadas y además de bailar,
cantaban y recitaban poesía. Normalmente actuaban en casas de ricos. Los
músicos eran: nay, oud, kanoon y tabla. En ambos casos la danza era
improvisada.
Hasta
el año 1930, los bailarines habían actuado sobre todo en casas de gente o en
cafés. Ese año, en El Cairo, una mujer libanesa llamada Badia Mansabni abrió
una sala de fiestas llamada Casino Badia. Esta sala se hizo muy popular. Tenía
un programa diverso que se basaba en el oriente y ofrecía bailarines,
cantantes, músicos, comediantes y números europeos. La danza oriental siempre
se había bailado en espacios pequeños. En el Casino Badia tuvo que ser adaptada
a escenarios grandes. Badia Mansabny además de formar a sus bailarinas trabajó
con coreógrafos y bailarines europeos para incluir elementos de otras danzas
(ballet). Estas bailarinas actuaban normalmente en grupos, aunque las que
destacaban por su talento hacían a veces un solo.
Durante
esta época se puso de moda el traje de dos piezas con pedrería y flecos que
estaba inspirado en las películas
americanas.
En
esos años se produjeron un montón de películas en Egipto y era habitual incluir
alguna escena de danza o tener una bailarina como protagonista. Muchos
cazadores de talentos iban al Casino Badia buscando bailarinas para estas
escenas. Las bailarinas actrices tuvieron mucho éxito entre el público. Muchas
de estas bailarinas descubiertas en el Casino Badia llegaron a ser estrellas de
cine muy populares y adquirieron un estatus que nunca antes habían tenido. Como
Tahia Carioca, Samia Gamal, Naima Akef y Nadia Gamal.
Actualmente,
la danza Oriental en la mayoría de los países árabes es parte de la cultura y
una celebración sin un espectáculo de danza oriental no está completo. En los
países árabes donde más se ha desarrollado en los últimos tiempos es en Egipto,
Líbano y Turquía, aunque cabe destacar que también se ha desarrollado en
algunos países europeos y de América debido a la emigración árabe, como en
Alemania, Francia, Brasil y USA. Las bailarinas famosas suelen bailar en los
clubes de los hoteles de cinco estrellas, llevan una orquesta de al menos
treinta músicos con instrumentos tradicionales y modernos. El vestuario suele
ser exclusivo y el espectáculo está completamente coreografiado. El primer
número suele ser una música especialmente compuesta para ellas seguido de una
variedad de canciones populares.
Prácticamente
todas las mujeres árabes bailan raks báladi, aprenden desde niñas en las
fiestas y reuniones familiares, pero son pocas las que se animan a ser
profesionales, porque ser bailarina no está bien visto en una sociedad
tradicional musulmana.
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MONTAR EN BICICLETA: BENEFICIOS PARA SENTIRSE BIEN.
REDUCE
LA PROBABILIDAD DE TENER CÁNCER Y DIABETES. - Múltiples estudios han demostrado
que montar en bici es tan saludable y positivo para nuestro organismo, que
reduce la probabilidad de padecer enfermedades tan mortales y graves como el
cáncer y la diabetes.
ELIMINA
LA DEPRESIÓN Y EL ESTRÉS. - El apartado anterior ayuda a acabar con estos dos
trastornos mentales tan complejos. El ejercicio físico permite oxigenar el
cerebro y crear determinadas hormonas que ayudan a combatir estos estados
negativos. Numerosos estudios demuestran lo dicho, afirmando que montar en
bicicleta hace más felices y elimina muchos problemas psicológicos a todos
aquellos que practican esta actividad.
PEDALEAR
EN BICICLETA ESPANTA LAS INFECCIONES. - Montar en bici es la mejor medicina
para evitar contraer la mayor parte de las infecciones que te rodean. ¿Por qué?
Porque cuando pedaleamos en la bicicleta, nuestro cuerpo produce fagocitos que
nos defienden de las bacterias infecciosas que puedan atacar nuestro organismo.
REFUERZA
LAS RODILLAS CON CADA PEDALEO. - Y si el ciclismo es bueno para los músculos de
las piernas, también lo es para las rodillas. Estas articulaciones, según nos
vamos haciendo mayores, van deteriorándose provocando infinidad de dolores.
Determinadas actividades físicas en exceso –como correr- no favorecen el buen
estado de nuestras rodillas, ya que desgastan los cartílagos de las mismas
acelerando problemas como la artrosis
TONIFICA
LOS MÚSCULOS DE LAS PIERNAS MONTANDO EN BICICLETA. -
Montar
en bicicleta es una actividad ideal para fortalecer los músculos de las
piernas. Cuádriceps e isquiotibiales son los que más trabajan y, por lo tanto,
los que más se tonifican. Los gemelos también se ejercitan dando pedales,
aunque en menor medida que los otros dos músculos.
TONIFICA
LOS MÚSCULOS DE LAS PIERNAS MONTANDO EN BICICLETA. - Montar en bicicleta es una
actividad ideal para fortalecer los músculos de las piernas. Cuádriceps e
isquiotibiales son los que más trabajan y, por lo tanto, los que más se
tonifican. Los gemelos también se ejercitan dando pedales, aunque en menor
medida que los otros dos músculos.
MONTAR
EN BICICLETA REDUCE EL COLESTEROL MALO. - Mucha gente sufre auténticos dolores
de cabeza intentando reducir su colesterol. El colesterol “malo” –tal y como es
conocido el LDL- se elimina con actividades físicas completas. Un ejemplo claro
es montar en bicicleta.
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